jueves, abril 18

Filosofía de la India 4 - Los Vedas

LOS VEDAS

Una aproximación interna



Constituyen los Vedas la literatura más antigua de los pueblos arios de la India. Su nombre deriva de la raíz vid (conocer). “Véda” significa conocimiento, sabiduría, y se relaciona con otras raíces indoeuropeas como la del protoindo-europeo weyd (saber, ver) y en latín videō (ver).

Esta asociación de significados, conocer-ver, nos recuerda otro concepto propio del hinduismo: avidya, o sea la falta de sabiduría o ignorancia, a-vidya, es el resultado de no-ver, o sea de no darse cuenta, de no percibir la realidad de las cosas, debido a la ilusión (maya) en la que estamos inmersos en este mundo.

Otra palabra hindú, agnyana, tiene también el significado de ignorancia, pero en este caso se refiere a la falta de conocimiento (a-gnyana), su ausencia, que puede ser corregida con la oportuna instrucción. Sin embargo, avidya es la ignorancia del que esencialmente no ve, del que no tiene capacidad para penetrar más allá de la ilusión de este mundo. Se puede conocer muchas cosas, enumerar largas listas de conceptos, y a pesar de todo ello no darse cuenta de cuál es la esencia de nuestra vida y de este universo en el que nos manifestamos.

Esta revisión etimológica tiene como intención entender la profundidad del nombre que reciben estos textos antiquísimos, los Vedas. Hay en ellos, encerrado bajo aparentes fórmulas sacrificiales e himnos a los dioses, un conocimiento profundo del Ser humano y del Ser del Universo.

Los Vedas tienen varios niveles de lectura, una forma más superficial, ritualista, y otra profunda, un segundo discurso al que sólo tienen acceso los sabios que conocen sus claves de interpretación. Son libros inspirados, comunicados (Sruti) por los 7 Rishis, los Sabios Ancestrales en relación con las 7 Estrellas de la Osa Mayor, y luego memorizados por otros sabios que finalmente los compusieron. Otra vez la etimología nos ayuda a comprender, pues la palabra “sruti” no sólo significa oído, o escuchado, también tiene el significado de flujo, corriente, sendero. Se trata pues de la cadena de los mensajes de los sabios que partiendo desde lo celeste alcanza a todos los seres humanos.



Durante miles de años esta cadena oral fue mantenida intacta. Posteriormente esta tradición fue compilada por Vyasa junto al lago Manasa-Sarovara (Mansoravara), en el Tibet, a la vista del sagrado monte Kailasa. Una vez más los nombres ayudan a entender, pues “sarovara” significa simplemente lago, y “manasa” mente o mente superior o mística. Esto sucede al pie del monte Kailash o Kailasa, cristal, aunque según algunos tiene el mismo origen que el término caelum, o cielo en latín. Así la transmisión desde lo celeste, llega hasta la mente superior que la recoge.

Ahora bien, este Vyasa no es una persona concreta, hay muchos Vyasas míticos en la historia de la India, como también hubo muchos Thoths transmisores de la sabiduría en Egipto. Este nombre, Vyasa, significa “compilador”, el que distribuye o arregla y divide algo, se refiere a que ordenó y compiló los Vedas, dividiéndolos entre los himnos principales del Rig Veda y sus derivaciones directas: el Sama Veda y el Yajur Veda, ya que el 4º Veda, el Atharva Veda apareció posteriormente. En la historia de la India este personaje mítico y huidizo, tras el cual en realidad se esconde una cofradía de sabios, es quien también compiló el Mahabharata, fue el narrador de algunos de los Puranas y, según otros, fue incluso el creador de los Upanishads.

El Himno de la Creación

Antes de avanzar más en el conocimiento sobre los Vedas, con objeto de señalar su profundidad y alcance, reseñamos a continuación y comentamos el llamado Himno de la Creación, o Nāsadiya sukta, que es el himno 129 del 10º mandala del Rig-veda. Generalmente los orientalistas comentan que este retrata la infancia de la humanidad, un estado de asombro primero ante el misterio del Universo, ante el que el asceta ario no tenía respuesta. Nada más lejos de la verdad, pues más bien se trata de una profunda reflexión en la que ya aparecen los contenidos de las escuelas vedantinas posteriores, e incluso las elaboraciones filosóficas de los Upanishads y otros textos hindúes: la existencia de una realidad trascendente, omniabarcante, omnipresente, y al mismo tiempo incognoscible. Es el Uno Absoluto o Sin Segundo, aquello que está en el origen del Todo y es el Todo en Sí Mismo, Parabrahman, lo que está más allá del Dios Creador o Demiurgos, Uno manifiesto o Brahma.

Entonces el Ser no existía,
ni tampoco existía el no-Ser.
No existía el espacio etéreo
ni la bóveda celeste más allá.
¿Había algo en movimiento?
¿Dónde? ¿Bajo la protección de quién?
¿Existía el agua, ese abismo profundo e insondable?

No existía la muerte,
ni existía la inmortalidad,
ni signo que distinguiera a la noche del día.

Comentario: Ser o el no-Ser es ya una definición, por ejemplo ser blanco, o no ser blanco. Definir es existir dar vida a algo en este mundo manifestado, estos versos tratan de expresar un momento anterior a la creación, o mejor dicho de la “recreación”, pues para la filosofía hindú el universo está en constantes ciclos de creación (manvántara) y destrucción (pralaya). En el silencio del Pralaya Universal, o sea de la ausencia de universo manifiesto, las definiciones no existen. El espacio etéreo (el Akasha) es la gran tela de araña sobre la que se extiende todo el universo, y no se había extendido aún, ni tampoco podría definirse arriba ni abajo, ni la tierra ni la bóveda celeste.

Nada se movía, porque el movimiento es precisamente la naturaleza de lo existente, movimiento que no sólo es el de los cuerpos, sino sobre todo el del Tiempo. Ni tampoco existía aquello que acompaña siempre al Tiempo: el Espacio, y por tanto no había un dónde ni tampoco un cuándo, ni quien pudiera gobernar ni proteger la Creación, o sea el dios demiurgo. Las profundidades del Abismo no habían aparecido, pero pronto se convertirán en la Matriz de todo lo manifiesto.

Sólo el Uno alentaba por su propia naturaleza
Aparte de él no existía cosa alguna.
En el comienzo sólo había
tinieblas envuelta en tinieblas.

Comentarios: Una nueva etapa sutilmente diferente aparece en estos versos, en el seno de lo Incognoscible, Inaprensible, Indefinible, se menciona al Uno que alienta por sí mismo, que no respira aire, sino que posee su propio movimiento evolutivo, se expande y contrae, alienta en sí mismo, porque no toma ni respira nada de fuera de sí mismo. El resto era tinieblas envueltas en tinieblas, pues cuando imaginamos algo oscuro, en nuestra mente tendemos a limitarlo a un espacio determinado, un agujero oscuro que rodeamos de cosas definidas, sin embargo aquí todo es tinieblas rodeadas de tinieblas.

Todo era agua indiferenciada.
Principio de devenir rodeado por el vacío,
surgió el Uno, brotó,
por el poder de su propio fuego.

