Liberación Sin Deseo
"El Primer Requisito para alcanzar la Liberación es no desearlo"
Siddharta tenía un fin, una meta única: deseaba quedarse vacío, sin sed, sin deseos, sin sueños, sin alegría ni penas. Deseaba morirse para alejarse de sí mismo, para no ser yo, para encontrar la tranquilidad en el corazón vacío, para permanecer abierto al milagro a través de los pensamientos despersonalizados: ése era su objetivo. Cuando todo el yo se encontrase vencido y muerto, cuando se callasen todos los vicios y todos los impulsos en su corazón, entonces tendría que despertar lo último, lo más íntimo del ser, lo que ya no es el yo, sino el gran secreto.
Deseos... pues en el fondo subyace una ambición, la conquista de algo que no se posee, el deseo es también repulsa o deseo negativo....
Siddharta estudió mucho con los samanas. Aprendió a andar por diversos caminos para alejarse del yo. Anduvo por el camino de la despersonalización a través del dolor, a través del sufrimiento voluntario y del vencimiento del dolor, del hambre, de la sed, del cansancio... mil veces abandonó su yo; durante horas y días permanecía en el no-yo. Pero aunque los caminos se alejaban del yo, su final conducía siempre de nuevo hacia el yo...
Deseos... pues al alejarse de sí mismo, del mundo alrededor, aislado en el bosque, se entregaba a sus deseos, olvidando el mundo, lleno de seres humanos sufrientes como él mismo
(Siddharta) -¿Qué significa el arte de ensimismarse? ¿Qué es el abandono del cuerpo? ¿Qué representa el ayuno? ¿Qué se pretende al detener la respiración? Se trata sólo de huir del yo. Es un breve escaparse del dolor de ser yo, una breve narcosis contra el dolor y lo absurdo de la vida. La misma huida, la misma breve narcosis encuentra el arriero en el albergue cuando bebe algunas copas de aguardiente de arroz o de leche de coco fermentada. Entonces ya no siente su yo, ya no experimenta los dolores de la vida; en aquel momento ha encontrado una breve narcosis. Dormido sobre su copa de aguardiente de arroz alcanza lo mismo que Siddharta y Govinda después de largos ejercicios: escapar de su cuerpo y permanecer en el no-yo. Así sucede Govinda.
Deseos... Siddharta descubre que su ascetismo, su olvido del mundo, es como tomar un sedante. Le llevará a la desesperación, pero incluso del error se aprende. Cuando perseguimos un "Yo Superior", cuando lo imaginamos y proyectamos en nuestros sueños y pensamientos y nos identificamos con él... sueños son, deseos son. Porque lo sutil no se puede ver ni sentir a través de lo burdo y grosero. ¿En qué se diferencia del adorador de un ídolo?
Y cuando negando lo superior, nos apegamos al yo inferior, creyendo que es la única realidad, cerramos aún más las puertas para escapar del dolor, la miseria y el sufrimiento, acrecentamos la cadena que nos ata a este mundo de ilusión. Porque los sueños, sueños son.
Pero cuando no deseamos para nosotros, cuando ni cielo ni infierno nos importen, cuando en lugar de las mil prohibiciones auto impuestas, solo nos preocupe no dejar que la bestia del yo nos engañe, que no nos domine, evitando que nos proponga la vanidad infinita de ser los más austeros, los mejores devotos, los puros... entonces quizás descubriremos que el yo inferior no existe, y que tampoco existe la imagen que proyectamos de ese "Yo" superior, porque no hay yo, ni superior ni inferior, nunca lo ha habido. Hay Nosotros. Ese es el fin y medio a alcanzar, trabajar incesante por nuestros hermanos.
[Extractos en rojo de Siddharta, de Herman Hesse]
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