OSCURIDAD Y LUZ INFINITA
Todos los místicos, de todos los tiempos, en todas las lenguas, tratan de comunicarnos lo incomunicable, aquello que no puede limitarse con palabras y por ello inaprensible.
No obstante, el ser humano posee otros medios para alcanzar, o al menos rozar aunque solo fuese la superficie, la realidad más allá de los sentidos: la intuición. Pero ésta no se rige por los mismos mecanismos que el razonamiento común, sino que es una mente inspirada, iluminada o traspasada de luz la que permite acceder a esos contenidos.
El lenguaje que acompaña a lo intuitivo es también intuitivo y paradójico, porque la paradoja rompe la prisión mental del razonamiento y, no teniendo la mente donde asirse, vuela libremente para contemplar lo que la razón le priva.