martes, marzo 24

Paciencia y Apatía, ¿Cuál es la Diferencia?

Paciencia y apatía, ¿cuál es la diferencia?


Un sabio solía decir que la paciencia es la madre de la ciencia, aunque para ser más específico yo diría que es uno de los requerimientos de la Sabiduría, que no es lo mismo que la Ciencia, pues esta a veces, se comporta como ciencia de la locura cuando se abandona al estudio de la materia y olvida añadir algunas gotas de filosofía a sus teorías e investigaciones.

La paciencia es una de los nombres “todopoderosos” que se invoca frecuentemente, cada vez que nos vemos en problemas que no sabemos resolver, cada vez que la furia nos invade, recurrimos a la tan conocida frase “hay que ser paciente”. Otras veces la utilizamos como defensa cuando alguien nos impele a hacer un trabajo, o cuando nos demandan el cumplimiento de nuestras responsabilidades.

Sin embargo la paciencia no significa “espera, necesito más tiempo”, o “no lo hice, no desesperes”, ni tampoco “lo haré mañana”. Tampoco significa un estado de quietud, pasividad e inercia, de aparente calma, que más bien es una especie de indiferencia o apatía, falta de reacción ante las cosas que suceden en nuestra vida.

La paciencia verdadera está asociada a la Sabiduría, porque en realidad consiste en ir más allá del mero conocimiento de algo, es saber sufrir la espera, el dolor, pero al mismo tiempo ver detrás de cada hecho sus relaciones internas, su desenvolvimiento, sus antecedentes y sus consecuencias a través del tiempo.

Por eso la paciencia aconseja siempre el momento oportuno para cada cosa, el momento preciso, ni antes ni después, para que nuestra acción sea fructífera. La paciencia, pues, es propia de los sabios, de los que ven más allá de la superficie de las cosas.

Mientras que la sumisión y la apatía es de los vagos e ignorantes, de los cobardes que no quieren afrontar las cosas.

Seamos pues pacientes y verdaderamente activos en nuestras vidas, llenos de iniciativa y acciones... !pero cuando el momento lo requiera¡