Comentario: otra nueva etapa sutil aparece, la existencia de Aguas Primordiales, como en la Biblia, el Tohu Vahu, las aguas indiferenciadas, oscuras por no ser definidas, pero que contienen la fertilidad y promesa de la creación. En Egipto son las Aguas Primordiales del Nun, y en el medio de éstas aparece el escarabajo Jepri o Jeper, palabra egipcia que significa evolución, creación, devenir. Es la campanada que llama para que todo empiece, haciendo brotar a Atum de su inexistencia/inercia para crear el mundo.

De la misma manera, en la fertilidad de las aguas aún no diferenciadas, brota el Uno, no por causas externas sino por el poder inherente, fértil del Uno manifiesto, el Primer Ser, el primer Huevo de donde luego surgirá todo. Al principio sólo estaba Él, y lo demás todavía no había surgido.

En el comienzo brotó en él el deseo,
que fue la primera semilla de la mente.
Buscando en sus corazones, mediante su sabiduría
los sabios hallaron el vínculo
que une al Ser con el no-Ser.

Comentario: El Primer Movimiento del Ser, fue el manifestarse, el deseo de manifestarse, la intención y Voluntad de Ser, de definirse. Por tanto, la primera Afirmación Mental. Los sabios, también en el seno de su conciencia (el corazón) descubrieron la diferencia que hay entre no-Ser y Ser: el deseo de existir, el pensamiento que define.

Extendieron transversalmente su cordel.
¿Existía un abajo? ¿Existía un arriba?
¿Existían fecundadores, existían energías?
Abajo se hallaba la fuerza; arriba, el impulso.

Comentario: En el instante que la mente comienza, hay un antes y un después, hay arriba y abajo, izquierda y derecha... por eso se define una línea transversal imaginaria, entre lo celeste y lo terrestre, entre la energía manifiesta y su corolario, la materia aquí abajo, o sea en el mundo manifiesto y material, y el impulso o sea la Voluntad que rige desde arriba, la Mente Manifiesta y Organizadora del Demiurgos o del Dios Creador.

¿Quién sabe la verdad?
¿Quién puede decirnos dónde surgió esta creación?
Los dioses nacieron después, con la creación del universo.
¿Quién puede saber, pues, de dónde surgió?

Comentario: A pesar de lo descrito anteriormente, el filósofo hindú no tiene todas las claves, porque el Dios Uno Creador de este Universo, y los dioses que nacieron después, como fuerzas activas, tuvieron un origen, pero dónde está ese origen: nadie puede definirlo, porque por su propia naturaleza es indefinible.

Aquel, que es su guardián en el cielo,
fuera él o no su hacedor,
sólo aquel sabe de dónde surgió esta creación.
O quizá ni siquiera él lo sabe.

Comentario: El Creador, el Demiurgos que planificó este Universo, fuese Él directamente el hacedor o más bien a través de sus leyes y huestes, sólo Él podría saberlo, pero el místico hindú incluso duda que Aquel que vino a la Vida con este Universo, sepa de aquello que no tiene tiempo, ni lugar, aun siendo el Origen de Todo.

Continuará


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martes, abril 2

Filosofía de la India 3 - La Cultura del Valle del Indus

Filosofía de la India 3

Esquema y Clasificación

La Cultura del Valle del Indus

La filosofía de la India es compleja y extensa. A lo largo de los siglos, el pensamiento hindú naturalmente tendente al idealismo y al misticismo, ha producido amplias variaciones pero con elementos siempre reconocibles. La mayor parte de las escuelas de pensamiento y movimientos religiosos giran en torno a los Vedas, bien sea para hacer hincapié sobre un punto, o para desarrollar doctrinas incluso opuestas.

La realidad, para la mentalidad hindú, es caleidoscópica, así puede el devoto fiel dirigirse a su divinidad preferida con la que se identifica, y acto seguido fundir en la misma todas las otras expresiones divinas, se trata de un acercamiento desde la multiplicidad en busca permanente de la Unidad.

En el terreno filosófico también adopta diversas herramientas de análisis, que conforman escuelas diferentes, pero todas colaborando al mismo fin: la búsqueda de la Verdad y, a través de ella, de la Liberación. No se filosofa, ni se adora, ni se adentra en el misticismo para simplemente saber, o satisfacer la vanidad e una deidad, o para entrar en raptos místicos alejados del mundo, sino para lograr la liberación final y mostrar el camino a otros hacia el mismo objetivo.

Tal complejidad, aunque unitaria en la mente hindú, sin embargo frente a la mentalidad occidental se muestra como un caos de actitudes dispares y creencias. Con objeto de facilitar su estudio abordaremos en primer lugar la descripción a vuelo de pájaro del conjunto de la filosofía y religión inda, y para ello nos ayudaremos de gráficos descriptivos que, obviamente, como toda clasificación, sólo intenta servir de guía transitoriamente, sin pretender ser una visión cerrada e inamovible.

Comenzaremos pues con un esquema raíz básico:

La Historia de la India se desarrolla a lo largo de miles de años. La cultura del Indus, de la que hablaremos más adelante, se le calcula unos 3.300 años a.C.E (antes de la Era Común). En cuanto a los textos más antiguos, los Vedas, se les atribuye una antigüedad de unos 2000 años a.C.E. No obstante esta última datación se basa en la estimación de los primeros sanscritistas, especialmente el profesor Max Müller, quien años después, al ser interrogado sobre la fecha fijada por él, reconoció que no tenía fundamento alguno, sino una simple conjetura arbitraria. A pesar de ello, esa cifra se sigue repitiendo hasta hoy en día:

“No hace falta decir que estoy de acuerdo con todos mis críticos. Me he detenido repetidamente en el carácter enteramente hipotético de las fechas que me atrevo a asignar a la literatura védica... Si los himnos védicos fueron compuestos en el año 1000, 1500 o 2000 o 3000 a.C., ningún poder en la tierra podrá determinarlo jamás.” (Max Müller)

Dado que el río Sarasvati, uno de los afluentes del Indus, que según estima la geología se secó hacia el 1900 a.C.E., en un largo proceso continuo que comenzó hacia el 3000 a.C.E., y puesto que este río sagrado es mencionado muchas veces en los Vedas, obviamente la cultura védica se remonta al menos al tercer milenio a.C.E. Por tanto la cultura del Indus (Harappa y Mohenjo Daro) es posterior a la cultura védica, tal como demuestran los modernos estudiosos hindúes.

Cultura del Valle del Indus


Los comienzos de la Civilización del Valle del Indus/Sindhu se sitúan alrededor del 3300 a.C.E. y se extiende hasta el 1300 a.C.E. Conforma junto a Egipto y a Mesopotamia y China cuatro núcleos civilizados relacionados con las culturas fluviales, en Egipto el Nilo, en Mesopotamia el Tigris y el Eufrates, en China el río Amarilo y el Yangzé, y en la India el Indus o Sindhu, cuyo origen mítico se sitúa en tres fuentes primarias en los Himalayas y en Siete Corrientes Hermanas, de las que hablaremos más adelante.
Vista General de Harappa
Recreación del aspecto de la ciudad de Harappa

Las primeras excavaciones fueron las de la extinta ciudad de Harappa, posteriormente apareció Mohenjo Daro, y aún mas tarde un numeroso grupo de asentamientos que conservaban similares trazos culturales. Durante su máximo apogeo se extendió desde el actual estado de Uttar Pradesh en la India oriental, hasta el Beluchistán en Pakistán, al oeste, y desde Afghanistán al norte hasta Gujarat al Sur.

