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s谩bado, marzo 15

Esparta y Atenas, dos modelos y un solo legado

Esparta y Atenas, 

dos modelos y un solo legado

Es frecuente en mentalidades simples e infantiles recurrir a modelos estereotipados y simplificaciones que s贸lo nos presentan una faceta de la realidad. Este enfoque, particularmente entre los j贸venes, suele fomentar actitudes radicales: se demoniza al "adversario" y se ensalza al grupo propio, ignorando los defectos y la autocr铆tica. As铆 se perpet煤an modelos r铆gidos y estancados, carentes de evoluci贸n y apertura a nuevas ideas.  

Uno de estos modelos es el que enfrenta a espartanos y atenienses, resumi茅ndose en la idea de que los espartanos eran h茅roes, ejemplos de resistencia, de valor militar y subordinaci贸n de la vida personal al Estado. Por  otro lado, los atenienses son vistos como "intelectuales" refinados, comerciantes y polemistas, pero d茅biles ante los peligros, como ocurri贸 durante la invasi贸n de los persas, donde solo la acci贸n de los espartanos salv贸 a la H茅lade de los "b谩rbaros orientales".

Los espartanos, famosos por su sociedad militarizada, han sido criticados por diversos aspectos de su sistema social y pol铆tico, tanto en su 茅poca como en an谩lisis hist贸ricos posteriores. Estas cr铆ticas se centran en su estructura social jer谩rquica, el trato a las clases subyugadas y la rigidez de su sistema. A continuaci贸n, se explican las razones principales:

El sistema de sometimiento de los ilotas

La cr铆tica m谩s severa hacia Esparta recae en su dependencia de los ilotas, descendientes de pueblos conquistados y sometidos a una estado de semi-esclavitud. Los ilotas, que constitu铆an la mayor parte de la sociedad, eran obligados a trabajos forzados en las tierras asignadas a sus amos  espartanos. Adem谩s, eran perseguidos mediante razzias organizadas, donde se eliminaban a quienes se consideraban sospechosos de rebeli贸n. Esta violencia institucionalizada, conocida como "Krypteia"*, era una forma b谩rbara opresi贸n que conculcaba todos los derechos humanos: 

Seg煤n Plutarco (Vida de Licurgo, 28, 3-7), cada a帽o los 茅foros espartanos, nada m谩s tomar posesi贸n de su cargo, declaraban la guerra a los ilotas a fin de poder matarlos sin cometer con ello un crimen. Se seleccionaba entonces a aquellos j贸venes que parec铆an m谩s capaces y se los enviaba al campo provistos s贸lo de un pu帽al y la comida indispensable, descalzos y sin ropa de abrigo. Durante el d铆a permanec铆an escondidos; al llegar la noche, bajaban a los caminos y a las granjas, mataban a todos los ilotas que se encontraran, incluidos los m谩s fuertes, y robaban la comida que necesitaban. (fuente https://es.wikipedia.org/wiki/Krypteia)

Este sistema recuerda al esclavismo americano, donde los estados del sur depend铆an econ贸micamente de la explotaci贸n de esclavos. De manera similar, los espartiatas  depend铆an de los ilotas, lo que generaba un miedo constante a rebeliones y justificaba, seg煤n ellos, una vigilancia extrema.

* Nota: la palabra Krypteia est谩 en el origen de palabras nuestras tales como cr铆ptico, secreto, oculto. En s铆ntesis, era una actividad policial secreta tal como las redadas efectuadas por la Gestapo alemana.

Control social, falta de libertad individual y militarismo

Desde los siete a帽os, los espartanos eran adoctrinados en sistema policial y militar. Aunque algunos admiran su resistencia al dolor, obediencia, y lealtad al Estado, incluso por encima de los lazos familiares, este "amaestramiento" animal del ser humano no es digno de admiraci贸n. ¿Deber铆amos admirar a los j贸venes pertenecientes a las S.S. alemanas por delatar a sus progenitores?

