lunes, enero 20

Perfeccionismo, ¿Falta o Virtud?


Cuando pensamos en la perfección, a primera vista, nos parece una gran idea, algo a conseguir por todos los medios posibles. Pero de hecho se trata de un concepto muy curioso, dado que nadie ha visto nada que sea perfecto, a pesar de ello todo el mundo parece tener una clara idea de en que consiste. No obstante admitamos que conocemos el significado de "perfección", pues al menos tenemos una cierta intuición de ello.


Ahora bien, este concepto de perfección requiere o incluye en sí mismo otros importantes criterios: cualquier cosa que hagamos o creamos, para que sea perfecta o casi perfecta, no solo tiene que estar bien hecha, sino que además tiene que consumir los menos recursos posibles para conseguir su propósito.

Observemos la naturaleza, la manera en que ésta trabaja contiene la noción más cercana a la perfección que podemos concebir. Por ejemplo, los músculos del cuerpo humano: son las mejores máquinas que existen, consumen muy poca energía, pueden alimentarse con casi cualquier cosa, son capaces de producir una gran cantidad de trabajo con un mínimo desperdicio de energía, duran muchos años y ¡se reparan así mismos automáticamente!

Este ejemplo nos muestra dos conceptos importantes: eficiencia y efectividad. Eficiencia es la capacidad de producir el máximo trabajo con el mínimo de recursos y de la forma más rápida posible, y Efectividad es la capacidad de producir buenos resultados acompañados de importantes consecuencias.

Por esta razón, para evaluar nuestro trabajo, siguiendo de cerca el modelo natural, necesitamos tener en cuenta no solo un cierto grado de refinamiento en lo que hacemos, sino también tenemos que evaluar cuanto tiempo nos va a llevar ese trabajo y que efectos va a tener en nosotros, o en las personas alrededor y en el futuro. Solo de esta manera podremos intentar conseguir algo casi perfecto, obviamente siendo ésta una perfección acorde a nuestras reales capacidades y pericia.

Por el contrario, si no tenemos en cuenta estos dos parámetros, eficiencia y efectividad, pronto caeremos en el vicio (y no en la virtud) del "perfeccionismo", que es una manera de perder el tiempo y un signo de infinita vanidad.