Representa el paso desde el neolítico de las poblaciones seminómadas a los asentamientos urbanos, presentando muchas características similares a la también naciente civilización mesopotámica, de la que recibió influencias y con la que mantuvo relaciones culturales y comerciales.

ELEMENTOS SIMBÓLICOS Y RELIGIOSOS

LA GRAN DIOSA MADRE

Aparecen repetidamente figuras femeninas, similares a las “venus” encontradas en otras áreas culturales pero al mismo tiempo con características propias bien definidas. Probablemente algunas de ellas representan juguetes, otras exvotos, o imágenes utilizadas en el ámbito del culto en los santuarios domésticos o familiares. Representan desde diosas madres, similares a los cultos que aparecen desde Beluchistán hasta las culturas del Egeo en Occidente.

Diosas Madre Egeo
Diosa Madre del Indus junto a imagen de la diosa Saraswati

SHAKTISMO

Según el erudito arqueólogo prof. Marshall, es en estas diosas donde se da comienzo a las posteriores sectas del shaktismo, las diosas femeninas expresión complementaria del dios principal. La shakti es el poder o energía de un dios manifestado por medio de su consorte. Según Marshall este culto primitivo de la diosa madre condujo a la transformación de la diosa en una personificación de la energía femenina (shakti) como principio generador eterno, unida al principio eterno masculino, convirtiéndose así en el dios creador y en la Madre del Universo respectivamente.

SHIVA - RUDRA, EL GRAN DIOS MASCULINO

Proto-Shiva, sentado en posición de yoga y como señor de las bestias, Prasupati

La figura anterior, ha sido interpretada como una forma primitiva de lo que luego se conocerá como el dios Shiva. Este dios ni siquiera aparece en los textos védicos. En estos textos sólo se menciona al dios Rudra, que se suele interpretar como una forma previa de Shiva. Se presenta aquí bajo la forma de un practicante de yoga, con los talones juntos y los dedos de los pies hacia abajo. Brazos extendido ligeramente apoyados sobre las rodilla y con los pulgares hacia fuera (Marshall)

Shiva fue considerado posteriormente como el patrón de los ascetas y yoguis (el Mahayogui). Shiva también es denominado “Prasupati”, el señor de las bestias o animales. No sólo está rodeado de animales, sino que también en muchas representaciones posteriores de Shiva aparecen ciervos en posición similar debajo del estrado donde se sienta (uno de ellos se ve parcialmente)

Las representaciones yóguicas aparecen en otras imágenes posteriores, lo cual sugiere que era reconocida como una práctica ritual extendida.

LOS 7 RÍOS, Y SARASVATI, LOS 7 RISHIS Y LAS PLÉYADES

La geografía sagrada del Rigveda hace referencia a las Sapta Sindhava o los “siete ríos” que van desde el Indus en el oeste hasta el Ghaggar-Hakra en el este. El nombre primitivo del Penjab era precisamente el de “Sapta Sindhu”. Se cree que esta noción de las “siete hermanas ríos” fue heredada por los escritores védicos probablemente a partir de su origen en Harappa.

De estas siete corrientes fluviales, una de ellas hoy desaparecida, el río Saraswati adquirió por derecho propio una gran importancia mitológica, convirtiéndose en la representación alegórica de la diosa Saraswati, la esposa de Brahma, diosa de la cultura, la música, la poesía y la sabiduría.

Río-Diosa Saraswati

Junto al Yamuna y al Ganges, el río Saraswati constituía una tríada sagrada, el Triveni, donde ocurre la unión de los tres ríos sagrados, de los que sólo quedan ahora dos.

Peregrinos en la confluencia del Yamuna y el Ganges, y el oculto río Saraswati”

Himno a Saraswati, RigVeda

“Ella nos ha hecho extendernos fuera del alcance de todos los enemigos, más allá de sus Hermanas, ¡Oh Sagrada!.

Mientras Surya pasa los días, Ella es la más querida entre las queridas corrientes de las Siete hermanas, amablemente dispuestas. Sarasvati se ha ganado nuestras alabanzas.

Sarasvati guárdanos del odio, tú quien has dado plenitud a los reinos de la tierra, y esa amplia extensión del firmamento.

Siete hermanas, surgidas de una fuente triple, Cinco tribus prosperan, ella debe ser invocada en cada acto de poder."

Sello 430, Arriba a la izquierda divinidad rodeada de dos ramas principales y 6 ramificaciones, enfrente adorador y cabra con el símbolo del pez encima, abajo 7 figuras (7 ríos, 7 Rishis, 7 Pléyades)

En un conocido sello, el nº 430, conocido como el Sello de la Adoración Divina, aparece una escena narrativa y conmemorativa. Aparece en ella un ser humano rodeado por la ramas de un árbol, y enfrente otro ser humano arrodillado junto a una cabra. Debajo se sitúa una serie de figuras en número de siete. En el Rig Veda Saraswati es adorada como la principal entre 7 hermanas ríos (Sapta Sindhava), otros autores como Allchin, señalan que representan a los 7 Rishis y con las 7 Madres de los tiempos finales, para otros como Parpola, representa a los hijos de Brahma y la misma Saraswati, los 7 sabios de la constelación de la Osa Mayor, para otros incluso puede tratarse de las Pléyades. Una de las características del sistema simbólico de lenguaje de la Civilización del Indus es la aparición de varios signos en relación a las estrellas, como el que aparece sobre el lomo de la cabra.

EL AGUA EN LA IDEOLOGÍA DE HARAPPA

Marshall señala la importancia del agua para la cultura de Harappa. Señala que aunque no se ha encontrado ninguna divinización concreta que considerase la santidad del agua en sentido abstracto, no obstante el agua era objeto de reverencia y ocupaba un lugar importante en la práctica religiosa de los ciudadanos de Mohenjo Daro, como lo muestra la construcción del llamado Gran Baño, y todos los arreglos para el drenaje, pozo e instalaciones de baño en la ciudad. Señala que pocas ciudades en la antigüedad prestaron tal atención al baño ritual, y con connotaciones religiosas importantes. Desde entonces, en la civilización hindú, las abluciones, la inmersión en las aguas del Ganges, y en otros lugares forman parte muy importante de las creencias religiosas.