La selecci贸n desde el nacimiento de los m谩s aptos, dejando morir a los d茅biles, es otra muestra de la falta de humanidad de los espartanos. La vida individual, el pensamiento independiente y  la libertad de expresi贸n estaban prohibidos, lo que imped铆a el desarrollo del arte, de la filosof铆a y del intercambio cultural. Este sistema, llevado al extremo, ahog贸 a la propia sociedad espartana, que se volvi贸 atrasada, aislada y represora, a diferencia de otras polis griegas que avanzaron en el orden social, el arte, la ciencia y la filosof铆a.

Su sistema estaba basado en la injusticia, y en la eliminaci贸n de cualquier derecho humano en aras de un Estado sin capacidad de evoluci贸n y tir谩nico.

Desde mi punto de vista, la admiraci贸n hacia los espartanos s贸lo se fundamenta en una cierta distorsi贸n que se fundamenta en tres falsas proposiciones:

  • Que las ideas plat贸nicas fomentaban un estado similar al espartano en su libro "La Rep煤blica"
  • Confusi贸n entre el sano estoicismo y la disciplina espartana.
  • Que gracias a los espartanos se salv贸 la H茅lade.

¿Que admiraba Plat贸n en los espartanos?

Como todo fil贸sofo que se precie, entiende Plat贸n que entregarse a los deseos excesivos, a los lujos y la molicie, era algo negativo que da帽aba no s贸lo al individuo sino tambi茅n a la sociedad, pero tambi茅n Plat贸n propugnaba que deber铆a existir un equilibrio en la educaci贸n del joven entre la disciplina, tanto f铆sica como moral, y la pr谩ctica de las cualidades superiores intelectuales que facilitan el acceso a la contemplaci贸n de los Ideales. 

Las escuelas socr谩ticas, y sus derivaciones estoicas precisamente centraron su esfuerzo en el desarrollo de una cierta disciplina personal, basada en dos ideas: la superaci贸n de las propias debilidades, siempre voluntaria y nunca impuesta, que permitir铆a el ascenso del alma humana, al liberarse de sus cadenas y limitaciones personales.

Admiraba tambi茅n Plat贸n del sistema pol铆tico espartano el hecho de estar basado en leyes permanentes. Para Plat贸n estas Leyes ten铆an que basarse en el Ideal de Justicia, y deber铆an ser una gu铆a para el ciudadano en su desarrollo, siempre que estas no fuesen injustas ni aplicadas indiscriminadamente. 

Precisamente en La Rep煤blica Plat贸n trata sobre la educaci贸n progresiva del ciudadano, y su participaci贸n integral en el Estado, enfoc谩ndose en el bien com煤n por encima de todo, como garante de los derechos y de la participaci贸n ciudadana, por encima de los vaivenes de las pol铆ticas que hoy llamar铆amos "populistas", que habitualmente suelen esconder un tirano detr谩s, o bien toda una 茅lite que sabiendo manejar los resortes del poder y la propaganda enga帽an al pueblo bajo la apariencia de una democracia.

Cre铆a tambi茅n Plat贸n en el "ascenso social" de los ciudadanos, pues en su Rep煤blica los mejores, sin importar su clase social, eran seleccionados para los altos puestos de la administraci贸n y direcci贸n estatal, en otras palabras, el cre铆a en la "aristocracia" aut茅ntica, que lo era del esp铆ritu y no de una herencia personal de clase.

Dentro de su Rep煤blica se estimulaba que estos ciudadanos meritorios fuesen no s贸lo un modelo moral sino tambi茅n un ejemplo por su sacrificio y su falta de apego a las riquezas.

