lunes, marzo 18

Filosofía de la India - 2 - La Controversia Aria

FILOSOFÍA DE LA INDIA 2

LA CONTROVERSIA SOBRE LOS ARIOS

El origen de la filosofía hindú deriva, como veremos más adelante, de la elaboración filosófica alrededor de los contenidos de sus textos sagrados, fundamentalmente los Vedas. 

Se postuló durante el siglo XIX, sobre todo por autores europeos, que dichas escrituras sagradas eran la producción de un pueblo invasor de la India primitiva, los arios, que procedentes del Norte del país trajeron consigo los Vedas, la lengua sánscrita y sus costumbres guerreras.

El imaginario construido a partir de estos puntos de vista sirvió como base para crear una división dentro la India, promovida por los intereses británicos coloniales, que aplicaron, como en muchas otras ocasiones y lugares, la política del “divide y vencerás”. De tal manera que por medio de una triple acción: cultural, religiosa y racial, incitaron a la controversia dentro del propio pueblo hindú hasta nuestros días.

El relato consistía en suponer la existencia de pueblos autóctonos anteriores, los drávidas, inferiores social y culturalmente, y por otro lado los pueblos “nobles” (arios), conquistadores de piel blanca que procedieron del Asía Central y del Oeste. Así, al tiempo que se dividía a la población de la India, se creaban mecanismos educativos como las escuelas británicas con contenidos británicos, en los que sólo se admitía a las clases más altas (brahmanes, kshatriyas, etc.). 

Estas instituciones educativas enseñaron a despreciar las tradiciones hindúes indígenas, a admirar la cultura y el pensamiento británico, promoviendo así la adscripción de estas clases indas invitándoles a formar parte de la administración, del ejercito, y de toda otra institución nacional, sirviendo bajo el mandato británico a sus intereses coloniales.

Una segunda agresión británica consistió en la propagación del cristianismo entre la población hindú. Los misioneros americanos e ingleses de varias iglesias fueron apoyados y estimulados por el régimen colonial, convirtiendo a muchos de sus nuevos fieles entre las clases inferiores. Hubo varios autores, entre ellos H.P. Blavatsky, que ya en el siglo XIX señalaron que el mayor número de crímenes, robos, etc, comparado con los seguidores del hinduismo clásico, se produjeron en la India por parte de estos conversos cristianos.

La tercera linea de acción, fue la traducción de los textos sagrados de la India (Vedas, Upanishads, Puranas, etc.) emprendida por Max Müller, un alemán, que apoyado por la Compañía de las Indias Orientales (British East India Company), entidad supuestamente comercial pero sostenida y sostenedora del dominio británico, que se propuso demostrar la ignorancia, superstición y falsedad de las creencias brahmánicas presentes en sus textos sagrados, además de extender el mito de la supremacia aria blanca de los primeros invasores de la India. 

Fruto de esta labor coordinada fue la colección de libros sagrados del oriente (Sacred Books of the East Series, 50 volúmenes). En una primera etapa, la degeneración en la que se encontraba en aquel momento la cultura hindú, hizo que Max Müller viera en los primitivos textos de los Vedas y Upanishads una altura que no se correspondía con la realidad de la época, haciéndole creer que la única solución para la regeneración de la India era la cristianización que daría lugar a un cristianismo sui generis hindú, no igual que el resto, pero que estaría más cerca de la más noble tradición aria.

La India está mucho más madura para el cristianismo que Roma o Grecia en la época de San Pablo. El árbol podrido tiene desde hace algún tiempo soportes artificiales, porque su caída habría sido inconveniente para el gobierno. Pero si el inglés llega a ver que el árbol debe caer, tarde o temprano, entonces la cosa está hecha. (Max Müller, carta al caballero Bunsen)

Esta triple acción colonial sobre el pueblo indio se acompañaba de una creciente admiración por el concepto del pueblo Ario, al que se hacía equivalente a las razas blancas europeas, las que colonizaban y dominaban el mundo en esa época, y que se consideraban por esta misma razón superiores a todas las demás. 

Las consecuencias de ello fueron letales, y aún hoy en día se dejan sentir tanto en la India como en el mundo occidental. Se construyó alrededor de ello toda una mitología política en Europa de desgraciada memoria. Si bien es cierto que la ocupación británica, como se suele decir, construyó lineas de ferrocarril, el telégrafo, etc. (que hacía por su propio interés comercial) también dejó según algunas estimaciones más de 100 millones de muertos detrás.

Durante la ocupación británica se desencadenaron episodios de hambruna entre la población devastadores - Hambruna en Madrás.

H. P. Blavatsky criticó en sus escritos esta manipulación, y por esa misma razón los servicios secretos británicos intentaron desacreditarla por varios medios, entre ellos acusándola de ser espía rusa (Rusia e Inglaterra en aquella época estaban enfrentadas). También señaló el abuso misionero de los cristianos en la India, y por esta misma razón fue atacada por ellos constantemente, hasta el punto de montar acusaciones falsas contra esta filósofa y escritora. Pero lo que más lamentó fue la creación por parte de los sistema educativos ingleses de una clase de funcionariado civil hindú al servicio británico, que renunció a su pasado, a su historia, a su pueblo, e incluso que tildó sus libros sagrados de pura superstición.

Apuntaba Blavatsky la existencia de enormes ciclos evolutivos de la Humanidad, en su conjunto, y por tanto la aparición progresiva de Humanidades sucesivas a las que para distinguirlas les asignó distintos nombres. Para ella, la presente humanidad, el presente ciclo que sería el quinto, era la Humanidad Aria, que prácticamente incluiría a todos los tipos humanos existentes hoy en día, salvo algunos restos procedentes de Humanidades anteriores. Por tanto, para ella, los Arios no se identificaban con los pueblos europeos nórdicos, ni de piel blanca, sino globalmente con la presente Humanidad, que tuvo un origen en un tiempo muy remoto, cientos de miles de años antes. Por el contrario, el concepto ario que elaboraron los eruditos europeos de la época era el de una raza superior originada en el Asia Central y Occidental, unos pocos miles de años antes, parte de la cual invadió la India por el norte, unos 1.500 años antes de la Era común, y otra parte se dirigió al Oeste constituyendo el núcleo de los pueblos occidentales europeos, particularmente los del norte de Europa.

Consideraba también H.P. Blavatsky que el origen, o tierra crisol de los pueblos de la quinta Humanidad o Humanidad Aria, donde comenzaron su andadura, después de cataclismos que casi los aniquila cientos de miles de años antes, radicaba en una zona del Asia Central, cerca de lo que entonces era un Mar interior, y ahora es un desierto, el Gobi, esta es la Aryavartha mítica, a la que hace referencia no sólo los textos hindués sino también los iranios. Esa Humanidad Aria, estaría constituido en sus diferentes ramas por la mayoría de la población humana existente hoy en día: pueblos de la India, europeos, árabes, semitas, chinos, amerindios, etc.

