sábado, enero 29

Bien, Mal, y lo bueno y lo malo

 Bien, Mal, y lo bueno y lo malo



¿Existe el Bien? Si entendemos el bien como valor arquetípico, es decir como finalidad a la que hay que tender, como resultado superior al que todo lo que evoluciona tiende, entonces indudablemente existe el Bien.

Así por ejemplo, para los evolucionistas, los mamíferos superiores son el bien, comparado con los insectos, o las algas, o las amebas. Porque es el resultado de la evolución hacia formas superiores. Lo que cabría preguntarles es si piensan que esa evolución es el resultado de alguna especie de "Director General", externo a la obra, o sea un Dios "como es debido" como exigen todas las religiones "re-veladas", o si se trata de una Ley inserta en la propia existencia del Universo, en sus propios "genes", por decirlo así.

Claro que, para el evolucionista materialista, que piensa que la materia es ciega, se encontrará en un callejón sin salida, porque eso supondría asignar al Universo entero una dirección predeterminada hacia "lo mejor". Y si eso se niega, entonces por evolución también tendría que aceptar la posibilidad alternativa de una evolución en dirección contraria, o sea la disolución, destrucción, aniquilación final de todas las especies volviéndose una especie de amasijo de amebas informes.

De la misma manera también existen esos otros arquetipos, tales como la Justicia, la Verdad y la Belleza. Y todos estos arquetipos son como las metas finales, el modelo ideal al que la Naturaleza entera, que escribo con mayúsculas, tiende (Deus sive Naturae).

Ahora bien, aparte de esas ideas arquetípicas y finalistas globales, en el mundo no existen absolutos, ni dualidades personalizadas, o sea el Bien y el Mal, lo Justo y lo Injusto, lo Bello y lo Feo, lo Verdadero y lo Falso, no son entidades que andan por ahí flotando, influyendo o inspirando a los seres humanos. Repetimos, desde luego que existe el Arquetipo Universal que es inspirador para toda la humanidad. Pero el Bien como entidad no está por ahí dando vueltas, ni su contraparte, el Mal como identidad, ni ninguna de las otras entidades, sino que son calificativos relativos que ponemos a las cosas. 

Las Iglesias de todo género han tratado de convencernos de la existencia de estas falsas identidades, e incluso las han personalizado, siendo el Bien evidentemente Dios, y su opuesto el Mal, el fruto del Maligno. O sea han rebajado el Dios Incognoscible a la altura del muñeco llamado Satán, como los dos guiñoles de un teatrillo para niños, que se pegan con un bastón el uno al otro eternamente.

Las religiones, no sólo cristianas, nos meten miedo con el muñeco malo, con grandes bigotes y cuernos, y nos salva, aunque también nos atemoriza, con el Arcángel con espada flamígera, que en menos que canta un gallo te declara enemigo del bien, y te corta el cuello o te detiene a las puertas del paraíso y, por un quítame allá esas pajas, te convierte en un condannato o damnatus de por vida eterna. 

Divide y Vencerás. Así del Bien Absoluto del Arquetipo, pasamos al Bien relativo, manejado convenientemente por los de siempre como un dron con cámara de televisión que planea sobre nuestras cabezas, o gafas de reconocimiento facial: 

Ahora las cosas han empeorado, porque dado que las iglesias ya no tienen mucho poder, el manejo del Bien relativo ha pasado a manos de los políticos de todo tipo, de los youtubers de moda, de los/las/les influencers, y de la Ingeniería Social, que como en la famosa novela "1984" se están convirtiendo en arcángeles vigilantes del pensamiento, por tu propio bien, y además en reformadores de la historia, la que reescriben según las nuevas modas. Exactamente como en la novela 1984, donde hay un llamado Ministerio de la Verdad, que se encargaba de reformar los archivos históricos, retocando fotos, eliminando artículos o noticias que ya no convienen, etc. Ahora tiran estatuas

Mejor prepararos, porque en no mucho tiempo tendremos que hacer confesiones públicas, como en la antigua URSS, y delatar a algún que otro ex-compañero, o a nuestros propios hijos o padres ante un jurado de youtubers.

Lo que sí existe, lo que sí podemos hacer es entender que lo real no es el Bien y el Mal, salvo como dirección finalística arquetípica, sino "lo bueno" y "lo malo" en nuestros actos, es decir aquello que produce el mejor resultado posible, que éticamente no fastidie a nadie, ni a nosotros mismos, que haga que nuestra Alegría de Vivir aumente, y también la de los demás. Y lo malo es todo lo que nos ensombrece, lo que hace que nos sintamos culpables, lo que daña a los demás, lo que ennegrece nuestro futuro. Estamos en este mundo inmersos en un magnífico juego, que tenemos que jugar con todas nuestras bazas, disfrutando cada pequeña victoria, sin lamentos re-emprendiendo el juego de nuevo con cada fallo, no hay prisa, no pasa nada, ¿si te equivocas qué te va a ocurrir? ¿Perderás tu alma? No. ¿Perderás esta encarnación? Y qué importa, si tampoco me acuerdo de las demás. Sólo concéntrate en que tu alegría, tu aumento de alegría, o sea tu paz y armonía interior, sea también el aumento de alegría de mundo entero, que cada centímetro que tu crezcas sea el crecimiento de toda la humanidad. Y que cada día seas un poco menos yo para ser un poco más nosotros.