En resumen, Plat贸n no admiraba, e incluso consideraba lo siguiente como algo en contra de su Rep煤blica Ideal:

  •  La falta de desarrollo intelectual, de las artes, de la filosof铆a, de la literatura, etc., algo de lo que los espartanos carec铆an por completo, y que Plat贸n consideraba como esencial en la educaci贸n de los dirigentes, junto las habilidades f铆sicas y militares ("mens sana in corpore sano")
  • Para Plat贸n los dirigentes sabios eran el resultado de una larga vida de desarrollo personal y sacrificio en aras del bien com煤n, y esa sabidur铆a era puesta ahora, al final de sus a帽os, en beneficio del conjunto de la sociedad, a diferencia de Esparta, cuyo consejo de ancianos o gerus铆a era un asilo de viejos militares llenos solo del recuerdo de los muchos cr铆menes cometidos y de ninguna sabidur铆a ni sensibilidad humana.
  • El control excesivo de los espartanos de la vida individual, que Plat贸n entend铆a m谩s bien como un equilibrio.
  • El trato discriminatorio hacia los ilotas, defendiendo en las Leyes un trato m谩s humano hacia los esclavos. Aunque es cierto que no pidi贸 la abolici贸n de la esclavitud, obviamente era algo que estaba m谩s all谩 del alcance de sus posibilidades, pues cre铆a que el desarrollo de las buenas cualidades, de la educaci贸n y la contemplaci贸n de los ideales, har铆a que la sociedad se hiciese m谩s justa y se apartarse de discriminaciones innecesarias.

Confusi贸n entre el sano estoicismo y la disciplina espartana

Como ya se ha se帽alado m谩s arriba, la preocupaci贸n filos贸fica socr谩tica deriv贸 posteriormente en diversas escuelas en las que se hizo un 茅nfasis en el auto control personal. 

Hay todav铆a cristianos que admiran como el asceta Sim贸n el Estilita, con su cuerpo llagado y lleno de gusanos,  y subido encima de una columna, recog铆a los gusanos que ca铆an de su cuerpo para volverlos a su llaga. Obviamente esto pertenece a la 茅poca cristiana primitiva que imitando falsamente a los fil贸sofos estoicos exageraron las "virtudes" del martirio en sus m煤ltiples expresiones (en el circo, con silicios, en ayunos, etc.) 

Sin embargo, la filosof铆a estoica es una forma de liberaci贸n, con muchos puntos de contacto con las filosof铆as hind煤es y con el budismo, que intenta a trav茅s de la moderaci贸n del alma y el cuerpo, de su equilibrio, liberarse de las cadenas f铆sicas para permitir as铆 que el alma contemple los ideales de vida libremente. Pero de la misma forma que Buda encontr贸 el llamado Camino del Medio, alej谩ndose de los extremos de la molicie y la satisfacci贸n de los deseos, por un lado, y por el otro lado del auto castigo y sacrificios f铆sicos dolorosos de tantos falsos faquires, tanto en la antig眉edad como en los modernos, el estoicismo verdadero es moderaci贸n y equilibrio bien lejos de la represi贸n propia y la de los dem谩s.

Que gracias a los espartanos se salv贸 la H茅lade.

Frecuentemente vemos utilizar Esparta y a los espartanos como ejemplo heroico de sacrificio, pero esto hay que matizarlo. 

En primer lugar, para un espartano de la 茅poca no hab铆a otra opci贸n. Educado o m谩s bien reprimido, con un sistema tir谩nico y abusivo, no hab铆a otra posibilidad excepto seguir las 贸rdenes dadas. Hoy, con otro tipo de propaganda, se est谩 manteniendo guerras en Europa con expresiones tales como ir a la guerra "hasta el 煤ltimo...". Habr铆a que preguntarles a esos ciudadanos si es que ten铆an otra opci贸n o no.

En segundo lugar, la H茅lade, estuvo en peligro en muchas otras ocasiones, ya no se recuerda, por ejemplo, la salvaci贸n aut茅ntica del esp铆ritu y libertad de la H茅lade que se encontraba pisoteado por los espartanos, y que gracias al h茅roe, el general Epaminondas, para muchos desconocido, y aut茅ntico ejemplo moral, que uni贸 en s铆 mismo al fil贸sofo y al guerrero, la H茅lade puedo sobrevivir al yugo espartano. La batalla de Leuctra, bajo el mando de Epaminondas, supuso el comienzo del fin del poder铆o espartano.

