lunes, enero 31

Entrada a la Cámara de Osiris 02

Osiris, Esperanza de Vida Renovada

La procesión marcha despacio, han llegado hasta el Nilo, y tras subir a las barcazas que les conducirán a la otra orilla, la orilla del silencio, han seguido luego conduciendo el triste trineo por las arenas del desierto.

La triste comitiva, arrastra tras de sí todo lo que Ani representó en vida, los deudos lloran, llevan sus objetos personales, sus muebles, y el pequeño sarcófago cuadrado conteniendo los vasos canopos. Todos testigos en definitiva de su vida mundana.

Ani, el augusto escriba real, encargó su papiro describiendo su funeral mundano, al tiempo que simultáneamente también quiso describir las pruebas que le esperaban en el más allá, quizás las pruebas que ya había superado en vida, y de las que éstas, las representadas en el papiro, sólo eran un mero testimonio de sus logros iniciáticos.

Hay dos posibles objetivos para cualquier ser humano, uno consiste en el triunfo verdadero en y para esta vida, que no consiste en una victoria material, sino conseguir la serenidad, la altura de miras, la capacidad para ver todo lo que nos rodea, actuando sin caer en las redes del odio, de la intolerancia, de la insatisfacción, del egoísmo, y de tantas otras cosas que se resumen en hacer que uno se olvide de sí mismo, de su auténtica naturaleza, volviéndose triste, lleno de amargura. 

El otro objetivo, es para muy pocos, es muy difícil de alcanzar, es sólo para los que han conseguido entrar en la sala de Osiris, el Señor que nunca habla, pero que contempla hasta el más mínimo resquicio de la conciencia. 

Allí el dios de la Tierra del Silencio, en su capilla, está rodeado de todas las cosas que señalan su verdadera  naturaleza. 

Nébrida

Delante de él cuelga la Nébrida, la piel de vaca que marca el rito de pasaje, que indica un nuevo nacimiento. En los antiguos versos se dice: “Ningún daño podrán hacer contra mi aquellos a quienes los dioses detestan, porque yo me he purificado en el corazón de la capilla Mesquet” (la capilla hecha de piel, de cuero) Es la misma ceremonia ancestral, el mismo rito de paso, que dio nacimiento a tantos iniciados de todas partes del mundo.

4 Hijos de Shu: Imsety, Hapi, Qebehsenuf, Duamutef
Este paso previo, la purificación, también está señalada en el loto que surge a los pies de Osiris. Sobre sus pétalos están los 4 hijos de Shu, los 4 genios que custodian los vasos canópicos, cada uno de ellos representando aspectos purificados de la personalidad humana,  ofrendados por el loto de pureza que no es otro que el mismo ser humano transformado, quien aún teniendo su raíz en la tierra cenagosa, cruza inmaculado las aguas de la vida, para abrirse al Sol-Osiris, ofreciendo lo mejor de sí mismo.

El nombre del dios está escrito al frente, "Osiris señor de la Eternidad". Sus manos sujetan tres símbolos, el látigo que es en sí mismo un jeroglífico, "mes", lo que da nacimiento o hacer surgir, y el callado curvado, símbolo de Heka, el dios de la magia, así Osiris es el dios del que surge o emana todo el poder misterioso de los iniciados. 

"Mes" látigo, Cayado Anubis, Cayado Heka

También porta en medio de los anteriores símbolos el cetro que representa a Seth, dios de los misterios, conocido también como el cayado de Anubis, y que con su forma estilizada apunta hacia su destino final, el camino ascendente de los seres divinos que lleva hasta las regiones circumpolares, donde se  encuentra la constelación del Dragón.