Mohenjo Daro, el Gran Baño

ESCRITURA DEL INDUS

Muchos han sido los intentos de descifrar dicho lenguaje, si de un lenguaje se trata, aunque pudiera ser un sistema de signos de lugar o manufactura. Las teorías al respecto intentan encajar dicho escrito o bien como una forma de lenguaje dravídico, o bien como sánscrito primitivo, e incluso como lenguaje proto-fenicio. Las teorías, como muchas otras concernientes a la civilización hindú, están fuertemente influenciadas por presupuestos políticos. Para los que sostenían la teoría de una civilización drávida original, y que sufrió la violenta invasión aria que la destruyó, estos signos representan un lenguaje protodravídico. Esta teoría de la invasión destructiva aria no se sostiene más, pues no hay signos de tal invasión ni de destrucción violenta de las ciudades del Indus.

Para los que sostienen que la civilización aria es originaria de la India, tratan de probar que se trata de un lenguaje sánscrito primitivo, ésta visión es promovida especialmente por el Hindutva, o sea el renacimiento nacionalista hindú, que cree y justifica una hegemonía Hindú de la India.

En todo caso los más de 400 signos recogidos apuntan a una lengua simbólica-silábica. En el caso de los alfabetos posteriores el número de signos escritos varían, como en el fenicio y en sus sucesores (griego, árabe) desde en torno los 22 a los 40 caracteres, a grosso modo. Mientras que los lenguajes logográficos como el chino tienen unos 3000 caracteres en el lenguaje corriente, y el egipcio tiene unos 1.070 caracteres definidos. Por consiguiente el sistema escrito del Indus ocupa una posición intermedia, no tratándose de un lenguaje silábico, ni tampoco de un sistema logográfico.

En todo caso el futuro quizás nos depare sorpresas, por el momento siempre nos queda el enigma de la real significación de la cultura del Indus.

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lunes, marzo 18

Filosofía de la India - 2 - La Controversia Aria

FILOSOFÍA DE LA INDIA 2

LA CONTROVERSIA SOBRE LOS ARIOS

El origen de la filosofía hindú deriva, como veremos más adelante, de la elaboración filosófica alrededor de los contenidos de sus textos sagrados, fundamentalmente los Vedas. 

Se postuló durante el siglo XIX, sobre todo por autores europeos, que dichas escrituras sagradas eran la producción de un pueblo invasor de la India primitiva, los arios, que procedentes del Norte del país trajeron consigo los Vedas, la lengua sánscrita y sus costumbres guerreras.

El imaginario construido a partir de estos puntos de vista sirvió como base para crear una división dentro la India, promovida por los intereses británicos coloniales, que aplicaron, como en muchas otras ocasiones y lugares, la política del “divide y vencerás”. De tal manera que por medio de una triple acción: cultural, religiosa y racial, incitaron a la controversia dentro del propio pueblo hindú hasta nuestros días.

El relato consistía en suponer la existencia de pueblos autóctonos anteriores, los drávidas, inferiores social y culturalmente, y por otro lado los pueblos “nobles” (arios), conquistadores de piel blanca que procedieron del Asía Central y del Oeste. Así, al tiempo que se dividía a la población de la India, se creaban mecanismos educativos como las escuelas británicas con contenidos británicos, en los que sólo se admitía a las clases más altas (brahmanes, kshatriyas, etc.). 

Estas instituciones educativas enseñaron a despreciar las tradiciones hindúes indígenas, a admirar la cultura y el pensamiento británico, promoviendo así la adscripción de estas clases indas invitándoles a formar parte de la administración, del ejercito, y de toda otra institución nacional, sirviendo bajo el mandato británico a sus intereses coloniales.

Una segunda agresión británica consistió en la propagación del cristianismo entre la población hindú. Los misioneros americanos e ingleses de varias iglesias fueron apoyados y estimulados por el régimen colonial, convirtiendo a muchos de sus nuevos fieles entre las clases inferiores. Hubo varios autores, entre ellos H.P. Blavatsky, que ya en el siglo XIX señalaron que el mayor número de crímenes, robos, etc, comparado con los seguidores del hinduismo clásico, se produjeron en la India por parte de estos conversos cristianos.

La tercera linea de acción, fue la traducción de los textos sagrados de la India (Vedas, Upanishads, Puranas, etc.) emprendida por Max Müller, un alemán, que apoyado por la Compañía de las Indias Orientales (British East India Company), entidad supuestamente comercial pero sostenida y sostenedora del dominio británico, que se propuso demostrar la ignorancia, superstición y falsedad de las creencias brahmánicas presentes en sus textos sagrados, además de extender el mito de la supremacia aria blanca de los primeros invasores de la India. 

Fruto de esta labor coordinada fue la colección de libros sagrados del oriente (Sacred Books of the East Series, 50 volúmenes). En una primera etapa, la degeneración en la que se encontraba en aquel momento la cultura hindú, hizo que Max Müller viera en los primitivos textos de los Vedas y Upanishads una altura que no se correspondía con la realidad de la época, haciéndole creer que la única solución para la regeneración de la India era la cristianización que daría lugar a un cristianismo sui generis hindú, no igual que el resto, pero que estaría más cerca de la más noble tradición aria.

La India está mucho más madura para el cristianismo que Roma o Grecia en la época de San Pablo. El árbol podrido tiene desde hace algún tiempo soportes artificiales, porque su caída habría sido inconveniente para el gobierno. Pero si el inglés llega a ver que el árbol debe caer, tarde o temprano, entonces la cosa está hecha. (Max Müller, carta al caballero Bunsen)

Esta triple acción colonial sobre el pueblo indio se acompañaba de una creciente admiración por el concepto del pueblo Ario, al que se hacía equivalente a las razas blancas europeas, las que colonizaban y dominaban el mundo en esa época, y que se consideraban por esta misma razón superiores a todas las demás. 

Las consecuencias de ello fueron letales, y aún hoy en día se dejan sentir tanto en la India como en el mundo occidental. Se construyó alrededor de ello toda una mitología política en Europa de desgraciada memoria. Si bien es cierto que la ocupación británica, como se suele decir, construyó lineas de ferrocarril, el telégrafo, etc. (que hacía por su propio interés comercial) también dejó según algunas estimaciones más de 100 millones de muertos detrás.

Durante la ocupación británica se desencadenaron episodios de hambruna entre la población devastadores - Hambruna en Madrás.

H. P. Blavatsky criticó en sus escritos esta manipulación, y por esa misma razón los servicios secretos británicos intentaron desacreditarla por varios medios, entre ellos acusándola de ser espía rusa (Rusia e Inglaterra en aquella época estaban enfrentadas). También señaló el abuso misionero de los cristianos en la India, y por esta misma razón fue atacada por ellos constantemente, hasta el punto de montar acusaciones falsas contra esta filósofa y escritora. Pero lo que más lamentó fue la creación por parte de los sistema educativos ingleses de una clase de funcionariado civil hindú al servicio británico, que renunció a su pasado, a su historia, a su pueblo, e incluso que tildó sus libros sagrados de pura superstición.

