NUESTRO PAPEL EN UN MUNDO LLENO DE ODIO E IRA
El problema de permanecer equidistantes, en medio de los conflictos que nos rodean y que probablemente se agravar谩n en el futuro, es que uno se convierte en diana para todos los bandos implicados. Es un riesgo que hay que correr.
El mundo se ha lanzado a una vor谩gine de sanciones, ataques, diatribas, descontento por doquier y enfrentamientos aparentemente irresolubles. El karma grupal o colectivo, acumulado a lo largo de los a帽os, ha generado una ola de conflictos que irremediablemente corren sin control hacia un choque frontal. Sufriremos sus consecuencias en mayor o menor grado.
Esta cat谩strofe colectiva se ha formado por la uni贸n, interacci贸n, y acumulaci贸n de todas nuestras cat谩strofes personales. Nadie est谩 a salvo de culpa, unos por acci贸n, otros por omisi贸n y negligencia.
Por consiguiente, si bien las circunstancias nos obligan ahora a permanecer equidistantes, con objeto de no agravar los males, ello no nos exime de buscar las causas del conflicto en nosotros mismos.
El odio es un gran mal, pero tambi茅n es relativamente f谩cil de vencer.
¿Por qu茅 es un gran mal?, porque sus consecuencias pueden multiplicar el mal hacia los dem谩s, y hacia nosotros mismos, haci茅ndonos caer en las simas m谩s profundas y oscuras del ser, con consecuencias a larga distancia muy penosas, incluso m谩s all谩 de esta vida.
¿Por qu茅 es relativamente f谩cil de superar?, porque nos produce un fuerte malestar, una gran infelicidad, que incluso se traduce en lo f铆sico con variadas formas de enfermedad a corto o largo plazo. Y dado que buscamos ante todo nuestra propia satisfacci贸n, nuestra propia felicidad, el odio es un gran obst谩culo para ello. Es f谩cil darse cuenta de que a quien m谩s da帽o le hace es a uno mismo.
El Odio act煤a pues como un veneno peligroso, y tiene un ant铆doto. Todos lo conocen: el Amor, o sea la bondad que se expresa como amor, la bondad que est谩 llena de paciencia, tolerancia y compasi贸n. Pero eso no es posible, no ahora, no en el momento de la explosi贸n de ira y odio.
Lo que s铆 se puede hacer es desviar la atenci贸n de forma voluntaria, hacer que la bomba no estalle en este momento, enfriarla recurriendo a un vigoroso control mental que, como si actuase sobre un animal desbocado, tendr谩 que utilizar amabilidad, distracci贸n, y firmeza al mismo tiempo, evitando que estalle.
Obviamente, un rescoldo de fuego que meramente ha sido cubierto para ocultarlo, vuelve a renacer con toda su fuerza, o puede incluso explotar, si no prestamos atenci贸n y aplicamos medidas definitivas:
- Desviar la atenci贸n: En realidad es una forma de hablar, lo que hacemos es justo lo contrario. Debemos aprender:
Fijar la atenci贸n voluntaria en las cosas que importan y son buenas y verdaderas. Y si no somos capaces, al menos pensar o enfocar alg煤n s铆mbolo o emblema que represente para nosotros todo lo bueno, la pureza, los ideales.
Saber controlar la secuencia de pensamientos y emociones que siguen a la fijaci贸n de la atenci贸n involuntaria o pasiva: cuando nuestra vista o pensamiento es atra铆do hacia algo, inmediatamente generamos una serie de ideas asociadas, im谩genes relacionadas, sonidos, etc. Esto crea una especie de cascada mental y emocional. De tal manera que, casi inevitablemente, despu茅s de un altercado, o una discusi贸n, o una situaci贸n que nos desagrada, la imagen del lugar, de la persona, del problema, o del objeto da帽ado, vuelve una y otra vez a nuestra memoria e inmediatamente genera una nueva ola de frustraci贸n, rabia, odio e ira que se repite y se retroalimenta.
Las “manos negras” que controlan el mundo, o sea aquellos poderosos que controlan los medios de difusi贸n, propaganda, etc., saben esto muy bien, y se encargan de generar esas im谩genes odiosas y palabras pensadas para agitar la ira, una y otra vez. Son los famosos “slogans”, que no s贸lo usaban los nazis, sino que ahora tambi茅n muchos medios de comunicaci贸n lo utilizan repitiendo el mismo mensaje de diferentes maneras, repitiendo los mismos principios que la propaganda nazi de Goebbels.
Muchos de los l铆deres guerreros, grandes comandantes de ej茅rcitos que, aunque a veces son admirados, han sido ejemplo de crueldad sin l铆mites, de odio arrastrado de una encarnaci贸n a otra. As铆 se cuenta de personajes tales como Gengis Khan, Atila, Lenin, Hitler, Polpol, etc., y de otros menos conocidos como Julio C茅sar, que a pesar de su grandeza hist贸rica, que nadie puede negar, fue muy cruel llegando a llenar la V铆a Apia de crucificados.
Estamos en una 茅poca cr铆tica, un paso en falso puede suponer la muerte de millones de personas. No es lo mismo, no, no son iguales las guerras napole贸nicas, o la segunda guerra mundial, porque ahora est谩 implicada toda la humanidad, millones de personas pueden ser v铆ctimas del odio infinito e infeccioso, que se propaga por todas partes, de todas las maneras posibles, adem谩s de la manipulaci贸n de la propaganda.
Esto nos afectar谩 en nuestra vida diaria. Se nos agriar谩 el car谩cter, tomaremos partido, execrando no ya al que consideramos culpable, sino a todos los que no sigan nuestra opini贸n, o que simplemente comparten nacionalidad con el enemigo, o raza, o cultura.
¿Qu茅 podemos hacer? Ahora la historia nos arrastrar谩 m谩s o menos, pero hay que evitar que nos arrastre en lo personal, no debemos ni podemos ahora caer en las manos del odio y la ira, y si alguien tiene que llevar a cabo su deber para con su familia, su patria, o su pueblo, que lo haga, pero sin odio en el coraz贸n, como Arjuna, el noble guerrero.