miércoles, marzo 25

Siete Claves para Superar la Crisis y No Morir en el Intento 02 - Clave I: Cambia Tu Perspectiva

CLAVE 1: CAMBIA TU PERSPECTIVA



Ciertamente, la sociedad está en crisis, pero el ser humano tiene una dimensión atemporal y otra temporal, la crisis puede afectar a lo temporal, pero no necesariamente a lo atemporal, o sea que hay que dar tamaño y proporción a los problemas que nos afectan: perspectiva.

Primer Clase de Perspectiva

El Ser Humano es atemporal, aunque con manifestaciones temporales (niñez, madurez, vejez, otra vida) Mírate al espejo, mira profundamente en tus ojos, ¿cuando te miras no sientes que en el fondo eres la misma persona de siempre, la misma desde la niñez? ¿No tienes acaso la sensación de ser más allá del tiempo, de continuidad? "En el fondo, no he cambiado, soy el mismo, me reconozco".

Pero, ¡cómo es eso posible!, por favor, mírate otra vez, ahora observa tu exterior, ¿qué ves? ¿Un hombre o mujer cargado de años, quizás enfermo, quizás joven y lleno de energía, quizás padre o madre? ¿Recuerdas tu infancia, en el colegio, con tus padres, con tu primer amor? ¿Cómo ha cambiado tu cuerpo, tu cara, tu mirada, tu voz?

Entonces, hay algo en ti que cambia, y algo que permanece, hay algo en ti superficial y algo profundo, cosas que los demás conocen, y cosas que tú sólo conoces, porque son imposibles de explicar. 

Por favor, te invito a un ejercicio: conecta con ese desconocido y mira las cosas desde ese ángulo, mira hacia atrás y hacia adelante, recorre la línea de tu vida, desde arriba, con distancia. Con la misma distancia con la que a veces juzgas lo que dices y lo que piensas. 

Pregunta: ¿Eres tu el que piensa, el que habla, o ese otro que observa, juzga cómo piensas y cómo hablas? Hay dos "yoes" en ti, y no lo sabías, aunque sí lo intuyes.

Segunda Clase de Perspectiva

Haz un pequeño experimento, camina con alguien a tu lado a través de las calles de la ciudad. Deja que fluyan los temas de conversación. Si prestas atención verás que las ideas aparentemente casuales que surgen en la conversación, digamos que más del 80%, han sido desencadenadas por algo que vimos en el camino, por un cartel, por un color, por un ruido que inicia una cascada de asociaciones automáticas. O sea, que nuestro pensamiento está condicionado, no es libre la mayor parte de las veces. Haz el experimento, te lo ruego, y luego hablamos.

¿Sin embargo sigues considerando que eres independiente y libre...?

Tercera Clase de Perspectiva

Las hormigas te interesan relativamente muy poco. De los átomos sólo hablas en clase de física, pero no tienen importancia en tu vida, podrías perfectamente vivir sin saber qué es un átomo. ¡Son tan pequeños! Se les puede ignorar, aunque las hormigas tienen más interés porque se comen las cosas que no guardas, no obstante diariamente caminas y las aplastas sin ser consciente de ello, y la verdad es que no te importan, salvo cuando se comen tu sándwich.

Bien, te entiendo, pero por qué no miras ahora hacia "arriba". Eres un pequeño ser, hay millones como tu (7.000), no eres especial en nada, tu opinión vale por tanto una millonésima parte de la... humanidad. Eres una pequeña mota en un mapa local, muy local, porque en uno nacional ni se te ve. 

Cuando ves desde la distancia a un grupo de pájaros volando en una dirección, o un grupo de peces moviéndose al unísono, piensas que son actos reflejos, que se mueven por instinto siguiendo a la mayoría. ¡Claro, no tienen conciencia propia, no son libres!