Hoy, los estudios científicos están de acuerdo con estas nociones de Blavatsky, así, por ejemplo, hoy se reconoce que el uso del término “ario” posee unas connotaciones lingüísticas, culturales y religiosas, pero en ningún caso raciales. El pueblo ario según Blavatsky se constituye alrededor de una tierra original, Aryavarta, una tierra casi mítica, situada más allá del Tibet, y ocupando una gran extensión, de donde partirían todas las emigraciones y poblaciones mencionadas anteriormente, la ciencia moderna sin embargo adscribe esta Aryavarta al norte de la India y al Indu Kush. Lingüísticamente se fundamenta en el sánscrito, como lengua original. El “ario” es el noble, el hombre superior moralmente, no como raza, sino como hombre civilizado, mientras que los pueblos “inferiores” no lo son por su raza u origen, sino por un comportamiento incivilizado o primitivo, semejante al concepto aplicado por los romanos a los bárbaros.

MIGRACIONES EN LA INDIA 

COMPOSICIÓN ÉTNICA:

Las ideas raciales del siglo XIX, que pretendían una invasión violenta y destructiva de los arios procedentes del norte, que acabaron con la civilización del Valle del Indus (Mohenjo Daro, Harappa) no es sostenible, no se observan en los restos arqueológicos signos de conquistas o destrucción de ciudades, los enterramientos aparecen a varios niveles, y no superficiales como ocurriría en una matanza por invasión. Pacíficamente, a lo largo de siglos, en la parte norte de la India se asentaron emigrantes procedentes de Eurasia (teoría Kurgan) que se añadieron a las poblaciones ya existentes. Se distinguen pues dos grupos ancestrales fundamentales:

Ancestral North Indians (ANI) o Indios Ancestrales del Norte (9000 antes de la Era Común) Ancestral South Indians (ASI) o Indios Ancestrales del Sur (4000 antes de la Era Común)

Estos dos grupos se mezclaron a partir del 4000 antes de la Era Común.

Por consiguiente, Mohenjo Daro, o Harappa, forman parte del conjunto de la civilización hindú, y no son el resultado de una civilización drávida conquistada.

El grupo ANI, o Indios Ancestrales del Norte, son de ascendencia euro-asiática occidental, iraníes primitivos, y pastores de las estepas occidentales (Kurgan)

El grupo ASI, o Indios Ancestrales del Sur, están relacionados con los asiáticos orientales, aborígenes australianos, y pueblos de Andamán.

Como se indica más arriba, a partir del 4000 antes de la Era Común se mezclaron, constituyendo pues una sola unidad en variedad, de la misma manera que en España podemos hablar de vascos, catalanes-mediterráneos, gallegos-suevos, andaluces-árabes, etc., todas estas variantes sobre una base ancestral hispanorromana, como ocurre así mismo en otras muchas regiones de Europa.

Lo que caracterizó a la cultura aria fue una alta sensibilidad espiritual, una gran capacidad e inventiva, y una organización social compleja, y un espíritu caballeresco que se refleja en grandes obras como el Mahabharata y el Bhagavagad Gita.

(Continuará)

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miércoles, marzo 13

Filosofía de la India - Introducción

Filosofía de la India

Introducción

Enfocar debidamente la filosofía hindú en todos sus aspectos es una tarea extremadamente difícil. No obstante, un repaso general es posible, siempre que nos limitemos cada vez a un área específica.

¿Existe una filosofía hindú? Para muchos autores e historiadores de la filosofía occidental no existe realmente una “filosofía” hindú, porque consideran que no se ajusta a los parámetros de lo que llamamos filosofía en Occidente, es decir la epistemología (ciencia del conocimiento), la razón (lógica formal e informal) la fenomenología y el existencialismo, las ciencias cognitivas, etc.

Pero todo depende de lo que entendamos por filosofía. La búsqueda de la Sabiduría es el objetivo de cualquiera filosofía verdadera. Y por Sabiduría no hay que entender la mera suma de conocimientos, sino el acercamiento cognitivo e intuitivo a la Verdad interna de la Naturaleza y la Verdad interna del Ser humano. Por tanto, necesariamente, tiene que adentrarse en el misterio del Ser o Esencia. Mientras que la filosofía occidental se deleita en describir la Existencia.

No es posible pues filosofar sin entender la relación entre esas dos Verdades señaladas más arriba, que en principio son misterios que hay que desvelar poco a poco, a medida que la propia conciencia avanza en esa dirección. Y el objetivo no es especular o deleitarse en la posesión de ciertos conocimientos, sino alcanzar la liberación, pues tarde o temprano las filosofías verdaderas descubren que el ser humano que se despierta busca la luz, como el prisionero liberado de la Caverna de Platón, quien también descubre que había nacido preso y encadenado.

Toda concepción del mundo que ignore o deseche lo trascendente, aboca necesariamente a la angustia existencial, al nihilismo y a la destrucción de uno mismo, o bien al dominio y explotación de los demás, como forma de compensación ante un horizonte limitado.

Es más correcto pues hablar de una Historia del Pensamiento de la India, que incluye la ciencia, la metafísica, la teología religiosa, la psicología profunda, y la organización mítica de la sociedad hindú (las varnas o castas), y los fundamentos legislativos (Leyes de Manú) que organizan la vida entera, desde el nacimiento hasta la extinción final.

Sarvepalli RadhaKrishnan (1888-1975) político, filósofo y académico hindú, segundo presidente de la India independiente, es considerado como uno de los más respetados eruditos universitarios especialista en religiones comparativas y en filosofía. Propuso como temas nucleares del Espíritu de la Filosofía Hindú los siguientes:


(1) La principal característica de la filosofía india en general es su Concentración en lo Espiritual.

Tanto en la vida como en la filosofía, el motivo espiritual predomina en la India. A excepción de la escuela materialista menor de los Charvakas, la filosofía en la India concibe al hombre como de naturaleza espiritual, interesado principalmente en su destino espiritual, y lo relaciona de una forma u otra con un universo que también es espiritual en su carácter esencial. Ni el hombre ni el universo se consideran físicos en su esencia, y el bienestar material nunca ha sido reconocido como la meta de la vida humana, excepto por los Charvakas.

(2) Otro punto de vista característico de la filosofía india es la creencia en la íntima Relación entre Filosofía y Vida.

Esta actitud en la aplicación práctica de la filosofía a la vida se encuentra en todas las escuelas de filosofía india. Si bien la abundancia natural y la prosperidad material allanaron el camino para el surgimiento de la especulación filosófica, la filosofía nunca se ha considerado un mero ejercicio intelectual. La estrecha relación entre teoría y práctica, doctrina y vida, siempre ha sido sobresaliente en el pensamiento indio. Todo sistema indio busca la verdad, no como un “conocimiento académico por sí mismo”, sino para aprender la verdad que puede hacer libres a los hombres.

Todo sistema importante de la filosofía india parte de los problemas prácticos y trágicos de la vida y busca la verdad para resolver el problema de la angustia del hombre en el mundo en el que se encuentra. No ha habido enseñanza que se haya quedado en un mero boca a boca o en un dogma de escuela. Cada doctrina se ha convertido en una convicción apasionada, que conmueve el corazón del hombre, le acelera el aliento y transforma por completo su naturaleza personal. En la India, la filosofía es de por vida; es para ser vivido. No basta con conocer la verdad; la verdad hay que vivirla. El objetivo del indio no es conocer la verdad última, sino comprenderla, volverse uno con ella.

(3) La filosofía india se caracteriza por la Actitud Introspectiva y el enfoque introspectivo de la realidad.

