viernes, noviembre 5

Al-Fayoum, el Laberinto y el dios Sobek - 02

 Sobek o el Gran Dragón Egipcio

Sobek dando vida a Amenhotep III

La visión común que habitualmente tenemos de Egipto es la de un país desértico en su mayor extensión, aunque regado por las aguas del Nilo. Esto surge de la consideración actual que visualiza a los países según ciertas fronteras marcadas. 

Remet-n-Kemet, el pueblo de Egipto

No obstante, para un egipcio de la antigüedad, Egipto o Ta Mery, "la tierra amada", o también Kemet, "la tierra negra" o húmeda, era la tierra alrededor del Nilo y el agua del Nilo. El fenómeno de la inundación anual representaba el abrazo cíclico y sagrado del río y de las tierras circundantes, y dado que el río era Osiris mismo, la tierra húmeda de las márgenes era su esposa Isis

A veces el Nilo-Osiris se desbordaba aún más, y entonces regaba esas tierras que permanecían semisecas el resto del tiempo, o sea las tierras un poco más allá de los márgenes, y que eran simbolizadas por Nephtys, la hermana de Isis. Era la vida en eterno maridaje de opuestos y complementarios.

Cazando en las marismas

Especialmente durante la inundación, gran parte del país quedaba sumergido, permaneciendo a flote sólo pequeños islotes. Las barcas de papiro eran la forma común de transporte en un mundo acuático y organizado. Sí, ciertamente el mundo desértico lo rodeaba, pero ese era el mundo de fuera, el mundo Seth, el enemigo de Osiris-Nilo. Con razón decía el oráculo de Amón, cuando fue consultado, que sólo eran egipcios los que bebían de las aguas del Nilo.

¿Pero cómo comenzó todo? Con las aguas primordiales del caos, naturalmente. De estas aguas surgió Jepri, el dios escarabajo, que es también un símbolo y una palabra que significa creación y evolución. Entre sus patas, empujando hacia arriba, para salir de las aguas del caos y manifestarse, lleva al Sol. 

La creación del mundo ha comenzado. El Sol brillante crea de su propia esencia a los seres humanos, emanados de sus propias lágrimas, y también a los dioses. La historia humana comienza. 

Y terminará un día... cuando las aguas del Caos retornen... 

En cada inundación hay una promesa de fertilidad, pero también hay implícita una amenaza, porque quizás la próxima vez las aguas no se detengan, y continúen su ascenso hasta acabar por anegarlo todo y hacer que la vida desaparezca...

Entonces, según la leyenda, sólo sobrevivirán las criaturas acuáticas: Osiris, que también es un pez, y que es conocido como el pez de Abydos, con su atuendo lleno de escamas nos lo recuerda. 

En un texto del Libro Egipcio de los Muertos se dice también que vivirá en esas aguas primordiales el dios sol, Atum-Ra, pero ahora transformado en una serpiente-dragón, desconocida por todos.

Y aquí llegamos al intríngulis del asunto.

Sobek es esa serpiente-dragón, es el sol sumergido en las aguas primordiales del Lago Moeris, es el espíritu solar manifiesto en las aguas de este mundo. Pero además Sobek es también Osiris, o sea el espíritu en cada ser humano, sumergido en la oscuridad de nuestro ser.

Es el "Señor de las Aguas", porque de su sudor surgió el Nilo, y fue considerado como una deidad protectora. Se han encontrado momias de cocodrilos llevando sobre sus lomos pequeñas crías y también en la boca, que era su manera de transportarlas. De la misma manera los egipcios eran las crías protegidas por Sobek.

Sobek es por tanto una serpiente ignota y un pez con escamas sumergido, o sea es un cocodrilo, poderoso y oculto, y que surge de las aguas para permanecer en la orilla iluminado por el sol. Representa pues a aquel que tiene la capacidad solar de permanecer despierto en la oscuridad del mundo y acudir a la llamada de la luz. Es el iniciado, y de hecho ayuda a Isis a unir las partes del cuerpo despedazado de Osiris, o sea la osirificación, siendo su propio nombre Sobek derivado del verbo "sbq", que significa "el que une".

El faraón Amenemhat III se interesó particularmente por el Fayum, donde estableció una pirámide. Él mismo y muchos de sus contemporáneos y sucesores construyeron y promovieron el culto de Sobek, su hija quien también fue reina y la última de su dinastía tenía por nombre Neferusobek, o sea "Las bellezas de Sobek". Esta cercanía a la realeza hace que Sobek se asocie a Horus, el halćon protector de los reyes:

Sobek-Horus

En el "Libro del Fayoum", ya desaparecido, se habla del viaje diario de Sobek-Ra a través del cielo, como el sol en su movimiento diario. Remarcando así su naturaleza solar.

Pero el sol, como señalamos anteriormente, o sea lo espiritual, también se muestra en el hombre: en el santuario de El Fayoum se cuenta que se mantenía a un cocodrilo sagrado vivo que se llamaba Pady-Sobek, manifestación del propio dios, y que se alimentaba con pan, carne y vino, alimento como todos saben, típico de cocodrilos (?¡). 

El egiptólogo Adolf Ermann, fundador de la escuela de egiptología de Berlín, pensaba que Pady Sobek, "Nacido de Sobek", en realidad se refería a una persona deificada, o sea un alto sacerdote iniciado, que posiblemente fue el constructor del Laberinto de Hawara del que hablaremos en la próxima entrega.

No ha de sorprendernos esta asociación de elementos espirituales con animales, basta recordar que Jesús, según los textos, es una serpiente, un cordero, y también es el león de Judá. Dios además, como Espíritu Santo, se manifiesta como paloma, así como los 4 evangelistas se asocian respectivamente a un águila, a un toro, a un león y a un hombre, que dado el caso tampoco deja de ser un animal... algunas veces. 

Continuará

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