¡Ex oriente lux!
Con esta exclamación saludaban los romanos al Sol y con el tiempo se adoptó la expresión con el significado de que toda iniciativa profunda del espíritu y el pensamiento procede de Oriente.
Para aquellos que creemos en la existencia de un cierto orden universal, de lineamientos generales a través de los cuales la humanidad en su conjunto se desarrolla, surge la pregunta de por qué razón "aquellos que saben", los responsables de esa evolución humana, por qué no han revelado al mundo la verdad desnuda, de manera que la oscuridad de la ignorancia se disperse por el empuje de la luz y el conocimiento.
Y creo que la razón radica en que este mundo es dual en su constitución. Nuestra mente también lo es y por eso es incapaz de concebir lo Absoluto, y cada vez que intenta definir algo inmediatamente aparece el concepto contrario, o como dirían los chinos "no hay yin sin yang". Cualquiera puede comprobar esa dualidad en uno mismo, basta con intentar pensar en el Uno Absoluto, y cuando lo haya "conseguido", comprobará que ese Uno se destaca sobre un fondo oscuro, o sea que no es un Uno Absoluto, sino Uno y Dos en el fondo.