Su traje lleno de escamas, nos recuerda que Osiris es un pez, es el pez que sobrevive a la inundación de los últimos días. Osiris es "El pez de Abydos", al que Anubis resucitó en la primera ceremonia de momificación:

Todas las antiguas civilizaciones hablan de un final de los tiempos y una regeneración a través del agua y de nuevos ciclos de vida, de ahí la ablución en el lago sagrado antes de penetrar al templo, y también la ceremonia del bautismo en la cristiandad. En esas leyendas de las inundaciones universales, ya se trate de la de Noé (que significa "descanso" o pralaya, periodo de inactividad y luego aparición de la vida) , o la de su original, el Manú Vaivasta de la India, o la de Xisustros de Babilonia, sólo hay una cosa que permanece y sobrevive en las aguas de la Gran Inundación, el ciclo que lo anega todo y que hace que la vida entera desaparezca momentáneamente: la Sabiduría es lo único que pervive. Y esa Sabiduría es la que hace retornar de nuevo al mundo. 

Ichtys - Símbolo de Jesús

Por eso el mismo Jesús fue también identificado con el símbolo del pez, ichtus (ijzús), así como el mismo Osiris, muerto y resucitado, porque como la sabiduría, sólo los peces sobreviven en las aguas, o los sabios.

Detrás, protegiéndolo están las “Dos Serpientes Cantoras”, las dos Señoras de la Luna, la Señora del Este y comienzo de la vida, Isis; y la Señora Oculta, la de las tierra del más allá, del Oeste, Nephtys. Son ellas la Vida Una en todo su recorrido, el de los vivos y el de los muertos, la que presenta y protege el gran misterio: Osiris.  

Arriba, coronando la capilla, se disponen Seis Serpientes a un lado y Seis Serpientes al otro, y en medio, aquél quien en el Libro de la Oculta Morada, se denomina a sí mismo, la Séptima Serpiente.


 "Soy el Séptimo de los 7 Uraeus (serpientes) que vinieron a la existencia en el Este". Libro de los Muertos Egipcio. Recitación para ser transformado en un Fénix (Rec. 83)

Misterio no descubierto, que pervivirá a través de los siglos como símbolos estelares, y que será la base de la 13ª constelación, la secreta, la oculta entre las doce, Ophiucus o Serpentario (ver

La forma de Osiris que aparece arriba, en medio de las serpientes, es Sokar, el Osiris de la Noche, el protector de las almas de Sakkara, la gran Necrópolis. 

Sokar

Finalmente, todo el conjunto, todos esos símbolos, hablan de los requisitos necesarios para lo que se está enfrentando, para conseguir entrar en un sitio especial: Osiris está sentado sobre un cuadrado mágico, y éste tiene una puerta de acceso que el mismo Osiris custodia, es la entrada al Ra-Stau, o sea el lugar "donde se extrae a Ra", el sol espiritual, y que da sentido a todo el papiro, porque de eso es de lo que se trata, siendo esa precisamente la imagen que da comienzo a esta serie. Esa esa primera imagen del papiro de Ani, resumen de todo el proceso iniciático, es la aspiración que lleva a Ani a someterse a todas las pruebas: 

Entre dos montañas, el Este y el Oeste, la venida a la vida y la partida a la otra vida, se sitúan las diosa Isis y Nephtys, sentadas sobre el símbolo del oro, la “carne de los dioses”, lo que no se corrompe, ambas diosas haciendo el gesto de protección sobre algo maravilloso que está sucediendo: del pilar Djed, símbolo del mismo Osiris y todos los que son osirificados, surge una Cruz Anj, la cruz de la vida eterna, que sostiene triunfante en sus brazos el Sol Espiritual que ha emergido del osirificado triunfante.

Finalmente deseamos que Ani, y que todos los que un día lo intenten, consigan llegar hasta donde el sueño de sus almas les ha conducido y que puedan escuchar las palabras recitadas en el último capítulo del Libro Egipcio de los Muertos, en el Libro de la Oculta Morada:

"Mirad, en paz, en su momento, ha sido conducido, restituido, hasta la Eneada, entre sus ancestros. Ha pacificado los dos combatientes, los guardianes de la vida. Ha creado su propia felicidad, trayendo sus ofrendas ha pacificado a los dos combatientes, con lo que les pertenece a cada uno. Ha hecho cesar el grito de los guerreros, ha puesto fin al escándalo entre los niños, ha secado las heridas de las almas..."