Se piensa en la filosofía como atmavidya, o conocimiento del yo. La filosofía puede comenzar con el mundo externo o con el mundo interno o naturaleza interna del hombre, el yo del hombre. En su búsqueda de la verdad, la filosofía india siempre ha estado fuertemente dominada por la preocupación por la vida interior y el yo del hombre más que por el mundo externo de la naturaleza física. La ciencia física, aunque desarrollada extensamente en la Edad de Oro de la cultura india, nunca fue considerada el camino hacia la verdad última; la verdad se busca y se encuentra dentro. Entonces, lo subjetivo, más que lo objetivo, se convierte en el centro de interés de la filosofía india y, por lo tanto, la psicología y la ética se consideran más importantes como aspectos o ramas de la filosofía que las ciencias que estudian la naturaleza física.

(4) Este interés introspectivo es muy propicio para el idealismo, por supuesto, y en consecuencia, la mayor parte de la filosofía india es Idealista de una forma u otra.

La tendencia de la filosofía india, especialmente el hinduismo, ha ido en la dirección del idealismo monista. Casi toda la filosofía india cree que la realidad es, en última instancia, una y, en última instancia, espiritual. Algunos sistemas han parecido abrazar el dualismo o el pluralismo, pero incluso estos han estado profundamente permeados por un fuerte carácter monista. Si concentramos nuestra atención en el espíritu subyacente de la filosofía india en lugar de su variedad de puntos de vista, encontraremos que este espíritu está encarnado en la tendencia a interpretar la vida y la realidad siguiendo el camino del idealismo monista.

(5) La filosofía india hace un uso extenso e incuestionable de la razón, pero se acepta la Intuición como el único método a través del cual se puede conocer lo último.

La razón, el conocimiento intelectual, no es suficiente. La razón no es inútil ni falaz, pero es insuficiente. Para conocer la realidad uno debe tener una experiencia real de la misma. Uno no solo conoce la verdad en la filosofía india; uno se da cuenta. La palabra que describe más acertadamente la filosofía en la India es darsana, que proviene de la raíz verbal drs, que significa “ver”. “Ver” es tener una experiencia intuitiva directa del objeto o, más bien, realizarlo en el sentido de volverse uno con él. No es posible un conocimiento completo mientras exista la relación del sujeto por un lado y el objeto por el otro.

(6) Otra característica de la filosofía india, estrechamente relacionada con la anterior, es la así llamada Aceptación de la autoridad.

Aunque los sistemas de la filosofía india varían en el grado en que se relacionan específicamente con el antiguo sruti, ninguno de los sistemas, ortodoxo o no ortodoxo, excepto el Charvaka, viola abiertamente las ideas intuitivas aceptadas de sus antiguos videntes, ya sea sean los videntes hindúes de los Upanishads, la experiencia intuitiva del Buda, o la sabiduría intuitiva similar de Mahavira, el fundador del jainismo, o como la experimentamos hoy. Los filósofos indios siempre han sido conscientes de la tradición y, como se ha indicado antes, los grandes constructores de sistemas de períodos posteriores afirmaron ser meros comentaristas, explicando la sabiduría tradicional del pasado.

(7) Por último, hay una Tradición Sintética general que es esencial para el espíritu y el método de la filosofía india.

Esto es tan antiguo como el Rig Veda, donde los videntes se dieron cuenta de que la verdadera religión abarca todas las religiones, de modo que “Dios es uno, pero los hombres lo llaman por muchos nombres”. La filosofía india se caracteriza claramente por el enfoque sintético de los diversos aspectos de la experiencia y la realidad. La religión y la filosofía, el conocimiento y la conducta, la intuición y la razón, el hombre y la naturaleza, Dios y el hombre, el noúmeno y el fenómeno, son todos armonizados por la tendencia sintetizadora de la mente india. El hindú tiende a creer incluso que los seis sistemas, así como sus variedades de subsistemas, están en armonía entre sí, de hecho, se complementan en la visión total, que es una. En contraste con la filosofía occidental, con su enfoque analítico de la realidad y la experiencia, la filosofía india es fundamentalmente sintética.


Aunque la filosofía hindú, a lo largo de los siglos, ha recibido múltiples influencias y ha evolucionado también por sí misma, tenemos que comenzar con algunas ideas sobre los pueblos arios, y sus primeros textos sagrados, los Vedas, su origen en la Aryavartha mítica, y los pueblos primitivos de la India, los drávidas, junto con las culturas del valle del Indus, Harappa y Mohenjo Daro. Pero eso lo veremos en la próxima entrega.

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martes, enero 30

El Arte Que Trasciende: Estética Metafísica

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El Arte que trasciende

Estética Metafísica

Lo que caracteriza al mundo de hoy es la falta de profundidad. Todo carece de trascendencia, por tanto cualquier actividad humana, llevada a su última perfección, se queda corta porque no es capaz de saltar la barrera del límite metafísico. En otras palabras, las explicaciones materialistas al uso tanto del Arte, como de la Historia, de la Psicología, de la Ciencia, etc., terminan en el mismo lugar donde empezaron, en el dominio de lo físico y material. Y dando vueltas y coletazos, como un pez sacado del agua, nos hace morir de asfixia, por falta de elementos superiores, aplastados así por lo ramplón que no ve más allá de sus estrechas miras.

Resumiendo, el Límite Metafísico insuperable, está en la raíz de la angustia vital propugnada, por ejemplo, por esa pseudo-filosofía llamada existencialismo del marxista estalinista y materialista Jean Paul Sartre.

La Música, o sea las Artes de las Musas, que no se limitan pues al sonido, sino a toda su producción artística, es un ejemplo de ejercicio para superar los límites entre la materia y lo metafísico. Todas las llamadas “artes”, y utilizo letras en minúsculas con toda intención, pueden ser utilizadas de una manera vulgar y material, o bien servir de pedestal a partir del cual lanzarse a las conquistas del espíritu.

Así, de esta última manera el “arte” o diríamos mejor lo artesanal, se convierte en ARTE, que nos permite intuitivamente trascender la vida vulgar.

Por ejemplo,la Música, como Arte de los Sonidos, formaba parte en la antigüedad de los Misterios. Hoy esta palabra, no encierra en verdad misterio alguno, salvo el de la ignorancia o la superstición, ya que a lo que los clásicos se referían con tal nombre era a las ceremonias iniciáticas en las que los “Mystae”, los velados, podían contemplar las verdades divinas, en lo que Platón llamaba la “epopteía”, la visión directa de los dioses.

La Música y el Teatro mistérico ayudaban pues a los “velados”,o sea a los que no podían ver la realidad directamente, sino a través de velos, a despojarse de los mismos y contemplar la Verdad. Pues hay verdades últimas que no pueden ser expresadas por el discurso racional, sino a través del sentimiento estético que es capaz de transportarnos a experiencias superiores.

Durante el Renacimiento italiano, el mundo románico encerrado en sí mismo, y cargado de las cadenas del peso eclesiástico, acabó por romper los límites metafísicos impuestos. De repente, la Tierra, rodeada por 7 esferas de las que pendían los ángeles, regida desde arriba por un ser supremo que más bien parecía una repetición del Zeus griego, se abrió a un mundo nuevo lleno de ARTE, que explicaba lo invisible a través de un impulso metafísico cargado de belleza. Los antiguos Misterios se expresaban de nuevo tímidamente a través del Arte.

