lunes, marzo 1

La Eterna Música de Egipto 02

 El Canon en el Arte y en la Música

Aunque seguramente existieron formas musicales en épocas prehistóricas, que incluso pervivieron en melodías y ritmos populares posteriores, es a partir de la II Dinastía cuando se observa un súbito cambio en las formas artísticas, es cuando aparece el "canon" egipcio: las formas de los animales grabadas en las placas, los signos jeroglíficos, etc., adquieren un carácter peculiar, unos trazos esenciales que dotan a las figuras de una nobleza especial. La corte real se constituye en la principal empleadora y proveedora de bienes artísticos, y dicha concentración de esfuerzos produjo un rápido ascenso en la calidad de los productos y una fijación de los modelos. 

No poseemos datos ciertos sobre cómo esta revolución pudo afectar a la música y a la danza, pero probablemente también sus estilos básicos y métodos fueron fijados, si no totalmente al menos en gran parte, en esta época.

Como ejemplo de ello se constata la existencia desde tiempos pre-dinásticos de la llamada danza de los Muu, que representaba a los espíritus ancestrales del rey, y que primero aparece en el Delta, en la antigua ciudad de Buto para luego extenderse también al Alto Egipto. La ciudad de Buto estaba dividida en dos distritos, Dep y Pep. 

Estos danzantes representan a las almas de Pep, sus figuras aparecen pintadas en distintas tumbas y mencionadas en los Textos de las Pirámides. Su función era recibir al difunto y conducirlo al más allá. Los egiptólogos piensan que el ritual de dicha danza era tan complejo que sólo aspectos parciales de la misma han llegado hasta nosotros. Ello implica lógicamente la existencia de una música o ritmos acompañantes igualmente bien definidos y complejos.

La música, como el resto del arte, en Egipto tiene una naturaleza esencialmente sacra. En el Antiguo Egipto no se concibe el arte por el arte, sino al servicio de la educación y transmisión de unos valores fundamentales. Por eso mismo el "canon" es tan importante, porque permite fijar la manera más adecuada y clara de transmitir sin distorsiones las ideas. Como en nuestras modernas señales de tráfico, en las que la claridad es fundamental, se descarta la perspectiva, la profundidad, el relieve, porque todo ello distrae y es accesorio al mensaje original.

De la misma manera, cualquiera que haya practicado la escritura jeroglífica podrá constatar que cada signo posee uno o dos trazos esenciales y fijos reconocibles, son los que dan la característica al jeroglífico que permite reconocerlo más allá de las posibles variaciones individuales o estilísticas del copista.

León Asirio a la izquierda, león egipcio humanizado a la derecha, según el canon

Por consiguiente podemos afirmar, aun no poseyendo testimonio escrito, que con la mayor probabilidad la música y la danza egipcia de la antigüedad estaba sujeta a normas codificadas muy precisas. 

Continuará