La Debilidad tu Único Enemigo
Vivekananda, Charlas sobre el Bhagavad Gita |
Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo regreso. Desamparado vine y desamparado me voy. Indefenso estoy ahora. Y no sabemos cuál es el objetivo. Es terrible para nosotros incluso intentar pensar en ello.
¡Tenemos ideas tan extrañas! Vamos a un médium para ver si un fantasma puede ayudarnos. ¡Piensa en qué debilidad! Fantasmas, demonios, dioses, cualquiera sirve ¡vamos! ¡Y todos los sacerdotes, todos los charlatanes! Ese es precisamente el momento en el que se apoderan de nosotros, el momento en que somos débiles. Luego traen consigo a todos los dioses.
Puedo ver cómo en mi país un hombre que se hace fuerte y educado, que se vuelve un filósofo, dice: "Todo estos rezos y baños son una tontería". ... Entonces el padre del hombre muere y su madre muere. Ese es el impacto más terrible que puede sufrir un hindú. Y entonces lo encontrarás bañándose en todas las sucias piscinas, entrando en el templo, lamiendo el polvo. ... ¡Que alguien me ayude! Pero estamos indefensos, no viene ayuda de nadie.
Esa es la verdad. Ha habido más dioses que seres humanos; y sin embargo no hay ninguna ayuda. Morimos como perros, sin ayuda. ¡En todas partes bestias, hambre, enfermedad, miseria, maldad! Y todos clamando por ayuda. Pero no hay ayuda. Y sin embargo, contra toda esperanza, seguimos pidiendo ayuda a gritos. ¡Oh, miserable condición! ¡Oh, qué terror!
¡Mira en tu propio corazón! La mitad del problema no es nuestra culpa, sino de nuestros padres. Nacidos con esta debilidad, se nos metió cada vez más en la cabeza. Paso a paso cada vez más. Es un tremendo error sentirse impotente. No busques ayuda de nadie. Nosotros somos nuestra propia ayuda. Si no podemos ayudarnos a nosotros mismos, no habrá nadie que nos ayude. ...
"Tú mismo eres tu único amigo, tú mismo tu único enemigo. No hay otro enemigo que este yo mío, ningún otro amigo más que yo". (BGita VI. 5.)
Esta es la última y más grande lección, y ¡Oh, cuánto tiempo se necesita para aprenderla! Parece por fin que lo conseguimos, y al momento siguiente llega de nuevo la vieja ola. La columna vertebral se rompe. Nos debilitamos y nuevamente nos aferramos a esa superstición y buscar ayuda ¡Piensa en esa enorme masa de miseria, y todo causado por esta falsa idea de ir a buscar ayuda!
Posiblemente el sacerdote diga sus palabras de rutina y espere algo a cambio. Sesenta mil personas miran al cielo y rezan y pagan al sacerdote. Mes tras mes todavía siguen mirando, todavía siguen pagando y rezando. ... ¡Piensa en eso! ¿No es una locura? ¿Qué si no es? ¿Quién es responsable? Puedes predicar religión, ¡pero sólo conseguirás excitar las mentes de niños subdesarrollados ...! Y tendrás que sufrir por eso.
En el fondo de tu corazón, ¿qué eres? Por cada pensamiento debilitante que hayas puesto en la cabeza de alguien, tendrás que pagar con interés compuesto. La ley del Karma debe cobrarse su peso en carne. ...Hay un sólo pecado y ese es el de debilidad.
Cuando era niño leí "El Paraíso Perdido" de Milton. El único hombre bueno por el que yo tenía respeto era por Satanás. El único santo era esa alma que nunca se debilita, que se enfrenta a todo y que está decidida a morir.
¡Levántate y muere! ... No añadas una locura a otra. No agregues tu debilidad al mal que vendrá. Eso es todo lo que tengo que decirle al mundo. ¡Sé fuerte! ...
Hablas de fantasmas y demonios. Nosotros somos los demonios vivientes. El signo de la vida es la fuerza y el crecimiento. El signo de la muerte es la debilidad. ¡Evita todo lo que sea débil! Es la muerte. Si lo que necesitas es fuerza, ¡desciende a los infiernos y consíguela! Solo hay salvación para los valientes. "Nadie más que los valientes lo merecen". Nadie, excepto los más valientes, merecen la salvación. ¿De quién es el infierno? ¿De quién es la tortura? ¿De quién es el pecado? ¿De quién es la debilidad? ¿De quién es la muerte? ¿De quién es la enfermedad?
Tú crees en Dios. Si es así, cree en el Dios real.
"Tú eres el hombre, tú la mujer, tú el joven que camina con la fuerza de la juventud ... tú el anciano que se tambalea con su bastón". (Shvetâshvatara, IV. 3.)
Tú eres debilidad. Tú eres el miedo. Tú eres el cielo y el infierno. Tú eres la serpiente que picaría. ¡Ven tú como miedo! ¡Ven tú como la muerte! ¡Ven tú como la miseria! ...
Toda debilidad, toda esclavitud es imaginación. Con sólo una palabra debe desaparecer. ¡No te debilites! No hay otra salida ... ¡Ponte de pie y sé fuerte! Sin miedo. Sin superstición. ¡Enfréntate a la verdad tal como es! Si llega la muerte, esa sería la peor de nuestras miserias, ¡que venga! Estamos decididos a morir. Esa es toda la religión que conozco. No lo he logrado, pero estoy luchando por conseguirlo, Puede que yo no pueda, pero tú puedes. ¡Sigue!
Donde uno se distingue del otro, donde uno oye al otro, mientras haya dos debe haber miedo, y el miedo es la madre de toda la miseria. Donde nadie ve a otro, donde todo es Uno, no hay nadie que sea miserable, nadie que sea infeliz. (Chhândogya, VII. Xxiii-xxiv)
Sólo existe el Uno sin segundo. Por tanto, no temáis. ¡Despierta, levántate y no te detengas hasta alcanzar la meta!
Vivekananda, Charlas sobre el Bhagavad Gita