jueves, enero 20

El Juicio II - El Maestro Hesiré y el discípulo Montu

EL MAESTRO HESIRÉ Y EL DISCÍPULO MONTU 

Entremos en silencio respetuosamente, en el lugar que se ha conservado durante siglos, incluso aún delante de los visitantes y curiosos, porque estas paredes no te hablan salvo si entiendes su espíritu. Es un silencio que habla sólo para ti, el que sabe, el que puede abarcar con la mirada este misterioso lenguaje. Escucha pues el eco de los siglos:

"El Maestro Hesiré hablaba quedamente al discípulo, con mirada intensa parecía querer grabar cada palabra en su alma:

- Los viejos papiros se rellenan con las imágenes que el ritual exige, configuradas y aceptadas así durante siglos. Contempla atentamente este bello papiro, el texto  inscrito, como ya sabes, es secundario y de menor importancia, si es necesario lo mutilamos, aunque a ti no te importará, porque tú, Montu, lo conoces de memoria ¿no es cierto? Seguramente has recitado repetidamente las fórmulas sagradas que deberás pronunciar en voz muy queda, sin que nadie que no sea de tu familia, que no conozcas los misterios como tu, pueda oírlas.” 

El joven discípulo asintió con la cabeza, mientras mantenía la mirada fija en el maravilloso y luminoso papiro que se desplegaba ante sus ojos. Hesiré continuó:

- Desde luego, tú ya lo conoces, el maestro artesano así te lo ha explicado, ciertamente a veces el texto está inacabado, pero la imagen... ¡La imagen es sagrada! Por eso, en silencio, atento acompáñame, escudriña bien todo, recorre con tu vista las imágenes, pero sobre todo contempla su reflejo en tu interior y recuerda.

—Maestro Hesiré, conozco los textos, pero ¿qué significan todas esas imágenes? Extrañamente siento lo que dicen, me hablan, pero explícame para que entienda.

—Sígueme pues, todo está dispuesto para el Juicio que convertirá a alguien en un Justificado, quizás tú mismo también te conviertas un día en un Osiris con tu nombre… Mira empecemos por aquí, mira la escena que muestra el momento cumbre que decidirá si el alma tiene derecho a penetrar en los misterios.

Aquí, a la izquierda, casi tímidamente, inclinando la cabeza, el poderoso escriba real y sacerdote Ani penetra humildemente al lugar donde su corazón será pesado, su conciencia y sus ideas más recónditas serán reveladas. ¿Quién puede estar seguro que no esconde en algún lugar, ignorado por uno mismo, una intención o un pensamiento oscuro?  - los ojos de Hesiré miraron entonces inquisitivamente a los del joven discípulo. Y luego prosiguió:

— Detrás,  su esposa le acompaña sosteniendo el sistro de protección, en su papel de sacerdotisa y señora de la magia. Ani está a punto de renacer, a punto de encarnar en un nuevo ser eterno, en un justificado, en el Osiris Ani. Es un momento de tensión e incertidumbre, el artesano artista ha sabido mostrarlo en su mirada”

“Ahí delante están todos los testigos, fíjate, porque todos ellos darán testimonio, mientras que la Gran Enéada de los dioses, ahí arriba te  juzgará y dará su veredicto. Al frente de ellos está Ra Horakhty, el sol de los dos horizontes, el de la la salida y el de la puesta, desde tu nacimiento hasta tu muerte. Es el resumen de todos ellos. 

Detrás están los dioses de los comienzos: Atum, el dios sol cuyo nombre significa Todo y Nada, dios de los comienzos y también de los finales, luego le siguen Shu y Tefnut o el fuego y el agua,los dioses que aparecieron al principio de la creación. Después Geb y Nut, la tierra y el cielo. Con estos cuatro se completaron los 4 elementos, Fuego, Agua, Tierra y Aire.

A continuación vienen los dioses que nacieron después, los dioses cercanos a los hombres: Isis y Nepthys las hermanas del Este y el Oeste, de un lado de la luna y del otro, de lo evidente y de lo oculto. Y Horus, el hijo de Osiris y vengador de su padre. Todos ellos habitan en la Gran Casa, la gran casa que es el universo entero, y cuya señora es Hathor.

Cierran la Gran Enéada Hu y Sia, las cualidades sin las que los seres divinos no podrían ser tales: Sia, la percepción penetrante, que ve más allá de las apariencias, y Hu el verbo creador, la palabra y el aliento que da vida. “

—¿Maestro Hesiré, es por eso que debemos cuidar nuestras palabras?