Apuntaba Blavatsky la existencia de enormes ciclos evolutivos de la Humanidad, en su conjunto, y por tanto la aparición progresiva de Humanidades sucesivas a las que para distinguirlas les asignó distintos nombres. Para ella, la presente humanidad, el presente ciclo que sería el quinto, era la Humanidad Aria, que prácticamente incluiría a todos los tipos humanos existentes hoy en día, salvo algunos restos procedentes de Humanidades anteriores. Por tanto, para ella, los Arios no se identificaban con los pueblos europeos nórdicos, ni de piel blanca, sino globalmente con la presente Humanidad, que tuvo un origen en un tiempo muy remoto, cientos de miles de años antes. Por el contrario, el concepto ario que elaboraron los eruditos europeos de la época era el de una raza superior originada en el Asia Central y Occidental, unos pocos miles de años antes, parte de la cual invadió la India por el norte, unos 1.500 años antes de la Era común, y otra parte se dirigió al Oeste constituyendo el núcleo de los pueblos occidentales europeos, particularmente los del norte de Europa.

Consideraba también H.P. Blavatsky que el origen, o tierra crisol de los pueblos de la quinta Humanidad o Humanidad Aria, donde comenzaron su andadura, después de cataclismos que casi los aniquila cientos de miles de años antes, radicaba en una zona del Asia Central, cerca de lo que entonces era un Mar interior, y ahora es un desierto, el Gobi, esta es la Aryavartha mítica, a la que hace referencia no sólo los textos hindués sino también los iranios. Esa Humanidad Aria, estaría constituido en sus diferentes ramas por la mayoría de la población humana existente hoy en día: pueblos de la India, europeos, árabes, semitas, chinos, amerindios, etc.

Hoy, los estudios científicos están de acuerdo con estas nociones de Blavatsky, así, por ejemplo, hoy se reconoce que el uso del término “ario” posee unas connotaciones lingüísticas, culturales y religiosas, pero en ningún caso raciales. El pueblo ario según Blavatsky se constituye alrededor de una tierra original, Aryavarta, una tierra casi mítica, situada más allá del Tibet, y ocupando una gran extensión, de donde partirían todas las emigraciones y poblaciones mencionadas anteriormente, la ciencia moderna sin embargo adscribe esta Aryavarta al norte de la India y al Indu Kush. Lingüísticamente se fundamenta en el sánscrito, como lengua original. El “ario” es el noble, el hombre superior moralmente, no como raza, sino como hombre civilizado, mientras que los pueblos “inferiores” no lo son por su raza u origen, sino por un comportamiento incivilizado o primitivo, semejante al concepto aplicado por los romanos a los bárbaros.

MIGRACIONES EN LA INDIA 

COMPOSICIÓN ÉTNICA:

Las ideas raciales del siglo XIX, que pretendían una invasión violenta y destructiva de los arios procedentes del norte, que acabaron con la civilización del Valle del Indus (Mohenjo Daro, Harappa) no es sostenible, no se observan en los restos arqueológicos signos de conquistas o destrucción de ciudades, los enterramientos aparecen a varios niveles, y no superficiales como ocurriría en una matanza por invasión. Pacíficamente, a lo largo de siglos, en la parte norte de la India se asentaron emigrantes procedentes de Eurasia (teoría Kurgan) que se añadieron a las poblaciones ya existentes. Se distinguen pues dos grupos ancestrales fundamentales:

Ancestral North Indians (ANI) o Indios Ancestrales del Norte (9000 antes de la Era Común) Ancestral South Indians (ASI) o Indios Ancestrales del Sur (4000 antes de la Era Común)

Estos dos grupos se mezclaron a partir del 4000 antes de la Era Común.

Por consiguiente, Mohenjo Daro, o Harappa, forman parte del conjunto de la civilización hindú, y no son el resultado de una civilización drávida conquistada.

El grupo ANI, o Indios Ancestrales del Norte, son de ascendencia euro-asiática occidental, iraníes primitivos, y pastores de las estepas occidentales (Kurgan)

El grupo ASI, o Indios Ancestrales del Sur, están relacionados con los asiáticos orientales, aborígenes australianos, y pueblos de Andamán.

Como se indica más arriba, a partir del 4000 antes de la Era Común se mezclaron, constituyendo pues una sola unidad en variedad, de la misma manera que en España podemos hablar de vascos, catalanes-mediterráneos, gallegos-suevos, andaluces-árabes, etc., todas estas variantes sobre una base ancestral hispanorromana, como ocurre así mismo en otras muchas regiones de Europa.

Lo que caracterizó a la cultura aria fue una alta sensibilidad espiritual, una gran capacidad e inventiva, y una organización social compleja, y un espíritu caballeresco que se refleja en grandes obras como el Mahabharata y el Bhagavagad Gita.

(Continuará)

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miércoles, marzo 13

Filosofía de la India - Introducción

Filosofía de la India

Introducción

Enfocar debidamente la filosofía hindú en todos sus aspectos es una tarea extremadamente difícil. No obstante, un repaso general es posible, siempre que nos limitemos cada vez a un área específica.

¿Existe una filosofía hindú? Para muchos autores e historiadores de la filosofía occidental no existe realmente una “filosofía” hindú, porque consideran que no se ajusta a los parámetros de lo que llamamos filosofía en Occidente, es decir la epistemología (ciencia del conocimiento), la razón (lógica formal e informal) la fenomenología y el existencialismo, las ciencias cognitivas, etc.

Pero todo depende de lo que entendamos por filosofía. La búsqueda de la Sabiduría es el objetivo de cualquiera filosofía verdadera. Y por Sabiduría no hay que entender la mera suma de conocimientos, sino el acercamiento cognitivo e intuitivo a la Verdad interna de la Naturaleza y la Verdad interna del Ser humano. Por tanto, necesariamente, tiene que adentrarse en el misterio del Ser o Esencia. Mientras que la filosofía occidental se deleita en describir la Existencia.

No es posible pues filosofar sin entender la relación entre esas dos Verdades señaladas más arriba, que en principio son misterios que hay que desvelar poco a poco, a medida que la propia conciencia avanza en esa dirección. Y el objetivo no es especular o deleitarse en la posesión de ciertos conocimientos, sino alcanzar la liberación, pues tarde o temprano las filosofías verdaderas descubren que el ser humano que se despierta busca la luz, como el prisionero liberado de la Caverna de Platón, quien también descubre que había nacido preso y encadenado.

Toda concepción del mundo que ignore o deseche lo trascendente, aboca necesariamente a la angustia existencial, al nihilismo y a la destrucción de uno mismo, o bien al dominio y explotación de los demás, como forma de compensación ante un horizonte limitado.

Es más correcto pues hablar de una Historia del Pensamiento de la India, que incluye la ciencia, la metafísica, la teología religiosa, la psicología profunda, y la organización mítica de la sociedad hindú (las varnas o castas), y los fundamentos legislativos (Leyes de Manú) que organizan la vida entera, desde el nacimiento hasta la extinción final.

Sarvepalli RadhaKrishnan (1888-1975) político, filósofo y académico hindú, segundo presidente de la India independiente, es considerado como uno de los más respetados eruditos universitarios especialista en religiones comparativas y en filosofía. Propuso como temas nucleares del Espíritu de la Filosofía Hindú los siguientes:


(1) La principal característica de la filosofía india en general es su Concentración en lo Espiritual.

