Placer, Dolor y Felicidad
Hay cosas que son y cosas que parecen que son.
También hay épocas de ilusión, de movimiento ascendente, de energía que arrastra y excita a todos los componentes de la sociedad haciendo que surja lo mejor de sí misma. Parece entonces que todos los obstáculos pueden vencerse y que podría encontrarse soluciones nuevas y refrescantes a los insolubles problemas de siempre. Ésta fue la época de los Descubrimientos, de las Conquistas, del Renacimiento material y espiritual.
Como ondas reflejadas en las aguas corrientes del tiempo su influencia se dejó sentir por largo tiempo, y aunque ahogada por el materialismo científico y doctrinario de los siglos siguientes, resonó de nuevo en los pequeños ecos distorsionados de los años sesenta del siglo pasado, donde todavía se creía que el hombre no sólo llegaría a la luna sino que también crearía numerosas colonias espaciales.
Esa fue la época del cambio artístico, de nuevos aires en la música, en la arquitectura y en la tecnología. Se creía que las enfermedades desaparecerían una tras otra gracias a los antibióticos y las vacunas. Las películas nos mostraban entonces un futuro de odiseas espaciales, con sociedades gobernadas por consejos de sabios, y exploradores del espacio remoto e infinito vestidos de blanco impoluto. La tecnología nos llevó a creer en un nuevo amanecer, fueron los comienzos de la llamada era de Acuario.