Sin embargo compras un Iphone, y esperas horas en la puerta de una tienda para conseguir el último modelo, como si en ello te fuese la vida. Quien dice Iphone, dice cualquier otra cosa, elecciones políticas, trendings, modas, coches, etc., etc. ¿Por qué esa uniformidad? ¿No será que aquellos que controlan saben cómo manejar la manada, como excitar las pasiones, como hacer que compremos lo que no nos hace falta, cómo odiar a quien ellos quieren o amar lo que les interesa? Te asombrarías saber las muchas formas de manipulación que existen. 

No obstante sigues pensando que tienes tu propia opinión y criterio independiente...

Cuarta Clase de Perspectiva

Considera tu pequeño tamaño, del que ya hablamos, y también tus reacciones teledirigidas o automáticas, y ahora mira más hacia arriba, y contempla cómo la Tierra no es más que un planetita, de un sistema solar, que no es precisamente el más importante, ni mucho menos. Nuestro sol es pequeño, muy pequeño al lado de otros soles, y casi no llega a ser una mota de polvo al lado de nuestra galaxia, que es una galaxia muy ordinaria de las cuáles existen billones ahí arriba, formando inmensos tejidos galácticos.

Cuando miras las células de tu cuerpo, te dices a ti mismo, “bueno esta es mi piel, constituida por millones de células, si me rasco porque me pica, elimino millones de células, pero qué más da, no tienen importancia, tampoco la tienen los millones de bacterias que elimino al lavarme las manos”. En fin, todo es relativo, eso lo entendemos, el problema es que desde otras perspectivas nosotros también somos relativos, pequeños y prescindibles.

Quinta Clase de Perspectiva, la que no debemos olvidar, la auténtica realidad

Todas las perspectivas que hemos visto son las de nuestro yo de andar por casa, digamos que nuestro yo inferior, simple, humano, influenciable, perdido. 

Si representamos en un gráfico ese yo inferior, éste no sería más que la confluencia de todas esas constantes que nos afectan desde ese mundo fenoménico exterior. Es un yo frágil e inestable. Leonardo Da Vinci, del que tantas cosas nos cuentan, unas verdaderas y otras falsas, representó a este yo humano en un famosos dibujo, el llamado hombre de Vitruvio:
Aquí vemos ese yo dependiente, sus perspectivas son como las comentadas anteriormente. Como podrás ver, es un hombre enmarcado en un cuadrado, o sea limitado a lo terrenal, que es lo que el cuadrado simboliza: cuerpo, vida, sentimientos y pensamientos. Es dependiente de esas cosas, quítale alguna de ellas y desaparecerá, es mortal. Piénsalo, haz el ejercicio mental. Su yo es el mero resultado geométrico de esos elementos: daña su cuerpo, por ejemplo, y verás como el centro del yo se desplaza, o daña sus emociones y el centro se desplazará otra vez, elimina uno de los lados y ya no habrá centro, es un yo ilusorio. Por eso nuestro yo cambia con las enfermedades, con la buena o la mala suerte, si tenemos energía o estamos cansados. Es muy inestable. 


Demos un paso más. Ahora veamos la imagen completa, este otro hombre, inscrito en el círculo, o sea lo celeste, toca con sus manos y sus pies alzados los límites del mismo, es un hombre en el que aparece un quinto elemento, por eso se enmarca también en un pentágono formado por su cuerpo, alza sus brazos y sus piernas y se eleva por encima. Es decir, ya no depende de esas cuatro cosas que mencionamos antes, cuerpo, vida, sentimientos y pensamientos, sino que es otro yo, uno más alto, más elevado.

¿Sabes quién es? Si, lo has adivinado, es ese que contempla lo que piensas, que juzga y ve más allá del tiempo. Y no es un ángel, sino tu otro yo, tu le conoces.

Cuanto mayor sea el número de veces y mayor el tiempo que puedas ver las cosas desde esa quinta perspectiva, habrás conseguido el primer paso para ser tu mismo, tu yo real y atemporal.

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