Como ejemplo, esta es la época de Marsilio Ficino, el pequeño hombre, quien fue destinado desde joven por Cosme de Medici, patrón y regente efectivo de Florencia, a ser el instructor y traductor de los trabajos de Platón, perdidos entonces para el mundo occidental. Fue Ficino el verdadero impulsor de la Escuela Platónica del Renacimiento, que tanta influencia tuvo también sobre el trabajo de artistas como Botticelli, y obras como “La Primavera” y “El Nacimiento de Venus”. Personalidades tales como Pico de la Mirandola, Agrippa de Nettesheim, Durero, Milton, etc. recibieron la influencia de Marsilio Ficino.

Se decía que en dichas reuniones en la Escuela Platónica, cuando la tristeza o el desánimo cundía entre sus participantes, Ficino con su lira mágica, templaba y exaltaba el espíritu de todos los participantes, muchos de los cuales fueron los pioneros del maravilloso Renacimiento italiano.

Las Artes se hacían así terapéuticas, e incluso la música occidental recuperó en parte los antiguos vientos, avanzando paso a paso desde el Renacimiento hasta las poderosas obras de la Época Clásica. En Occidente se ha comenzado otra vez a explorar el valor terapéutico de la música, y se está aplicando incluso en niños con autismo o con déficits intelectuales. Ahora bien, el arte y la música en particular como terapia, tiene que ser activo, hay que formar parte del mismo.

Pero además, ayuda a romper los límites metafísicos, acompaña con sus vibraciones el alma para que penetre intuitivamente en lo que está más allá de este mundo material. Las Artes, en sus múltiples expresiones, nos permiten hablar con los dioses, con el mundo arquetípico.

En el antiguo Egipto, por ejemplo,se utilizaba la música de los planetas, o de las 7 Vocales, cada una relacionada con el sonido de un planeta sagrado, y por ende con un dios, siendo las distancias teóricas de sus órbitas, hasta el centro, las cuerdas de un arpa imaginaria. De ahí que se hablase de la Música de las Esferas, la vibración de cada planeta al moverse en círculos. Esas siete vocales, han sido investigadas por muchos eruditos, llegando a conclusiones sorprendentes.

Por tanto, ¡qué triste es que un músico, un artista, diga hoy en día que sólo se trata de un trabajo más!, porque significa que ya no posee la varita mágica de la Estética Metafísica.

DE LA ESTÉTICA A LA METAFÍSICA

Arte y Estética no son sinónimos, aunque están íntimamente relacionados. Veamos primero que se suele entender por Estética:

La Estética se define como una rama de la filosofía, centrada en el estudio del conocimiento obtenido a través de los sentidos, y él estudio de las características de estos últimos.

Se considera el “nacimiento” de la Estética occidental y su relación con la Filosofía, a partir de la obra del filósofo alemán Alexander Gottleib Baumgarten (Aesthetica, 1750)

Transmisión Esotérica:

El Arte también ha servido para transmitir lo que nadie podía expresar con palabras. Así, del sacerdote budista Kukai (774-785) tomamos las siguientes palabras:

El abad me informó que las escrituras esotéricas son tan abstrusas que su significado no puede transmitirse excepto a través del arte. Por esta razón, ordenó al artista de la corte Li Chen y a una docena de otros pintores que ejecutaran diez rollos de los mandalas de la Matriz y del Diamante…

Refinamiento y Educación

“La Caligrafía China”

La caligrafía china se ha relacionado con la comunicación y el cultivo espiritual. Su práctica requiere altas cualidades personales. Requiere experiencia, meditación, penetración y sensibilidad, forma parte de la educación del noble.

Religiosidad

El Arte Árabe-Musulmán

La representación figurativa de seres vivos, estando prohibida en el Islam, ha hecho que el arte islámico haya desarrollado por un lado la belleza formal representada en las formas geométricas, a menudo alegóricas, por ejemplo la estructura de los jardines, a semejanza del paraíso, y por otro lado las representaciones caligráficas cuyo valor y dignidad no sólo radican en su forma sino también en el significado de las palabras o versos del Corán.

Medida y Medio

Filocalía o «Amor a la Belleza»

Para Platón, el Arte, o mejor aún, el “Efecto Estético”, que es lo que en realidad se persigue, necesita de la Medida:

“El artista debe, si quiere trabajar bien, conocer la naturaleza de la Medida (Metron, Philebus 64 e).

La “Medida” está en la base de cualquier desarrollo artístico verdadero, porque sólo la medida “abre”, y “encaja” en la cerradura que facilita la entrada a la Emoción Estética, que es el Medio.

Entre las Artes, la más alta es la del hacedor divino, el Demiurgo, que compuso el Universo como una imitación de las Ideas Inmutables. El “Amor a la Belleza”, relaciona a los hombres con los dioses y con la belleza del reino eterno que habitan y sus expresiones.

Plotino añade: (Enéada N, 4·33).

El Bien irradia belleza de sí mismo y es la fuente de la belleza, mientras que la Belleza misma es la segunda en el orden de las emanaciones. Así, la belleza de un objeto hecho por el hombre (una estatua) es una imitación de la Belleza y, en última instancia, del Bien.

El impulso estético, tiene una primera diana definida: el impacto astral-búdico. A través del mismo éste penetra en otros niveles como el mental, donde agitando el pensamiento, no sólo sugiere ideas y juicios, también puede alcanzar niveles vibratorios más altos, puede llegar a provocar la visión intuitiva de realidades que están más allá del alcance de nuestro razonamiento y juicio.

¿Por qué impacta? Porque, como toda llave, previamente hay una cerradura que le corresponde y que es preexistente en el alma del ser humano.

A veces, al principio sólo se trata de una percepción mental, pero ésta por sí sola no es capaz de ir más allá. Sólo cuando ésta percepción mental impacta en lo mental-intuitivo, es cuando se abren las puertas a la contemplación de las realidades a las cuales apunta la obra artística.

¿Qué realidades son éstas?: Lo Metafísico, aquello que está más allá de lo mensurable, de lo sensible y manifiesto en este mundo. Y así se explica el título de este artículo, porque es a través de la Estética sensible que alcanzamos la Metafísica meta-sensible.

Hay, como podemos ver, hay muchas definiciones posibles sobre lo que es Estética, sobre el Arte, sobre lo que es y lo que no es. Pero desde esta perspectiva, el Arte es aquello que siguiendo los cánones, conocidos y desconocidos, pues no todos han sido revelados, con una intención definida de elevación humana y/o espiritual, o de compartir dicha experiencia, es capaz de alcanzar su meta profunda y tocar, como se suele decir, la fibra sensible, que no es otra más que la fibra espiritual y del Idealismo.

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viernes, diciembre 8

Blancas Navidades, ¿Un Mito?

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Blancas Navidades

¿Un Mito?

Los días se acercan, y como todos los años, también las fiestas, la familia… la añoranza, la pérdida, la tristeza…

Es el contraste único que estas fechas alegres y dramáticas al mismo tiempo nos trae. ¿Nada que no pueda resolver un par de copas?

Las navidades se han convertido en un asunto comercial, en la nueva colonia que regalar, en el nuevo electrodoméstico, o quizás un viaje. Hay para todo. También es el tiempo de las nuevas series televisivas, tan aburridas como siempre, aunque eso sí, rodeadas de papás noel, de arbolitos cargados de oropel, y de sonrisas y bondad que ya casi nadie cree.

No hay que olvidar las “comilonas”, las cenas de empresa o de confraternidad, y las bebidas que no falten, mientras más mejor.