Sin embargo, en la batalla de Marat贸n, en la que participaron los atenienses y otras polis griegas contra los persas, los espartanos no se implicaron, ni participaron en la batalla ni ayudaron en ning煤n otro sentido, a pesar de constituir con los atenienses una alianza.

Podr铆a aportarse muchos otros ejemplos, pero considero que basta con se帽alar que si buscamos h茅roes en los que inspirarnos, encontraremos muchos ejemplos alrededor del mundo, pero no hagamos de un s贸lo hecho hist贸rico un modelo para todo el mundo en todas las ocasiones.

Esparta, con su sistema basado en la injusticia y la represi贸n, no dej贸 un legado duradero. En sus 煤ltimos a帽os, qued贸 reducida a una aldea sin relevancia cultural, filos贸fica o art铆stica. En cambio,  el legado ateniense, con todos sus defectos, ha pervivido a lo largo de los siglos, influyendo en m煤ltiples aspectos de la civilizaci贸n occidental. Al juzgar estos modelos, es esencial considerar no solo sus logros militares, sino tambi茅n sus contribuciones al desarrollo humano en su sentido m谩s amplio. Lo importante para juzgar el 谩rbol es considerar sus frutos.

Ioannes Martinus "兀亘ُ 禺賲爻丞"

lunes, junio 5

Me han robado mi opini贸n

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Me han robado mi opini贸n

Nadie podr谩 subirse sobre tus hombros a menos que inclines la cabeza.

En realidad “nuestra opini贸n” nunca nos perteneci贸. La opini贸n es una suerte de vaga idea que toma posesi贸n de nuestra mente, ocupando as铆 un lugar fijo en la misma.

Pero ¿c贸mo llegamos a construir nuestras opiniones? Se construyen por medio de diversos mecanismos, aunque todos tienen en com煤n su falta de relaci贸n con el verdadero ser interior.

La Opini贸n Consensuada: Es la opini贸n acomodaticia, lo que todo el mundo repite hasta la saciedad, se incorpora a nuestros conjunto de opiniones globales que nunca incomodan a nadie, ya que la mayor铆a de la gente tiene la misma opini贸n.

La Opini贸n Inculcada: Es la opini贸n introducida por los “l铆deres de opini贸n”, por los grandes medios informativos y audiovisuales, siempre asesorados por estudiosos del marketing, que a su vez se apoyan en estudios psicol贸gicos (?) realizados por profesionales vendidos al poder.

La Opini贸n Exitosa: Se trata de apuntarse al carro del vencedor. Aquello que nos hace parecer mejores, m谩s grandes, en definitiva m谩s “vendibles”

La Opini贸n autom谩tica: Se expresa sin pensamiento previo, y dependiendo del resultado que se obtiene en el medio externo, se incorporar谩 o no al conjunto de “nuestras opiniones”.

Podr铆an definirse varios tipos m谩s; pero el hecho fundamental es que de una manera u otra estas opiniones pasan a formar parte de nuestra “Biblioteca de Opiniones”, que est谩 conformada por una serie de fichas clasificadas. Por ejemplo las organizaremos bajo los ep铆grafes de familia, matrimonio, hijos, educaci贸n, trabajo, pol铆tico o partido, los transportes p煤blicos o los viajes espaciales, la ciencia, la religi贸n, etc., etc., etc.

Cada vez que en una reuni贸n de amigos, o en el trabajo, o entre nuestros colegas en la universidad, alguien mencione un tema, inmediatamente, casi inconscientemente, revisaremos las caras de los que nos rodean, sus caracter铆sticas, el lugar donde estamos, las relaciones de poder en ese grupo, y a continuaci贸n, si nada lo impide, buscaremos en nuestro fichero particular de opiniones y extraeremos la opini贸n correspondiente al tema del que se est谩 hablando.

