La Eterna Discusión
Conocimiento o Acción
ARJUNA
1. Si estimas que la sabiduría (budhi) es más grande que la acción, ¿por qué me impones la terrible acción de la guerra?
2. Mi mente se encuentra confusa porque en tus palabras encuentro contradicciones. Dime, pues, con toda certeza, cuál es la vía por la cual accederé al Supremo.
KRISHNA
3. Oh príncipe sin pecado, en este mundo, dos son las sendas de la perfección, como te he indicado con anterioridad: jñana yoga, la vía de la sabiduría de los sankhyas, y el karma yoga, la vía de la acción de los yoguis.
Todo, en este tema, depende de con quién te topes. Hay personas que consideran que todo esto de la filosofía está muy bien, pero que hay que dejarse de tanto pensar, y que hay que actuar, y que andar dando vueltas con el conocimiento es cosa muy menuda con la que no conviene perder el tiempo, o sea que son zarandajas. Al vuelo se ve que la impaciencia les come, y que tienen necesidad de poner las manos en algo práctico, aunque no siempre bien pensado.
Otros por el contrario consideran que actuar así es desatino, y que para llegar a puerto sano y salvo se necesita paciencia, aplicando ésta al conocimiento previo del asunto. Así, los que son de esta opinión, se dedican a desgranar en análisis minucioso todos los antecedentes de la situación, sus variantes, las consecuencias posibles, los factores externos que intervienen, y hasta quieren conocer el nombre de la suegra del oponente en la batalla.
El Buda decía que si alguien, herido por una flecha envenenada en medio de la batalla, cuando fuese a ser atendido, alzase la mano rechazando la asistencia, y dijese que primero tenía que conocer el nombre de quién lo había herido, si era de noble familia o cuál otra era su condición, entonces en este caso seguramente, decía el Buda, el herido morirá envenenado antes de que la flecha le sea arrancada.
Éste sería un caso de excesiva tardanza en ponerse en acción para hallar una solución a nuestros problemas. Unos por demasía y otros por escasez, o bien confían en la acción sola o únicamente en el conocimiento.
El Bhagavad Gita contesta genialmente a esta disyuntiva, diciéndonos que en realidad todo Conocimiento Verdadero, o sea la SABIDURÍA, por su propia naturaleza, conduce a la Acción Verdadera, es decir KARMA YOGA, la acción sagrada y eficaz que traspasa los velos de la ilusión de Maya. Y dice también que toda Acción verdadera conlleva en su aplicación un conocimiento profundo y una experiencia genuina.
Por consiguiente no hay oposición cuando ambos, acción y conocimiento, son verdaderos: son la misma cosa. Cuando hay diferencia es porque sólo hemos considerado uno de los dos aspectos y hemos rechazado el otro. Entonces será un conocimiento huero, vacío, sin consecuencias reales en nuestra vida, en definitiva un conocimiento inútil. Por otro lado, la acción sin conocimiento es también una acción sin dirección, sin aportar soluciones finales, una acción inútil que solo complace nuestra vanidad de actores histriónicos.
Rajas, Tamas y Satwa
El Bhagavad Gita enseña también que tanto la acción como el acceso al conocimiento suceden en este mundo material, y que éste está caracterizado por sus propias cualidades conocidas como las Tres Gunas: Rajas, la aceleración y el exceso, Tamas, lo inerte, pesado y mortecino; y Satwa, el sendero equilibrado y armonioso de la "Acción que es sabia", o el "Conocimiento que guía la acción sagrada".
El conocimiento muerto es la distracción primaria de aquellos que caen bajo la influencia de Tamas, la inercia material que mata, el intelectualismo inerme. Es el conocimiento inútil, sin trascendencia, que no dirige nuestra vida hacia su fin sagrado.
La acción vacía y sin sentido, es la de aquellos que caen bajo la influencia de Rajas, la aceleración exagerada y sin real propósito, salvo la del gusto por la adrenalina, sin extraer de la misma ningún atisbo de sabiduría, salvo a través del dolor que esta locura causa.
Sólo la acción y el conocimiento verdaderos: la Acción Sagrada y la Sabiduría, que son una misma cosa, transitan la senda de Satwa, que es la Armonía que avanza a través del sendero del Dharma.