Los Santos Tirthankaras
Según la tradición oriental, estos seres son aquellos que han cruzado más allá. Estos son los seres a los que les rinden pleitesía y admiración los jainas. El Jainismo es una religión con muchos puntos de contacto con el budismo, pero quizás mucho más antigua.
Admirados por sus valores éticos y su disciplina de vida conforman un grupo muy especial de monjes que, a pesar de las dificultades, mantienen el principio de no-violencia, ahimsa, que tanto ha inspirado al conjunto de la India y a importantes líderes como Ghandi. Otros principios importantes son el de ser verdaderos, no robar, no poseer cosas y el de la castidad.
No existe un sólo fundador de esta religión, sino que la enseñanzas y revelaciones de cada uno de los Tirthankaras a través del tiempo señalan como llegar a liberarse. Estos santos ascetas son los modelos a seguir, porque ellos son los que han cruzado y abierto el "vado" (tirtha: vado; kara: hacer) o también "el lugar sagrado de peregrinación". En otras palabras han encontrado el camino para liberarse. Estos lugares sagrados o tirthas en el caso de los jainas se encuentran sobre todo en lugares montañosos.
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| Tirtha Dilwara |
Ahora bien qué podemos aprovechar de ese punto de vista, nosotros occidentales, hijos de otra cultura y tiempo.
La primera idea que subyace es la de responsabilidad personal. Ningún ser va a realizar nuestra propia liberación, es un camino personal, en el que cada uno es el actor, realizador y director de la película de nuestra vida.
La segunda idea es la de "peregrinación", ir al lugar sagrado, al vado donde se cruza el río o se sube la montaña. Los textos sagrados afirman que ir de peregrina no es sólo una cuestión de los pies, sino un asunto del corazón y la mente, este es el peregrinaje de los "manasa thirtas", o sea el cruce o superación de los elementos emocionales y mentales sobre todo. Estos thirtas están enumerados en muchos de los puranas y en el Mahbarata y consisten en caridad, paciencia, autocontrol y sabiduria.
Ya no se va de verdadero peregrinaje ni siquiera físicamente a los sitios sagrados, pues hoy son sitios turísticos, lo más opuesto al recogimiento interior, porque el peregrino verdadero necesita recorrer dos senderos al mismo tiempo, el sendero externo y el interno. Y en eso consistía la magia del peregrinar, hacer que el alma dejase de ser extranjera en este mundo, sacralizando ambas esferas: lo interno y lo externo, o sea la Unidad del Todo.
Hoy se puede ser peregrino quizás yendo a algún punto cercano, con la única condición del recogimiento y de la preparación interna intensa que compense lo que falta, aunque la distancia no es lo más importante, sino el lugar sagrado interno hacia el que se va, porque de hecho ya viajamos a más de 40 km por segundo en este espacio infinito, da igual que vayamos hacia la izquierda o hacia la derecha, lo importante es que en el caos mundanal no se pierda la senda interior, fácilmente confundida entre tantas palabras escritas y oídas en nuestra mente.
Basta con pensar con la suficiente pureza, determinación y claridad, porque nuestro caminar de peregrino consiste en poner el pie firme en las ideas válidas, una detrás de otra que vayan elevándose por la montaña de nuestra mente... Y sabremos, aún sin mapa, que el camino es el correcto porque aunque la vida siga doliendo olvidaremos el sufrimiento mientras caminamos como los Tirthankaras.