Cuando en mi infancia no había mucho de comer entre las familias humildes, ese día especial, era el sacrificio de nuestros padres el que nos ofrecía algunas de las delicias inalcanzables el resto del año.

Pero ahora, ahítos de comida, de regalos, de bebidas, de alcohol… ¿Qué celebramos?

Las calles ahora están vacías, porque ya nadie va a la iglesia a celebrar la misa de ese día, y a confraternizar con los vecinos. En el portal del edificio donde vivía, de gente humilde, se juntaban todos, se compartían brindis y pequeños dulces navideños, se hacía sonar la zambomba y la pandereta, y los niños, junto con los adultos, cantaban las canciones que conocían.

Luego cuando algunos perdimos nuestro hogar, incluso en los refugios y comedores sociales se hacían pequeños regalos, quizás un humilde pañuelito en su cajita, o un bolígrafo bonito, y siempre una tarjeta de felicitación escrita con cariño.

Ahora tenemos casi de todo. Entonces, ¿qué añoramos?

Estos días estamos ensayando en una humilde coral algunos cantos para estas navidades. Es curioso, porque la canción, cantada por el desaparecido e inolvidable Bing Crosby allá por el año 1942, habla de añoranzas, de algo que ya entonces se había perdido.

“Sueño con blancas navidades, como las que yo conocía,
Cuando las copas de los árboles brillaban, y los niños escuchaban para oír las campanas de los trineos en la nieve…”

1942 no era precisamente una época moderna, se nos antoja muy antigua, de un siglo ya pasado. La segunda guerra ya había comenzado, aunque no afectaba por el momento a los norteamericanos, quienes celebraban las navidades a fondo con todos sus aditamentos. Entonces, ¿de qué añoranza hablaba la canción? ¿A qué otro tiempo se refería?

Se ha perdido el sentido religioso, y no me refiero a una religión concreta, sino al sentimiento profundo de que algo está pasando, algo realmente mágico que te conecta con el Universo entero. La Naturaleza entera, incluidos nosotros mismos, está adormeciéndose, muriendo poco a poco de frío y oscuridad.

Algunos van a ver el amanecer, el Solsticio de Invierno, el día más corto del año, el más negro, el más mortal, porque las tradiciones dicen que un día como ese mismo, la oscuridad continuará creciendo y creciendo, hasta que la luz desaparezca y la vida también.

La Naturaleza añora también la vuelta de la Luz, la necesita para no hundirse.

Apostados en la oscuridad, vemos salir el Sol…

No, no es así.

Encerrados en la oscuridad de nosotros mismos y del mundo, avanzamos y ascendemos con el movimiento cíclico de la Tierra, hasta llegar a la Luz que nunca se fue, que siempre estuvo allí. Nosotros nos encerramos en la oscuridad, y nosotros tenemos que salir de ella.

Es el Niño Sol que nace, el nuevo ciclo que se emprende, la Esperanza de que la Vida continúa su camino. Mas ese proceso de renacer no sólo se da en la naturaleza, también se da, aunque no siempre, en nuestro interior.

Esa canción precisamente habla de una época, en nuestra infancia, en la que NOSOTROS creíamos en los Dioses, en los Ángeles, en la Magia. Todo era posible, eramos INOCENTES, y por eso creíamos en un mundo invisible y en la Bondad entre los seres humanos.

Luego la vida nos decepcionó, las guerras, incluso en la Tierra de Jesús, cercenó no sólo la vida de miles de pobres niños, que no recibirán sus regalos de Navidad o de Ramadán (en que también se recibió una Luz desde lo alto) y que han conocido la crueldad sobre sus carnes aún sin entender por qué.

Así el mundo envejece por dentro, porque el Alma se rompe, se resquebraja; son signos de la vejez de la humanidad que se apaga.

Pero la Navidad justamente habla de lo contrario, habla sobre todo de LA ESPERANZA, de que un nuevo ciclo comenzará, tarde o temprano, para nosotros mismos y para todos los que nos rodean.

Yo, que tengo lágrimas en mis ojos, porque también como los demás recuerdo, pero sobre todo porque AÑORO LO QUE TIENE QUE VENIR.

Incluso esos pobres niños sacrificados, volverán y tendrán su oportunidad, porque esta Sinfonía de Almas, este Universo Grandioso, no olvida a nadie, ni siquiera a los desgraciados, y un día, no tan lejano como creemos, despertaremos de este Gran Sueño, y descubriremos que en realidad siempre estuvimos Allí, en la Navidad Eterna.

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martes, noviembre 21

La Maldad III - Satán y la Entropía Universal

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Satán y la Entropía Universal

Todo en el Universo sigue leyes uniformes, hasta donde podemos colegir. Como en una gran tacada de billar, desde el Big Bang, todas las energías, tiempo y espacio, se despliegan incesantemente, al unísono, siguiendo el programa establecido.

Las grandes leyes de la física determinan lo que ha de ocurrir, la materia desarrolla sus potencialidades, en sus infinitas variaciones, pero dentro de los límites establecidos.

Algunos científicos especulan incluso con la idea de que si hubiese habido incluso pequeñas variaciones en algunos de los parámetros físicos iniciales del desarrollo de nuestro universo, la vida tal como la conocemos no habría existido, y la existencia del hombre hubiera sido imposible.

Algunos extraen de esto último la idea de la existencia de un Dios extra cósmico, que diseñó las cosas para que fuesen así. Sin embargo, a mi parecer este “Universo” es de por sí bastante misterioso como para tener que inventar ningún agente externo operando sobre el mismo.

Así, la Gran Tacada de Billar, se desarrolla imparable, homogénea, ineludible y uniforme.

Pero…

En el mismo seno del Universo, surge la Vida, o mejor dicho, dado que la vida está presente hasta en un átomo, surgen los primeros atisbos de Conciencia y de vida independiente, que incluso está en lucha contra los parámetros determinantes del Universo.

Si un científico me dice que “eso ya estaba previsto, ya que son leyes inherentes de la naturaleza”, le daré toda la razón. Pero justamente en eso consiste el Misterio: ¿un universo mecánico, todo establecido y sujeto a leyes, en el que surge… Satán?.

No se me asusten, que no soy seguidor de las diabluras teológicas. Satán, en las antiguas teogonías, es el descarrilamiento de todo lo establecido, el disruptor. Es un símbolo del poder de la vida consciente que se rebela contra la tiranía de la materia ciega.

En el Antiguo Egipto, por ejemplo, era Seth, el hermano oscuro del brillante Osiris. A diferencia de sus hermanos, Seth nace rompiendo violentamente el costado de su madre Nut, el cielo. Su jeroglífico significa también violencia, sorpresa, tormenta, disrupción, disturbio.

Satán es también en la Biblia quien rompe la angelical y pasiva vida del primer ser humano, el Adán-Eva andrógino, quien era un ser sin otra esperanza que vagar por un jardín, sin inteligencia y sin libertad como un semi autómata. Pero el Adversario (eso significa  Satán), quien según la propia teología es ministro del Altísimo (El-Elyon en la Biblia no traducida), o sea, el agente encubierto de la divinidad, es quien se opone a los planes del celoso Jehová, aquel dios menor que formó al hombre de barro (físico) pero no le dotó de inteligencia. 