Prudentemente, sin dejar de observar las reacciones de los dem谩s, avanzaremos “nuestra” opini贸n, aunque a la verdad no sabr铆amos decir si la obtuvimos leyendo el titular de un peri贸dico, o se la o铆mos decir a alguien, o simplemente nos la comunic贸 un amigo o visitante al cual respetamos.

Fuera como fuese, tras emitir dicha opini贸n, la gente que nos rodee o bien aplaudir谩n, o la discutir谩n, o se reir谩n de ella, o incluso se enfadar谩n con nosotros. Dependiendo del resultado obtenido, guardaremos la ficha con un signo +, o bien con un signo -, o directamente arrojaremos la ficha correspondiente a la basura, porque no nos ha servido. Las opiniones son monedas de cambio, que se muestran u ocultan o se truecan por otras dependiendo del 茅xito social obtenido.

Por eso digo que las opiniones no nos pertenecen, no forman parte de m铆 mismo, como mi cuerpo, o mis ojos, o mis brazos, sino que es algo cambiante como si fuese un fen贸meno atmosf茅rico, o como un objeto de valor en el mercado.

Los ladrones de la p煤blica opini贸n

Los fen贸menos descritos m谩s arriba, son bien conocidos por los l铆deres pol铆ticos, o quiz谩s deber铆a decir “caretas p煤blicas”, porque los que manejan a estos t铆teres son otros. 脡stos roban opiniones, te las quitan. Ellos saben que son valores inseguros, que en realidad no te pertenecen, y como tales objetos de cambio, pueden ser trocados por otros. Dado que tienen a su disposici贸n los medios de comunicaci贸n y la educaci贸n del pa铆s, etc., es f谩cil borrar de tu mente una opini贸n y cambiarla por otra.

Luego, t煤, “libremente”, en base a una “opini贸n bien formada”, de la que algunos se enorgullecen, sin darse cuenta que quienes la han formado no son ellos sino que otros se la han implantado en su interior, vas y adoptas decisiones, votas a partidos, eliges a los l铆deres, con total y absoluta libertad, toda, toda la libertad que… ellos te dejan.

As铆 se construye un mundo incoherente, donde la verdad y la mentira caminan juntas, donde no existe un principio rector que ilumine nuestras decisiones. Plat贸n se帽alaba que algunos hombres son sabios, aquellos que realmente han meditado y experimentado la verdad de las cosas, mientras que otros son ignorantes. La ignorancia se puede curar, en tanto que la sabidur铆a no necesita cura, pero el que est谩 lleno de opiniones verdaderamente no tiene cura, pues aun poseyendo medias verdades u opiniones, las otras medio mentiras acabar谩n por sofocar lo poco que sabe.

La opini贸n por tanto, nunca fue verdaderamente tuya, y nunca lo ser谩, pero no te desanimes, esto forma parte del gran juego en el que vivimos. Lo m谩s peligroso en este juego es que los Se帽ores de la Caverna de la Opini贸n en la que vivimos te convenzan de que no hay otra cosa salvo la materia de la que est谩 hecho tu cuerpo, y que no hay nada que pueda llamarse espiritual, y que toda vida no es m谩s que una sucesi贸n de carambolas fortuitas de la materia. No teniendo pues sentido de continuidad ni principio regente, la vida se convierte as铆 en un juego monstruoso donde no hay esperanza. Salvo para aquellos que sienten y saben que tras la noche viene el d铆a.

Dicen las leyendas, s贸lo leyendas, pero no por eso con menos verdad, que en la m铆tica Atl谩ntida, las clases dirigentes llegaron a alcanzar tal nivel de maldad y crueldad, que la desesperaci贸n del pueblo sano les llev贸 a clamar al cielo alzando los brazos, y se dice que en s煤plica gritaron desesperados el nombre de la Divinidad Desconocida, Aquello, pidiendo ayuda. El fin lleg贸.