Tanto en la vida como en la filosofía, el motivo espiritual predomina en la India. A excepción de la escuela materialista menor de los Charvakas, la filosofía en la India concibe al hombre como de naturaleza espiritual, interesado principalmente en su destino espiritual, y lo relaciona de una forma u otra con un universo que también es espiritual en su carácter esencial. Ni el hombre ni el universo se consideran físicos en su esencia, y el bienestar material nunca ha sido reconocido como la meta de la vida humana, excepto por los Charvakas.

(2) Otro punto de vista característico de la filosofía india es la creencia en la íntima Relación entre Filosofía y Vida.

Esta actitud en la aplicación práctica de la filosofía a la vida se encuentra en todas las escuelas de filosofía india. Si bien la abundancia natural y la prosperidad material allanaron el camino para el surgimiento de la especulación filosófica, la filosofía nunca se ha considerado un mero ejercicio intelectual. La estrecha relación entre teoría y práctica, doctrina y vida, siempre ha sido sobresaliente en el pensamiento indio. Todo sistema indio busca la verdad, no como un “conocimiento académico por sí mismo”, sino para aprender la verdad que puede hacer libres a los hombres.

Todo sistema importante de la filosofía india parte de los problemas prácticos y trágicos de la vida y busca la verdad para resolver el problema de la angustia del hombre en el mundo en el que se encuentra. No ha habido enseñanza que se haya quedado en un mero boca a boca o en un dogma de escuela. Cada doctrina se ha convertido en una convicción apasionada, que conmueve el corazón del hombre, le acelera el aliento y transforma por completo su naturaleza personal. En la India, la filosofía es de por vida; es para ser vivido. No basta con conocer la verdad; la verdad hay que vivirla. El objetivo del indio no es conocer la verdad última, sino comprenderla, volverse uno con ella.

(3) La filosofía india se caracteriza por la Actitud Introspectiva y el enfoque introspectivo de la realidad.

Se piensa en la filosofía como atmavidya, o conocimiento del yo. La filosofía puede comenzar con el mundo externo o con el mundo interno o naturaleza interna del hombre, el yo del hombre. En su búsqueda de la verdad, la filosofía india siempre ha estado fuertemente dominada por la preocupación por la vida interior y el yo del hombre más que por el mundo externo de la naturaleza física. La ciencia física, aunque desarrollada extensamente en la Edad de Oro de la cultura india, nunca fue considerada el camino hacia la verdad última; la verdad se busca y se encuentra dentro. Entonces, lo subjetivo, más que lo objetivo, se convierte en el centro de interés de la filosofía india y, por lo tanto, la psicología y la ética se consideran más importantes como aspectos o ramas de la filosofía que las ciencias que estudian la naturaleza física.

(4) Este interés introspectivo es muy propicio para el idealismo, por supuesto, y en consecuencia, la mayor parte de la filosofía india es Idealista de una forma u otra.

La tendencia de la filosofía india, especialmente el hinduismo, ha ido en la dirección del idealismo monista. Casi toda la filosofía india cree que la realidad es, en última instancia, una y, en última instancia, espiritual. Algunos sistemas han parecido abrazar el dualismo o el pluralismo, pero incluso estos han estado profundamente permeados por un fuerte carácter monista. Si concentramos nuestra atención en el espíritu subyacente de la filosofía india en lugar de su variedad de puntos de vista, encontraremos que este espíritu está encarnado en la tendencia a interpretar la vida y la realidad siguiendo el camino del idealismo monista.

(5) La filosofía india hace un uso extenso e incuestionable de la razón, pero se acepta la Intuición como el único método a través del cual se puede conocer lo último.

La razón, el conocimiento intelectual, no es suficiente. La razón no es inútil ni falaz, pero es insuficiente. Para conocer la realidad uno debe tener una experiencia real de la misma. Uno no solo conoce la verdad en la filosofía india; uno se da cuenta. La palabra que describe más acertadamente la filosofía en la India es darsana, que proviene de la raíz verbal drs, que significa “ver”. “Ver” es tener una experiencia intuitiva directa del objeto o, más bien, realizarlo en el sentido de volverse uno con él. No es posible un conocimiento completo mientras exista la relación del sujeto por un lado y el objeto por el otro.

(6) Otra característica de la filosofía india, estrechamente relacionada con la anterior, es la así llamada Aceptación de la autoridad.

Aunque los sistemas de la filosofía india varían en el grado en que se relacionan específicamente con el antiguo sruti, ninguno de los sistemas, ortodoxo o no ortodoxo, excepto el Charvaka, viola abiertamente las ideas intuitivas aceptadas de sus antiguos videntes, ya sea sean los videntes hindúes de los Upanishads, la experiencia intuitiva del Buda, o la sabiduría intuitiva similar de Mahavira, el fundador del jainismo, o como la experimentamos hoy. Los filósofos indios siempre han sido conscientes de la tradición y, como se ha indicado antes, los grandes constructores de sistemas de períodos posteriores afirmaron ser meros comentaristas, explicando la sabiduría tradicional del pasado.

(7) Por último, hay una Tradición Sintética general que es esencial para el espíritu y el método de la filosofía india.

Esto es tan antiguo como el Rig Veda, donde los videntes se dieron cuenta de que la verdadera religión abarca todas las religiones, de modo que “Dios es uno, pero los hombres lo llaman por muchos nombres”. La filosofía india se caracteriza claramente por el enfoque sintético de los diversos aspectos de la experiencia y la realidad. La religión y la filosofía, el conocimiento y la conducta, la intuición y la razón, el hombre y la naturaleza, Dios y el hombre, el noúmeno y el fenómeno, son todos armonizados por la tendencia sintetizadora de la mente india. El hindú tiende a creer incluso que los seis sistemas, así como sus variedades de subsistemas, están en armonía entre sí, de hecho, se complementan en la visión total, que es una. En contraste con la filosofía occidental, con su enfoque analítico de la realidad y la experiencia, la filosofía india es fundamentalmente sintética.


Aunque la filosofía hindú, a lo largo de los siglos, ha recibido múltiples influencias y ha evolucionado también por sí misma, tenemos que comenzar con algunas ideas sobre los pueblos arios, y sus primeros textos sagrados, los Vedas, su origen en la Aryavartha mítica, y los pueblos primitivos de la India, los drávidas, junto con las culturas del valle del Indus, Harappa y Mohenjo Daro. Pero eso lo veremos en la próxima entrega.

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martes, enero 30

El Arte Que Trasciende: Estética Metafísica

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El Arte que trasciende

Estética Metafísica

Lo que caracteriza al mundo de hoy es la falta de profundidad. Todo carece de trascendencia, por tanto cualquier actividad humana, llevada a su última perfección, se queda corta porque no es capaz de saltar la barrera del límite metafísico. En otras palabras, las explicaciones materialistas al uso tanto del Arte, como de la Historia, de la Psicología, de la Ciencia, etc., terminan en el mismo lugar donde empezaron, en el dominio de lo físico y material. Y dando vueltas y coletazos, como un pez sacado del agua, nos hace morir de asfixia, por falta de elementos superiores, aplastados así por lo ramplón que no ve más allá de sus estrechas miras.