El Adversario es quien se encarga de ello, de abrir las puertas de la conciencia al hombre en ciernes ofreciéndoles el conocimiento, la Sabiduría de la manzana, aunque suponga perder el jardín de la infancia, para salir al mundo, a sus batallas, a sus esfuerzos, a sus conquistas y a sus derrotas, en definitiva a ser realmente un Hombre, y no un autómata.

En el “Paraíso Perdido” de John Milton se describe con estas características a Lucifer y su ambición de despertar por sí solo a la conciencia, incluso a través del sufrimiento:

“Aquí podemos reinar con seguridad, y, según mi parecer, reinar es digno de ambición, aunque sea en el Infierno; vale mas reinar en el Infierno que servir en el Cielo…”

…Denme la libertad para saber, pensar, creer y actuar libremente de acuerdo con la conciencia, sobre todas las demás libertades…

…Todos los caminos me llevan al infierno. Pero ¡Si el infierno soy yo! ¡Si por profundo que sea su abismo, tengo dentro de mí otro más horrible, más implacable, que a todas horas me amenaza con devorarme!…

El Abismo que lo amenaza es la Ignorancia, y su propia rebelión contra ella. Es su desafío, es su guerra, su tormento, y su gloria.

El Aburrido Universo que sigue las Leyes Inexorables de la Entropía y la Inercia, de repente ve truncado sus planes. ¿O acaso estos eran sus planes ocultos?¿No estaba quizás programada la rebelión en sus leyes ocultas?

La Vida pasiva e inerte del átomo, se convierte en el Satán-Adversario, o sea esa inteligencia humana insaciable de conocimiento, de sed de dominio por el mundo, que inexorablemente le llevará al Conocimiento de Sí Mismo, y al Dominio de Sí Mismo.

En el Big Bang todo es expansión hacia afuera, pero la aparición de la inteligencia hace que los seres más avanzados comiencen a implosionar hacia dentro, a lo más interno del ser humano y de todos los seres inteligentes. ¿Quizás el Universo entero no sufre un proceso similar? ¿No es acaso el Logos Creador de las tradiciones un esfuerzo para conocerse a Sí Mismo? Quizás en eso consiste toda la evolución, en un Salir hacia Afuera, para finalmente Retornar tras millones de años al Centro de Sí Mismo.

Entonces, el Logos, la Luz de la Inteligencia, tuvo que manifestarse primero hacia afuera, para conocer el mundo, y luego verter su Luz al Interior. ¿No es acaso ese el significado de “Lucifer”, el “Portador de la Luz”?

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jueves, noviembre 16

El Sendero del Millón de Aciertos

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El Sendero del Millón de Aciertos

Uno de los Sutras budistas más famosos en todo el Oriente, especialmente en China y Japón, es el llamado Sutra del Loto.

De una manera sutil, introduce elementos fundamentales de la llamada Escuela Budista Mahayana, o del Gran Vehículo. Frecuentemente se utiliza esa denominación, como contraposición peyorativa hacia las otras escuelas budistas más antiguas, la Hinayana, o sea la escuela del Pequeño Vehículo.

Pero ¿cómo podría alguien haber estudiado una carrera superior si no le hubiesen enseñado previamente muchas cosas básicas y necesarias?. Esto se olvida a menudo, y precisamente este Sutra del Loto emprende una doble tarea.

Por un lado, a través de una exaltada imaginería, repetitiva, multicolor, donde nos habla de las cualidades innumerables de los Budas, y de los Bodhisattvass, que dispensan sus enseñanzas, según este Sutra, a través de Millones e incluso Billones de Años, en distancias infinitas, en las cuatro direcciones del espacio, enseñanzas a las que atienden también incontables seres de todo el Universo.

Y sin embargo, a través de esos versos, repetitivos a veces, de descripciones fabulosas, en casi ningún lugar de este largo Sutra se específica de manera clara qué enseña. No posee este Sutra una lista de credos, prácticas, o creencias ordenadas para ser memorizadas, sino que como un hilo dorado, poéticamente, deja que la imaginación vuele hasta situarse en mundos que nada tienen que ver con este tan agobiante de nuestros problemas.

Y esa es precisamente la Primera Enseñanza.

Hay que salir de este mundo, no como escapatoria, sino como reconocimiento del espejismo material que nos rodea, de las preocupaciones irreales que nos acechan, de las enfermedades de la vida que se acaba y que nos ata con el Deseo ardiente y constante de esta existencia.

¿Es que podría ser de otra manera?

El Sutra del Loto nos introduce también un concepto muy importante: El Buda utiliza Medios Hábiles. Aclaremos primero. El Buda que nos habla aquí no es ya Gautama Sakyamuni el Buda, aquél que nació en el siglo VI antes del otro Mensajero occidental. Se trata en realidad de la Sabiduría Eterna quien habla por su boca y la misma que ha estado en la boca de tanto Sabios, también inconmensurables en su número como las estrellas. Y esa Sabiduría Eterna, esa Iluminación que nos convierte poco a poco a todos en Budas, o sea iluminados o “despiertos” en este sueño de muerte, toma de la mano a cada uno de nosotros, y nos guía pausadamente. A unos como niños, a otros, como adultos, a otros como sabios, a unos como rebeldes, a otros como pacíficos seguidores. Cada durmiente recibe su enseñanza, la que le conviene.

Los Medios Hábiles de los Budas ayudan a cambiar progresivamente nuestra mentalidad, abre, como si de un Loto se tratase ─de ahí quizás el nombre de este sutra─ nuestra Alma hasta entender poco a poco los fundamentos de la Verdad. Hemos sido niños, luego adultos, hemos sido musulmanes, cristianos, paganos, ritualistas y cabalistas, creyentes simples, otras veces místicos, poetas, artistas, y miles de cosas más. El Loto se abre poco a poco, hasta que la Luz penetra en su interior sin obstáculos.

Este Sutra dice que casi todos los seres se solazan en una doctrina inferior porque temen la Gran Sabiduría. Y por eso los Budas, hábilmente, muestran lugares de descanso en el camino, señalan objetivos inmediatos, llámese Nirvana, Paraíso, o simplemente el Descanso después de la jornada agotadora de la vida.

Necesitamos olvidar, soltar el pesado fardo de la conciencia que se enreda poco a poco en nuestros pies, impidiendo avanzar entre tanto dolor. Por eso la Naturaleza, el Buda de la Sabiduría del Mundo, ha dispuesto en el camino el lugar para aliviar la carga y refrescarse.

Las faltas del pasado forman parte del sendero, son las etapas anteriores, son la conciencia del error cometido. La experiencia queda, pero hay que borrar la memoria aquello de lo que nada se gana.

Y si aún así no lo conseguimos, y si el pasado vuelve una y otra vez, acusándonos, entonces tenemos que sacudirnos de ese fardo inútil, y recordar cuántas veces hemos acertado, las muchas veces que hemos surgido victoriosos ante nuestra debilidad. Sí, ciertamente hemos caído quizás quinientas veces, incluso miles de veces, tal vez millones de veces si consideramos el largo sendero de vidas recorrido.

Pero aquí estamos, tras haber cruzado innumerables veces las puertas de la vida, tras haber acertado billones de veces, hemos nacido victoriosos como seres humanos, y ese es un gran privilegio.

