jueves, febrero 27

El Sufismo Universal II - "Sufismo e Islam"

SUFISMO E ISLAM


La historia cuenta que Mahoma era un hombre iletrado, pero según la tradición recibió  la orden de l arcángel Gabriel de poner en "letras", o sea de "re-velar” el mensaje de Dios, adaptándolo a un mundo necesitado no sólo de una religión sino también de una organización social.

Podríamos preguntarnos si cuando Mahoma se opuso a "escribir" el Corán porque no conocía las letras, si se trataba más bien de la dificultad para expresar unas enseñanzas profundas y esotéricas en un sistema exotérico y a la vez oculto a los ojos del vulgo. 

Ninguno de los grandes sabios y maestros, desde Cristo hasta Buda o Krishna, escribió ni una sola página. Cabe preguntarse si la razón estriba en que todos ellos fiaron más en la enseñanza viva a sus discípulos, al tiempo que desconfiaban de la letra muerta. 

Corán, Sura Al 'Alaq
El Corán siempre fue considerado como máximo exponente de la lengua árabe, era tenida por este pueblo como uno de los dones de Dios. Ciertos autores sufíes llamaron la atención sobre el hecho de que la lengua árabe en su sistema contiene valores numéricos cabalísticos. A propósito de lo cual también sería oportuno señalar las llamadas letras misteriosas que aparecen al comienzo de las suras y que hasta ahora nadie ha sabido explicar. ¿Contienen claves sobre la correcta lectura del Corán? De hecho en el Corán aparecen todo un conjunto de signos, que codifican la forma exacta de entonación y lectura, que no existe en otros libros árabes, ni aún los clásicos.

Mahoma también aseveró que él sería el último profeta. Efectivamente del tronco religioso común con judíos y cristianos, el de las religiones reveladas occidentales, cabe pensar que Mahoma fue su último exponente profético, y realmente podemos decir que hasta este momento ha sido así, e incluso señalar una distinta interpretación a sus palabras: No cabe ya un desarrollo posterior de estas religiones como tales, como sistemas revelados. 

Es evidente a nuestros ojos que estas religiones han perdido ya la conexión con sus corazones internos, se acabó en ellas esa posibilidad, pero además el hombre de hoy, en plena época de escepticismo, aunque también en plena época de esperanza, de necesidad vagamente expresada de verdades que no solo hablen al corazón sino también a la inteligencia, no puede ya aceptar religiones reveladas, proféticas podríamos decir, y menos aún de este viejo tronco monoteísta. Efectivamente, repito, Mahoma fue y quizá será el último Profeta.

La cualidad profética tal cual, no obstante, siguió apareciendo y existiendo en la historia del Islam, aunque eufemísticamente llamados sabios o santos, aunque no reconocidos o a veces perseguidos. Pero además el Islam, no sólo se podía basar en la revelación religiosa, sino que necesitaba del Conocimiento y de la Sabiduría. Mahoma nos dice que "es obligación del musulmán buscar el conocimiento si es necesario hasta en la misma China”.

A lo largo de las páginas del Corán se repite una y otra vez, en cada afirmación, que son necesarias dos cosas: “Al-Kitab wa Al-Hikma”, o sea “El Libro y la Sabiduría”, evidentemente el libro es el Corán, el libro revelado, pero ¿dónde encontrar la Sabiduría? Sabiduría que no está escrita, sino que es viva, transmitida de Maestro a discìpulo.

El sufismo pues, como heredero de la "Sophia" o Sabiduría es universal y anterior al Islam, y recoge en su seno variadas corrientes que se insertan en el mismo, vivificándolo y organizándose dentro dé él como sistemas y formas de pensamiento características, en muchas ocasiones en conflicto con la ortodoxia imperante. 

Cabe pues hablar de un Sufismo Universal (Teosofía) anterior y coexistente soterradamente en el Islam, y de un sufismo islámico ya organizado como escuelas ascéticas y de pensamiento más o menos aceptadas o combatidas por ser tenidos a veces por herejes, y que se especializó en mantener las enseñanzas de ese sufismo anterior y universal en conexión íntima con el esoterismo islámico de Mahoma.