“Si puedes mantener la cabeza en su sitio cuando todos a tu alrededor la pierden…”, como dec铆an los versos de Rudyard Kipling, entonces, eso es lo que importa, ma帽ana nos veremos en la nueva partida, serenos y en paz porque entenderemos un poco m谩s. Y aquellos que manejan el mundo tendr谩n que hacer frente a todo el mal que han hecho. Inexorablemente.

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lunes, octubre 31

Karma, Libertad y Destino III - Budismo y Recta Atenci贸n

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KARMA, LIBERTAD Y DESTINO

Parte III

BUDISMO Y RECTA ATENCI脫N

En la pasada entrega vimos que para el hinduismo la Recta Acci贸n, que es el camino del deber dictado por el Dharma o Ley, es el sendero que conduce a la liberaci贸n progresiva.

El budismo enfoca esa misma liberaci贸n pero centrado primero en los mecanismos mentales, pues al fin y al cabo todo sufrimiento, toda liberaci贸n es en primer lugar mental y psicol贸gica.

De la misma manera que necesitamos las dos piernas para caminar, estos dos sistemas, persiguiendo el mismo fin, adoptan dos mecanismos complementarios, que en realidad son uno, actuando en dos niveles diferentes: por un lado el hinduismo se centra en el orden social y en la acci贸n diaria, y por el otro lado el budismo lo hace en el control mental y el despertar ante la ilusi贸n del mundo para dirigirse directamente al interior de uno mismo.

mi茅rcoles, octubre 26

Karma, Libertad y Destino - II - Nirvana de Ocasi贸n

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KARMA, LIBERTAD Y DESTINO

Parte II

AQU脥 ESTAMOS OTRA VEZ, NIRVANA DE OCASI脫N

Tras las 12 Nidanas o ataduras, que son las causas encadenadas del Samsara o devenir en la existencia, volvemos de nuevo a la vida, al llamado Valle de L谩grimas, donde los 煤nicos que no lloran son los Seres Celestiales,o sea los que nacen sabiendo. Pero no nos pongamos dram谩ticos, tambi茅n hay alegr铆as y momentos de calma serena y, seg煤n el Buda, hasta puede que se alcance la liberaci贸n final. Aunque eso, me temo, es s贸lo para unos pocos. Yo me doy por contento con saber, entender, y vivir serenamente la vida. Pues no hay peor castigo que sufrir sin saber por qu茅.

El primer paso es considerar que estamos condicionados, aceptar eso nos har谩 un poco m谩s humildes. El segundo paso es considerar que puedo cambiar y hacerme due帽o de mi propia vida.

lunes, octubre 24

Karma, Libertad y Destino

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KARMA, LIBERTAD Y DESTINO

Parte I

Qu茅 es y qu茅 no es

Karma significa Acci贸n, desde este punto de vista, es toda acci贸n, mec谩nica, natural, regida por las leyes de causa-efecto que nos rodean.

De hecho muchos de nuestros comportamientos, est谩n regidos por esta ley de acci贸n y reacci贸n, de la que muchas veces no somos conscientes. Basta con observar nuestros pensamientos, nuestras ideas aparentemente espont谩neas, para darnos cuenta de que nuestra libertad de pensamiento, y por tanto de acci贸n, es limitada.

En esto la Ciencia tiene raz贸n: dado que somos seres inmersos en un mundo material, estamos influenciados por cientos de factores naturales. Este detalle es bien conocido por los publicistas, pol铆ticos y vendedores de todo tipo, incluso vendedores de ideas y comportamientos.

viernes, marzo 4

Conciencia y Totalidad

Conciencia y Totalidad

La Conciencia, "cum-scire", por definici贸n es aquello que posee un conocimiento global del propio hombre, de sus propios actos y consecuencias, la conciencia moral, pero tambi茅n consiste en el conocimiento relacionado conmigo mismo y con el mundo que me rodea.

En origen la palabra “cum-scire” conten铆a tambi茅n el significado de "discernir", separar y distinguir. Precisamente el primer acto de conciencia consiste en darse cuenta de la existencia de uno mismo en contraposici贸n al mundo.