miércoles, enero 22

¿Y qué es Investigar?


Investigar es una palabra que deriva del Latín, in vestigium, la búsqueda de las huellas, de los vestigios. Un jeroglífico del Antiguo Egipto expresaba perfectamente el sentido de esta palabra: era el símbolo del Ibis, “Qem”, de donde probablemente vino el origen de la palabra alquimia (Al-Qem). El ibis era representado con su pico explorando las aguas, en busca de algo...


También se decía que el Ibis era un ave benefactora, porque con su pico destruía los huevos de los cocodrilos que aterrorizaban a la gente y que representaban el mal y la oscuridad. Y por eso era el símbolo del dios Thot, dios de la Sabiduría, pero aún más, Thoth era el dios relacionado con las ciencias en general y las "ciencias humanas" en particular.

Egipto, la tierra de los ibis, se convirtió así en ejemplo de Sabiduría para el mundo, y de su importancia para los destinos de una nación. Ellos así lo probaron durante miles de años. Cabe pues preguntarse si los males de hoy no están relacionados con la falta de sabiduría.

La investigación, nadie lo duda, es muy importante, pero lo que se entiende hoy por este término es la investigación tecnológica, material. La Ciencia ha dejado de ser la Búsqueda de la Verdad, para convertirse en instrumento ciego de la ambición humana por obtener más poder económico, político o militar.

Por el contrario, de la investigación que aquí hablo es de la investigación profunda de los misterios de la naturaleza, y sobre todo de los misterios del ser humano, de ese impulso siempre insatisfecho en la búsqueda de algo que no se sabría definir. Si el ser humano es sólo un animal más, entonces por qué la Ley de la Evolución, que supuestamente elige sólo a los vencedores y a los más adaptados, le ha hecho un ser tan infeliz que constantemente se pregunta acerca de los enigmas de sí mismo y del universo sin ser nunca satisfecho. Una raza entera condenada genéticamente a no ser feliz, a ser en medio de la victoria evolucionista unos simples y desgraciados seres. Mejor hubiera cumplido su papel la evolución si nos hubiera privado de esa especial manía que tenemos por conocer más allá de lo meramente material. O quizás no...

Si la Evolución, el Creador, o como quiera que sea, nos hizo así es porque quería que utilizáramos esa especial cualidad para encontrar algo importante, para continuar y dar fin a la meta evolutiva o para encontrar a ese Creador, o quizás solo un misterio dentro de sí.

Desde que el día amanece el hombre corre tras de sí mismo, pues corre detrás de las cosas tratando de llenar un vacío hiriente, hirviente, que le quema la sangre y la mente. Siente constantes deseos de algo que él mismo no sabe explicar, y que en su ignorancia confunde con las cosas que pertenecen al mundo ilusorio, ilusorio porque no dura, porque se desvanece, se gasta, perece. Corre detrás de un amor pensando que será feliz, corre detrás de cosas lujosas e inútiles, que no  calman la sed que tiene, corre en realidad detrás de sí mismo, porque lo que le falta es conocerse a sí mismo y encontrar el poder oculto al que se le destinó, la felicidad de Ser, de la Perfección como ser humano.

Investigar no sólo es buscar, pues entonces nos perderíamos en la búsqueda sin llegar a ningún resultado. Es como si alguien quisiera comenzar a andar e hiciera constantes intentos de mover las piernas hacia adelante sin pisar nunca el suelo. También investigar es intentar, probar los resultados obtenidos, atreverse a llevar a la práctica lo encontrado. Así se produce el primer paso, y se logra la primera estabilidad, para luego ser seguido por nuevas preguntas, nuevas respuestas, y nuevos pasos que le llevaran a la meta final.

Investigar pues es también andar, quizá tambaleante, oscilando, pero siempre hacia adelante y hacia arriba, hasta alcanzar las cumbres de la verdad que no está en las manos de los locos que rigen este mundo, sino en el corazón del propio hombre.

Investiga pues es lo más importante que hay que hacer en esta vida, y deja a los otros exponer sus opiniones, opiniones que nunca intentaron conocer realmente y mucho menos llevar a la práctica, pues el miedo y la vanidad los paralizó. No tengas miedo y se humilde, y verás que tus pasos se volverán los de un gigante.