Sentimos dolor al recordar el mal, o más bien el error que cometimos, nuestro pesar infinito por el daño hecho a otros, pero hay que saber que la vida de un ser humano no se juzga por su último acto, nadie es condenado por desconfiado. Es necesario también recordar las muchísimas veces que hemos sido buenos, que hemos sido generosos, que hemos combatido el mal, que hemos cuidado de los demás…

Descubriremos así que no somos diablos malvados ni santos divinos, sino solamente caminantes humanos, los gladiadores incansables de este sendero de gloria más allá del dolor y la muerte. Sí, ciertamente te has equivocado, pero millones de veces más has vencido pues si no fuese así no formarías parte de esta gran fraternidad humana.

Así el Sutra del Loto, tiende una mano suave y llena de esperanza sobre todos los seres de este universo, nos dice que no hay Hinayana ni Mahayana, no hay Católicos ni Protestantes, no hay Creyentes e Incrédulos, sólo hay Seres en el camino, trazado por los Medios Hábiles de la Sabiduría Atemporal.

domingo, octubre 29

La Maldad II - La Caída

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La Maldad II

La Caída

Nota previa: Es difícil escribir estos artículos, cuando a unos cuantos kilómetros, están siendo asesinados miles de personas y niños. La Maldad, o sea el desvío de la inteligencia humana hacia el puro egoísmo y crueldad, es de lo que trata este artículo, pero todo tiene un origen y una explicación, las cientos de guerras, las masacres indiscriminadas, los abusos intolerables a lo largo de la historia, tienen y deben tener una explicación y una solución, pero hasta que ésta llegue, tenemos que hacer todo lo posible para que esa violencia no penetre en nuestro espíritu.


La explicación habitual de las iglesias cristianas hacen de Adán el primer hombre consciente, posteriormente surgirá Eva (madre de los vivientes); luego describe la Caída del Hombre culpando a la Serpiente (Satán) como instigadora para que Adán y Eva desobedecieran a Jehovah, comiendo la manzana del Árbol del Bien y del Mal. Eva desde entonces es maldita, para la civilización cristiana, como introductora pecaminosa de la Caída del hombre.

Habitualmente se entiende por la Caída el acto de desobedecer y “comer de la manzana”, o sea el despertar y uso del sexo.Las consecuencias sociales e históricas que ha tenido y sigue teniendo es el resultado de esta interpretación perversa de los teólogos.

Claro que, para empezar, habría que señalar una “pequeña” contradicción: Eva concibió después de que fueron expulsados del paraíso. O sea, tuvieron sexo (conoció) después de la Caída, por tanto no es lo mismo, sino que la Caída tiene que consistir en algo diferente.

Génesis IV: “Adán conoció a Eva, su mujer, y ella concibió y dio a luz a Caín”

Y Caín, después de matar a su hermano Abel, se fue a la tierra de Nod donde tomó mujer. Se supone que Adán y Eva y sus dos hijos, eran los primeros y únicos seres humanos, ¿o es que había otros seres humanos o semi-humanos en otras tierras?

Génesis 16: “…Caín salió de la presencia del Señor y habitó en la tierra de Nod, al oriente de Edén. Y conoció Caín a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Enoc…”

La Otra Tradición:

En casi todas las naciones de la antigüedad encontramos leyendas acerca de los primeros seres humanos. Estos son descritos como andróginos.

Platón en su diálogo titulado “El Banquete”, hace mención de este origen andrógino de la humanidad.

La Androginia (no sexuado), que no hay que confundir con el hermafroditismo (bisexuado), es un símbolo de identidad religiosa suprema, de ahí que muchos dioses clásicos adoptan esa forma. Representa la fuerza y la elevación absoluta, la unión de los opuestos, o mejor dicho la superación de los mismos.

En los Upanishads Shivaítas, el primer ser manifestado como persona, Átman, sintiéndose solitario, se divide a sí mismo en masculino y femenino.

El Gnosticismo señalan a Adán como andrógino, porque contenía en sí todo el misterio de la totalidad primigenia.

En el Génesis hebreo, se dice:

“Dios creó al hombre a su semejanza, macho y hembra los creó” (1:27).

Porque Jehovah, la entidad creadora, que no es el Dios supremo, tal como lo entienden las religiones, sino el dios tutelar y tribal judío “Iohevah”, o sea “iod” (membrum virile) en “heva” la matriz. O sea, se trata del dios lunar que rige los nacimientos, siempre bajo la tutela de la Luna, es el dios macho y hembra señor de la concepción y generación, que no hay que confundir con el “Elyon”, o el Dios Altísimo, según la biblia.

Ese ser Andrógino, el primer Adán, que según la tradición habitaba en el paraíso, o sea aquel lugar fuera del tiempo y el espacio, lleno de belleza y pureza, pero en el que el ser humano primigenio carecía de todo conocimiento e inteligencia; Adán necesitaba adquirir esa cualidad, la Mente que le permita adquirir la experiencia del mundo, y la conquista de sí mismo.

En el proceso natural evolutivo, estaba predeterminado la separación de los sexos, como puede observarse en toda la naturaleza animal.

La Biblia dice que Jehovah tomó una costilla de Adán y con ella creó a Eva. En realidad el texto original dice que Jehová creó a Eva a partir “del costado ─o lado─ de Adán (el andrógino)”, o sea que lo divide en dos, lateralmente o en partes iguales los divide por el costado. A partir de entonces Adán ya no es el andrógino de los primeros capítulos, sino el Adán macho, y la Eva hembra.

Tsela (צלע): costado, lado, hoja de puerta, ala de un edificio, cámara o aposento lateral. En ningún sitio a lo largo de toda la biblia dicho término es usado en el sentido de “costilla”

La Serpiente del “Mal”

En realidad se trata de la Serpiente de la Sabiduría, pues qué mal cabe en ofrecer el conocimiento. La leyenda bíblica hace referencia fundamentalmente al “paraíso” como la época de la inocencia, es decir, cuando la humanidad todavía no había adquirido el conocimiento y la inteligencia, o sea la niñez de la humanidad; ciertamente inocente pero carente al mismo tiempo de conciencia y voluntad propia. Para que el ser humano evolucionase, hasta convertirse en un Ser realmente superior se necesitaba dotarle de Inteligencia.

El árbol del “Conocimiento del Bien y del Mal”, no está situado en ningún jardín hipotético, sino en el Centro mismo del ser humano, está en el interior del ser humano, en sus capacidades y posibilidades.

El nombre de dicho árbol mítico, traducido habitualmente como el “Árbol del bien y del mal”, es una traducción torcida, pues en realidad “tov wa-ra” (טוֹב וָרָע) o “bien y mal” es una expresión fija que denota “el todo”. Es el “Árbol de Todo el Conocimiento”, lo que el hombre necesitaba en ese momento evolutivo. A partir del mismo, según se dice en varias tradiciones, el ser humano podría conquistar la Inmortalidad. Se trata de una leyenda parecida en cierto modo a la del Árbol de las Hespérides, las que producían manzanas que daban la inmortalidad.

En el medio del jardín (= el estado inocente del hombre) había otro árbol, ese otro era conocido como el “Árbol de la Vida”. Al igual que el otro, está en el interior del ser humano y ES el mismo ser humano. Pues a través del conocimiento, un árbol se infunde en el otro, se regenera así y de esta manera el árbol de la Vida física se transforma en el Árbol de la Vida Inmortal.