Resumiendo, el Límite Metafísico insuperable, está en la raíz de la angustia vital propugnada, por ejemplo, por esa pseudo-filosofía llamada existencialismo del marxista estalinista y materialista Jean Paul Sartre.

La Música, o sea las Artes de las Musas, que no se limitan pues al sonido, sino a toda su producción artística, es un ejemplo de ejercicio para superar los límites entre la materia y lo metafísico. Todas las llamadas “artes”, y utilizo letras en minúsculas con toda intención, pueden ser utilizadas de una manera vulgar y material, o bien servir de pedestal a partir del cual lanzarse a las conquistas del espíritu.

Así, de esta última manera el “arte” o diríamos mejor lo artesanal, se convierte en ARTE, que nos permite intuitivamente trascender la vida vulgar.

Por ejemplo,la Música, como Arte de los Sonidos, formaba parte en la antigüedad de los Misterios. Hoy esta palabra, no encierra en verdad misterio alguno, salvo el de la ignorancia o la superstición, ya que a lo que los clásicos se referían con tal nombre era a las ceremonias iniciáticas en las que los “Mystae”, los velados, podían contemplar las verdades divinas, en lo que Platón llamaba la “epopteía”, la visión directa de los dioses.

La Música y el Teatro mistérico ayudaban pues a los “velados”,o sea a los que no podían ver la realidad directamente, sino a través de velos, a despojarse de los mismos y contemplar la Verdad. Pues hay verdades últimas que no pueden ser expresadas por el discurso racional, sino a través del sentimiento estético que es capaz de transportarnos a experiencias superiores.

Durante el Renacimiento italiano, el mundo románico encerrado en sí mismo, y cargado de las cadenas del peso eclesiástico, acabó por romper los límites metafísicos impuestos. De repente, la Tierra, rodeada por 7 esferas de las que pendían los ángeles, regida desde arriba por un ser supremo que más bien parecía una repetición del Zeus griego, se abrió a un mundo nuevo lleno de ARTE, que explicaba lo invisible a través de un impulso metafísico cargado de belleza. Los antiguos Misterios se expresaban de nuevo tímidamente a través del Arte.

Como ejemplo, esta es la época de Marsilio Ficino, el pequeño hombre, quien fue destinado desde joven por Cosme de Medici, patrón y regente efectivo de Florencia, a ser el instructor y traductor de los trabajos de Platón, perdidos entonces para el mundo occidental. Fue Ficino el verdadero impulsor de la Escuela Platónica del Renacimiento, que tanta influencia tuvo también sobre el trabajo de artistas como Botticelli, y obras como “La Primavera” y “El Nacimiento de Venus”. Personalidades tales como Pico de la Mirandola, Agrippa de Nettesheim, Durero, Milton, etc. recibieron la influencia de Marsilio Ficino.

Se decía que en dichas reuniones en la Escuela Platónica, cuando la tristeza o el desánimo cundía entre sus participantes, Ficino con su lira mágica, templaba y exaltaba el espíritu de todos los participantes, muchos de los cuales fueron los pioneros del maravilloso Renacimiento italiano.

Las Artes se hacían así terapéuticas, e incluso la música occidental recuperó en parte los antiguos vientos, avanzando paso a paso desde el Renacimiento hasta las poderosas obras de la Época Clásica. En Occidente se ha comenzado otra vez a explorar el valor terapéutico de la música, y se está aplicando incluso en niños con autismo o con déficits intelectuales. Ahora bien, el arte y la música en particular como terapia, tiene que ser activo, hay que formar parte del mismo.

Pero además, ayuda a romper los límites metafísicos, acompaña con sus vibraciones el alma para que penetre intuitivamente en lo que está más allá de este mundo material. Las Artes, en sus múltiples expresiones, nos permiten hablar con los dioses, con el mundo arquetípico.

En el antiguo Egipto, por ejemplo,se utilizaba la música de los planetas, o de las 7 Vocales, cada una relacionada con el sonido de un planeta sagrado, y por ende con un dios, siendo las distancias teóricas de sus órbitas, hasta el centro, las cuerdas de un arpa imaginaria. De ahí que se hablase de la Música de las Esferas, la vibración de cada planeta al moverse en círculos. Esas siete vocales, han sido investigadas por muchos eruditos, llegando a conclusiones sorprendentes.

Por tanto, ¡qué triste es que un músico, un artista, diga hoy en día que sólo se trata de un trabajo más!, porque significa que ya no posee la varita mágica de la Estética Metafísica.

DE LA ESTÉTICA A LA METAFÍSICA

Arte y Estética no son sinónimos, aunque están íntimamente relacionados. Veamos primero que se suele entender por Estética:

La Estética se define como una rama de la filosofía, centrada en el estudio del conocimiento obtenido a través de los sentidos, y él estudio de las características de estos últimos.

Se considera el “nacimiento” de la Estética occidental y su relación con la Filosofía, a partir de la obra del filósofo alemán Alexander Gottleib Baumgarten (Aesthetica, 1750)

Transmisión Esotérica:

El Arte también ha servido para transmitir lo que nadie podía expresar con palabras. Así, del sacerdote budista Kukai (774-785) tomamos las siguientes palabras:

El abad me informó que las escrituras esotéricas son tan abstrusas que su significado no puede transmitirse excepto a través del arte. Por esta razón, ordenó al artista de la corte Li Chen y a una docena de otros pintores que ejecutaran diez rollos de los mandalas de la Matriz y del Diamante…

Refinamiento y Educación

“La Caligrafía China”

La caligrafía china se ha relacionado con la comunicación y el cultivo espiritual. Su práctica requiere altas cualidades personales. Requiere experiencia, meditación, penetración y sensibilidad, forma parte de la educación del noble.

Religiosidad

El Arte Árabe-Musulmán

La representación figurativa de seres vivos, estando prohibida en el Islam, ha hecho que el arte islámico haya desarrollado por un lado la belleza formal representada en las formas geométricas, a menudo alegóricas, por ejemplo la estructura de los jardines, a semejanza del paraíso, y por otro lado las representaciones caligráficas cuyo valor y dignidad no sólo radican en su forma sino también en el significado de las palabras o versos del Corán.

Medida y Medio

Filocalía o «Amor a la Belleza»

Para Platón, el Arte, o mejor aún, el “Efecto Estético”, que es lo que en realidad se persigue, necesita de la Medida:

“El artista debe, si quiere trabajar bien, conocer la naturaleza de la Medida (Metron, Philebus 64 e).

La “Medida” está en la base de cualquier desarrollo artístico verdadero, porque sólo la medida “abre”, y “encaja” en la cerradura que facilita la entrada a la Emoción Estética, que es el Medio.

Entre las Artes, la más alta es la del hacedor divino, el Demiurgo, que compuso el Universo como una imitación de las Ideas Inmutables. El “Amor a la Belleza”, relaciona a los hombres con los dioses y con la belleza del reino eterno que habitan y sus expresiones.

Plotino añade: (Enéada N, 4·33).

