LA FILOSOFÍA HA MUERTO: ¡VIVA LA FILOSOFÍA!
Joven, relativamente inocente, primer día de clase en un Instituto de Enseñanza Media, último curso del Bachiller Superior.
Emoción a raudales, los nuevos profesores hacían esos días su presentación.
Tenía en mis manos un precioso libro, bien encuadernado, más bien grueso, lleno de nombres y personajes e incluso dibujos y gráficos. ¡Era mi primer libro de FILOSOFÍA!
Hasta entonces no tenía ni idea de qué iba todo aquello de la filosofía. Mis pocos recursos educativos previos hacía que realmente no supiera mucho acerca de este tema ni de otros muchos.
Trabajaba durante el día cargando bultos e iba a estudiar por las noches. Luego cuando estudié filosofía de la buena, descubrí que Ammonio Saccas, el famoso filósofo alejandrino fundador de la escuela ecléctica y padre del neoplatonismo, era porteador en el puerto de Alejandría y de ahí su nombre, “cargador de sacos” (en griego sakkas) Eso me recordó mis tiempos de estudiante y de cargador, aunque yo entonces no era filósofo, ni ahora tampoco, como siempre digo más bien soy aspirante a filósofo, o sea “επίδοξος filósofos”.