Todo tiene un precio, y abandonar la niñez, convertirse en adulto, requiere abandonar la inocencia, y arrostrar los peligros de la conciencia madura; ésto es lo que marca Ley de Necesidad. Significa pues adentrarse en el mundo de las falsas apariencias, de las pulsiones, que hay que aprender a dominar, y de los deseos que nos atrapan, en definitiva es CONOCER y VER detrás del cristal oscuro lo que subyace en la Realidad.

Es pues el Mal necesario, que no es más que uno de los dos aspectos del Juego de la Creación.

(Continuará, “El Mito de Satán y Prometeo”)


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jueves, octubre 26

LA MALDAD

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LA MALDAD

No estamos hablando simplemente de lo malo y lo bueno, que hasta cierto punto es opinable. La Bondad es el arquetipo del Bien encarnado en los seres vivos, mientras que la Maldad es la manifestación en los seres humanos del Mal.

Dicho así es muy simple. Tratemos de refinar un poco más nuestra búsqueda. El Mal no existe como una entidad autónoma, como una especie de sombra oscura que planea sobre los hombres, ni tampoco es un ser abominable, llámese Satán o cualquier otro nombre de esas deidades imaginarias del infierno, ese lugar así mismo imaginario.

Para entender bien qué es la maldad, primero tenemos que hablar del mal. Y para hablar del mal tenemos que definir qué se entiende por el bien.

En las tradiciones de la Antigua Sabiduría, el Universo, manifestación viva del Logos, o el Pensamiento Divino, es en sí mismo un Ser en evolución, un ser constituido por infinitos números de seres.

Primera aclaración: ese “Pensamiento divino” no es el resultado de un Ser que piensa sentado en su trono, no se trata de ningún dios personificado, sino la expresión (λόγος) o sea la “palabra, discurso y razón”, tambień relacionado con “ley” (latin: Legus). En otras palabras, son las condiciones dirigidas y planificadas de esta manifestación del universo, y digo ésta porque otros universos han precedido, según la tradición, a éste, y otros se desarrollarán mucho después.

Este Logos se manifiesta periódicamente, como rayo que se origina en lo Desconocido, lo que en la India llaman Parabrahman (o sea, lo que está más allá ─para─ de Brahmâ, el universo manifiesto)

Para los que piensan de sí mismos que son materialistas, que no existe otra cosa más que lo que puede verse, tienen que reconocer que más allá del Big-Bang, la teoría de moda, había algo, algo que no podemos definir con nuestros métodos científicos porque éstos y sus instrumentos, habiendo nacido en este universo no sirven para medir, tocar, sentir, percibir lo que no está dentro del mismo.

También cada ser humano es un Big-Bang, nace sin saber quién es, ni quién fue, ni quién será. Cada existencia humana es un pequeño universo que nace y muere. A menos que sus facultades espirituales o intuitivas le permitan tener vislumbres de ese otro terreno desconocido.

Todos, salvo los psicópatas empedernidos, tenemos cierto sentido de eso que llaman el Bien, la Verdad y la Justicia. Tengo una querida amiga, que se define agnóstica, pero entre toda la gente que he conocido en mi profesión es la persona más generosa, más dispuesta a pelear por los demás, por ideales humanistas y de defensa de la Justicia. Aunque alguien lo niegue, esa es una prueba que va contra la Materia sin sentido. Porque la sensibilidad hacia los demás, incluso en contra de nuestros propios intereses egoístas, es la mejor prueba de la existencia de valores que trascienden la pequeñez del ser humano.

Claro está que para las almas nobles, que sienten dentro de sí esos valores, hasta el punto de dedicar sus vidas a ello, el dios que nos plantean las religiones, el Ser Todo poderoso (aunque incapaz de mover un sólo dedo para evitar el genocidio de los inocentes) es un muñeco, y nada más, un espantapájaros sin sentido, que algunos agitan en su ignorancia para asustar a los otros, para sentirse así menos solos en su camino de locura.

Pero aquí no estamos hablando del dios espantapájaros, sino del Bien, la Verdad y la Justicia, y la Belleza, los Arquetipos inspiradores que apelan a los más profundos sentimientos del alma humana.

Y fijaros si son reales, la fuerza tremenda que tienen, que hacen que los seres humanos capaces de sentirlos en su interior, luchen por esos Ideales pagando incluso con su propia vida.

Las modas pasan, las ideas políticas y sociales cambian, han cambiado y cambiarán, pero el fuego que siente un ser humano, en cada época, en cada lugar, por hacer brillar la Verdad que él puede concebir, la Justicia que él puede desear, eso no pasará.

Y esa, y no otra, es la Fuerza del Espíritu, ese es el Mensaje del Logos, del Dios “Síntesis”, que representa las Leyes y el Destino de este Universo.

Y de Parabrahman, o sea de lo que está más allá de este logos-universo, nada podemos decir, salvo que es la Raíz sin Raíz del mismo, según la tradición.

¿Entonces a qué llamaríamos el Bien? Hasta los materialistas tendrán que reconocer que el Bien es la culminación propia de toda Evolución, otra Ley de este Universo. El Bien es aquello que nos acerca a nuestro propio destino evolutivo, el bien es lo que hace que de la crisálida surja la maravillosa mariposa que un día fue gusano, el Bien hace que pueda haber Derechos Humanos, surgidos de un deseo no sólo de Bien sino de Fraternidad, un componente del mismo. El Bien, hará que un día los seres humanos sean realmente hermanos, que busquemos lo mejor. No os voy a decir qué es lo mejor, porque cada época y cada ser humano lo consideran de manera distinta. Simplemente imagina que estas Navidades que vienen pudieras pedir ya sea a Papá Noel, o los Reyes Magos, o a quien tu creas, lo mejor que puedas pedir, lo mejor que puedas concebir para todos, imagina una Humanidad Ideal, un Amor Fraternal entre todos los seres humanos, avanzando en la estela del Universo con velas en la mano y cantando sólo Himnos al Bien.

Quizás la oruga piensa que va a morir, y de hecho muere, todas las orugas lloran a la desaparecida en el interior de su tumba-crisálida. Quizás por eso mismo, el dolor de la existencia, las muchas cosas que nos pasan, y que contemplamos como el Mal, sean los pasos necesarios que haya que dar para convertirnos en seres alados.

Primera conclusión: el Mal no es siempre lo que pensamos, también es la sombra del Bien, o sea la necesaria proyección oscura en este universo, para que el Bien pueda aparecer. Éste sería el Mal metafísico, el necesario aspecto de la evolución, que se manifiesta en la lucha.

Pero la maldad es diferente, porque es el Mal encarnado y hecho dueño del pensamiento de un ser y dirigido contra los demás seres, sin otro propósito salvo el de hacer daño.

Los mitos y viejas historias que perduran a través de los milenios contienen enseñanzas profundas, el viejo “Mito de la Caída”, o sea del descenso de los seres humanos a un estado inferior de conciencia, tratan de la raíz misma del Mal. Algunas religiones han hecho de ese mito una justificación para la existencia de ellas mismas. Así la Caída de Adán, justifica la caída de todos los seres humanos en las garras del mal, y la necesidad de una Salvación a través de dichas religiones.

Analizaremos en los próximos artículos el Mito de la Caída y el Mal, tanto en la Biblia, como en el Antiguo Egipto, y otras culturas clásicas, quizás podamos encontrar algunas claves fundamentales.