— Ciertamente Montu, todo sonido emitido vibra eternamente, y sus semillas de bondad o maldad se esparcen a lo largo del tiempo y el espacio. Pero continuemos, mira aquí, justo al lado de la balanza. Delante están los dioses que estuvieron presente en su nacimiento y en el tuyo. Ahora de nuevo están presentes aquí, para este nuevo nacimiento: arriba está el ladrillo diosa, Mesjenet, sobre la que se apoya la parturienta, es la diosa protectora de los nacimientos, ayuda a formar tu Ka, insuflando la vida.  

Debajo está Shai, la concreción de aquello que será tu destino ineludible y favorable, y que sólo tu inteligencia y voluntad permitirá moldear.  

Junto al platillo con el corazón están las dos diosas del nacimiento Renenet y Mesjenet, emparejadas, la primera es la diosa del alimento, la que te dará nutrición y asegurará las cosechas en el otro mundo, y Mesjenet de nuevo, ahora como diosa también del destino, quien como Shai, se encarga de augurar tu futuro.   

— Maestro, estos cuatro dioses rodean al corazón sobre un platillo, ¿por qué?

— Porque es el corazón de tu conciencia y al mismo tiempo un huevo donde incuba el alma-pájaro. Fíjate bien, es un corazón roto, como un huevo que ha sido cascado. Las plumas sobre este corazón delatan quién estaba dentro: el alma-pájaro que ahora está arriba descansando sobre un pedestal con una pequeña puerta: esa es la puerta del Ra-Stau, la que da acceso a los significados internos ocultos, y que sólo es accesible para el alma purificada, el pájaro capaz de ascender hasta el mismo cielo. 

Hesiré apuntó entonces con su dedo al mismo centro de la balanza, sobre el vástago central, recorrió el dedo hacia arriba señalando un pequeño babuino descansando sobre el eje, y luego señaló los jeroglíficos escritos a su derecha en vertical: 

— Mira, aquí escrito está su nombre, Djehuty, Thoth.

— Maestro qué hace ese animal encaramado a fiel de la balanza, ¿por qué está ahí?

— Porque Thoth, dios de la sabiduría, también se muestra a veces con formas misteriosas. este babuino habla de viejas historias, de cosas que ocurrieron largo tiempo atrás, son memorias casi perdidas de las que no es lícito hablar ahora — Hesiré, haciendo un gesto rápido con la mano, dio por zanjado el asunto.

— Mira aquí está, detrás de la balanza, Thoth de nuevo, esta vez con su forma de pájaro ibis. El es el gran escriba que toma nota de todo lo que allí ocurre, y la memoria de los hechos pasados, él es quien mantiene los libros sagrados. Fíjate, que lo que aquí se pesa es el equilibrio con la Verdad, por eso la pluma debe estar a la misma altura que el corazón en el otro platillo. La pluma no puede pesar más que el corazón ni tampoco menos, un corazón humano y encarnado es una conciencia imperfecta, basta con que iguale su peso.

— Maestro has dejado detrás el que ocupa el lugar central. Seguro que es importante lo que hace.

— Ciertamente, Montu, porque quien maneja todo este mecanismo y permite que tu alma traspase la Puerta Luminosa es él, Anubis, el chacal que abre los caminos, quien hizo la primera momificación, quien estableció los mecanismos iniciáticos de entrada al mundo de los justificados. Dice el Libro Sagrado de la Salida del Alma que los brazos de la balanza de este juicio son como las dos cejas de Anubis. Un verdadero misterio, del que no estoy permitido hablar.

— Y ahora, ya estamos llegando al final de esta parte, el último personaje que ves a la derecha es Ammet, acechando para tragar el corazón, para borrar la conciencia y hacerla caer en el olvido. Si el candidato no consigue pasar la prueba sólo el olvido de sí mismo le espera. Tendrá que nacer de nuevo sin saber quién es, de donde vino y a donde va, como la mayoría de los seres humanos. La inmortalidad es la continuidad consciente y no perder nunca más la memoria ni de Sí mismo ni de la Verdad — Despacio, enrolló el bello papiro, y tomando a Montu a su lado le hizo levantar las manos haciendo el signo del ka mientras decía:

— Recitemos las palabras sagradas, Montu, unamos nuestros deseos, usando las palabras rituales para todos aquellos que penetran en la conciencia verdadera, acompañados de la mano de Horus, con la esperanza de que alguna vez estas palabras puedan ser recitadas para nosotros mismos:

“He venido hasta ti ¡Oh Osiris de Bella Existencia!, aquí te traigo al candidato  Osiris Ani. Su corazón es genuino, habiendo vencido en la balanza, él no ha pecado en contra de ningún dios ni diosa. Thoth lo ha juzgado y así lo ha registrado en los escritos, que han sido comunicados a la Gran Enéada de los dioses, y la misma Maat la grande así lo ha testificado. Que le sean dados el pan y la cerveza celestial y que pueda ser llevado ante la presencia de Osiris, para que sea eternamente uno con los Seguidores de Horus.”

Continuará

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