El Bien irradia belleza de sí mismo y es la fuente de la belleza, mientras que la Belleza misma es la segunda en el orden de las emanaciones. Así, la belleza de un objeto hecho por el hombre (una estatua) es una imitación de la Belleza y, en última instancia, del Bien.

El impulso estético, tiene una primera diana definida: el impacto astral-búdico. A través del mismo éste penetra en otros niveles como el mental, donde agitando el pensamiento, no sólo sugiere ideas y juicios, también puede alcanzar niveles vibratorios más altos, puede llegar a provocar la visión intuitiva de realidades que están más allá del alcance de nuestro razonamiento y juicio.

¿Por qué impacta? Porque, como toda llave, previamente hay una cerradura que le corresponde y que es preexistente en el alma del ser humano.

A veces, al principio sólo se trata de una percepción mental, pero ésta por sí sola no es capaz de ir más allá. Sólo cuando ésta percepción mental impacta en lo mental-intuitivo, es cuando se abren las puertas a la contemplación de las realidades a las cuales apunta la obra artística.

¿Qué realidades son éstas?: Lo Metafísico, aquello que está más allá de lo mensurable, de lo sensible y manifiesto en este mundo. Y así se explica el título de este artículo, porque es a través de la Estética sensible que alcanzamos la Metafísica meta-sensible.

Hay, como podemos ver, hay muchas definiciones posibles sobre lo que es Estética, sobre el Arte, sobre lo que es y lo que no es. Pero desde esta perspectiva, el Arte es aquello que siguiendo los cánones, conocidos y desconocidos, pues no todos han sido revelados, con una intención definida de elevación humana y/o espiritual, o de compartir dicha experiencia, es capaz de alcanzar su meta profunda y tocar, como se suele decir, la fibra sensible, que no es otra más que la fibra espiritual y del Idealismo.

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viernes, diciembre 8

Blancas Navidades, ¿Un Mito?

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Blancas Navidades

¿Un Mito?

Los días se acercan, y como todos los años, también las fiestas, la familia… la añoranza, la pérdida, la tristeza…

Es el contraste único que estas fechas alegres y dramáticas al mismo tiempo nos trae. ¿Nada que no pueda resolver un par de copas?

Las navidades se han convertido en un asunto comercial, en la nueva colonia que regalar, en el nuevo electrodoméstico, o quizás un viaje. Hay para todo. También es el tiempo de las nuevas series televisivas, tan aburridas como siempre, aunque eso sí, rodeadas de papás noel, de arbolitos cargados de oropel, y de sonrisas y bondad que ya casi nadie cree.

No hay que olvidar las “comilonas”, las cenas de empresa o de confraternidad, y las bebidas que no falten, mientras más mejor.

Cuando en mi infancia no había mucho de comer entre las familias humildes, ese día especial, era el sacrificio de nuestros padres el que nos ofrecía algunas de las delicias inalcanzables el resto del año.

Pero ahora, ahítos de comida, de regalos, de bebidas, de alcohol… ¿Qué celebramos?

Las calles ahora están vacías, porque ya nadie va a la iglesia a celebrar la misa de ese día, y a confraternizar con los vecinos. En el portal del edificio donde vivía, de gente humilde, se juntaban todos, se compartían brindis y pequeños dulces navideños, se hacía sonar la zambomba y la pandereta, y los niños, junto con los adultos, cantaban las canciones que conocían.

Luego cuando algunos perdimos nuestro hogar, incluso en los refugios y comedores sociales se hacían pequeños regalos, quizás un humilde pañuelito en su cajita, o un bolígrafo bonito, y siempre una tarjeta de felicitación escrita con cariño.

Ahora tenemos casi de todo. Entonces, ¿qué añoramos?

Estos días estamos ensayando en una humilde coral algunos cantos para estas navidades. Es curioso, porque la canción, cantada por el desaparecido e inolvidable Bing Crosby allá por el año 1942, habla de añoranzas, de algo que ya entonces se había perdido.

“Sueño con blancas navidades, como las que yo conocía,
Cuando las copas de los árboles brillaban, y los niños escuchaban para oír las campanas de los trineos en la nieve…”

1942 no era precisamente una época moderna, se nos antoja muy antigua, de un siglo ya pasado. La segunda guerra ya había comenzado, aunque no afectaba por el momento a los norteamericanos, quienes celebraban las navidades a fondo con todos sus aditamentos. Entonces, ¿de qué añoranza hablaba la canción? ¿A qué otro tiempo se refería?

Se ha perdido el sentido religioso, y no me refiero a una religión concreta, sino al sentimiento profundo de que algo está pasando, algo realmente mágico que te conecta con el Universo entero. La Naturaleza entera, incluidos nosotros mismos, está adormeciéndose, muriendo poco a poco de frío y oscuridad.

Algunos van a ver el amanecer, el Solsticio de Invierno, el día más corto del año, el más negro, el más mortal, porque las tradiciones dicen que un día como ese mismo, la oscuridad continuará creciendo y creciendo, hasta que la luz desaparezca y la vida también.

La Naturaleza añora también la vuelta de la Luz, la necesita para no hundirse.

Apostados en la oscuridad, vemos salir el Sol…

No, no es así.

Encerrados en la oscuridad de nosotros mismos y del mundo, avanzamos y ascendemos con el movimiento cíclico de la Tierra, hasta llegar a la Luz que nunca se fue, que siempre estuvo allí. Nosotros nos encerramos en la oscuridad, y nosotros tenemos que salir de ella.

Es el Niño Sol que nace, el nuevo ciclo que se emprende, la Esperanza de que la Vida continúa su camino. Mas ese proceso de renacer no sólo se da en la naturaleza, también se da, aunque no siempre, en nuestro interior.

Esa canción precisamente habla de una época, en nuestra infancia, en la que NOSOTROS creíamos en los Dioses, en los Ángeles, en la Magia. Todo era posible, eramos INOCENTES, y por eso creíamos en un mundo invisible y en la Bondad entre los seres humanos.

Luego la vida nos decepcionó, las guerras, incluso en la Tierra de Jesús, cercenó no sólo la vida de miles de pobres niños, que no recibirán sus regalos de Navidad o de Ramadán (en que también se recibió una Luz desde lo alto) y que han conocido la crueldad sobre sus carnes aún sin entender por qué.

Así el mundo envejece por dentro, porque el Alma se rompe, se resquebraja; son signos de la vejez de la humanidad que se apaga.

Pero la Navidad justamente habla de lo contrario, habla sobre todo de LA ESPERANZA, de que un nuevo ciclo comenzará, tarde o temprano, para nosotros mismos y para todos los que nos rodean.

Yo, que tengo lágrimas en mis ojos, porque también como los demás recuerdo, pero sobre todo porque AÑORO LO QUE TIENE QUE VENIR.

Incluso esos pobres niños sacrificados, volverán y tendrán su oportunidad, porque esta Sinfonía de Almas, este Universo Grandioso, no olvida a nadie, ni siquiera a los desgraciados, y un día, no tan lejano como creemos, despertaremos de este Gran Sueño, y descubriremos que en realidad siempre estuvimos Allí, en la Navidad Eterna.

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