domingo, mayo 7

Inteligencia Artificial II - Inteligencia Artificial y la 4ª Revolución Industrial

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INTELIGENCIA ARTIFICIAL II

INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y LA 4ª REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

El Deseo inmoderado, la búsqueda de las ganancias fáciles y rápidas nos están conduciendo a repetir alguno de los errores cometidos en la pasada Revolución Industrial a principios del siglo XIX.

No es casual que en nuestros medios de difusión no haya una semana, o incluso un día, en el que no haya un artículo o documental, o programa de debate alrededor de la Inteligencia Artificial.

Quienes están interesados en promoverla a toda costa muestran signos inequívocos de ansiedad por lograr sus objetivos. Quieren que estos fines sean aceptados y “deseados” por todos. Eso facilitaría en gran manera la implantación de la tan deseada 4ª Revolución Industrial.

Klaus Schwab, al que nadie ha elegido o nombrado, salvo los que están en la sombra, es el fundador del llamado foro de Davos o Foro Económico Mundial (WEF). Durante el periodo de pandemia por todos sufrido publicó las líneas generales de tan deseada transformación mundial, señalando dicho libro las “oportunidades” y los “desafíos” de la esperada Cuarta Revolución Industrial. (“Shaping the Future of The Fourth Industrial Revolution”, Klaus Schwab) Las oportunidades a las que se refiere son las oportunidades para los de siempre, mientras que los desafíos consisten en hacer encajar y aceptar esos cambios a los demás.

En el prólogo a dicha obra, Satya Nadella, consejero delegado de Microsoft no se recata en señalar que,

…la confianza en el mundo digital de hoy significa todo. En todos los rincones de este mundo, necesitamos un entorno regulatorio revitalizado que promueva el uso innovador y seguro de la tecnología. El mayor problema son las leyes anticuadas que no son adecuadas para hacer frente a los problemas contemporáneos.

Sin embargo, las leyes nunca son anticuadas o modernas, sino justas o injustas. De hecho el principal problema, la invasión de las competencias privadas por parte de las corporaciones internacionales, que ya todos experimentamos, incluso en nuestros desplazamientos por la Web, se acentúa aún más, porque la médula principal de esta Cuarta Revolución Industrial se asienta sobre el desarrollo radical y a toda costa de la Inteligencia Artificial, sin la cual ello no sería posible. Continúa el libro señalando los problemas que pueden surgir:

Los robots controlados por IA tendrán un impacto difícil de predecir tanto en la reorganización de las habilidades como del empleo, creando fuertes tensiones en la sociedad. Además, el funcionamiento de los algoritmos de aprendizaje automático sigue siendo opaco para la mayoría de las personas, y estos mecanismos pueden reflejar sesgos socialmente indeseables que deben corregirse. Los pronosticadores a largo plazo advierten que no se deben subestimar las amenazas existenciales si no logramos alinear los valores de la IA con los valores humanos. También advierten sobre los riesgos de ciberseguridad que pueden ocurrir si los delincuentes engañan, piratean o confunden las aplicaciones de IA.

…no es simplemente un avance incremental de las tecnologías digitales actuales. Las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial son verdaderamente disruptivas: alteran las formas existentes de detección, cálculo, organización, actuación y entrega. Representan formas completamente nuevas de crear valor para las organizaciones y los ciudadanos. Con el tiempo, transformarán todos los sistemas que damos por sentado hoy, desde la forma en que producimos y transportamos bienes y servicios, hasta la forma en que nos comunicamos, la forma en que colaboramos y la forma en que experimentamos el mundo que nos rodea. Los avances en neurotecnologías y biotecnologías ya nos están obligando a cuestionar qué significa ser humano.

Las amenazas señaladas en los párrafos anteriores son muy serias y deben tenerse muy en cuenta, porque en definitiva estamos hablando de:

Cambiar las leyes, ya anticuadas según ellos, porque los dirigentes y dueños del mundo digital, necesitan derribar, como de hecho ya lo hacen, las barreras entre las naciones, los continentes, e incluso dentro de las familias. Pero aquello que se señala como barreras contra el desarrollo de la Inteligencia Artificial y la revolución industrial acompañante, es en muchos casos el último bastión de seguridad colectiva y personal. Internet por ejemplo, y suponemos que también ocurrirá lo mismo con la Inteligencia Artificial, ya se interpone en el seno mismo de las familias, y se encarga de crear olas de opinión, manejadas, en contra de algo o alguien según intereses.

Sin embargo, para las élites sólo se trata de encajar en sus negocios y proyectos el modelo digital y robótico, mientras que las verdaderas dificultades son las que se derivan para la población general: se calcula que se perderán en una primera ola unos 300 millones de puestos de trabajos en todo el mundo, que se acentuará con el paso del tiempo, dando lugar a una masa itinerante de desempleados o sub-empleados a los que habrá que distraer con algo. Por tanto, sin lugar a duda, la 4ª Revolución Industrial y la Inteligencia Artificial son disruptivas

Ciertamente la Primera Revolución Industrial supuso la mejora de vida y el avance colectivo de la ciencia, pero alcanzar esa mejora material de vida ha necesitado más de un siglo, algo reciente. Pero para alcanzar esa mejora de vida se sometió a una explotación sin límites a los más débiles, a los niños, a la gente pobre, que tuvo que avenirse a horas interminables de trabajo, con pagas que apenas cubrían las necesidades. El número de enfermedades por hacinación y falta de higiene aumentó considerablemente. Esa fue la causa de la aparición de los movimientos y sindicatos obreros, que reivindicaron los derechos de los trabajadores. Esto no volverá a suceder ahora ya que estas organizaciones están perfectamente integradas en el sistema y domesticadas.

Ejemplo de la domesticación social es el control digital del ciudadano: el reconocimiento facial, por ejemplo, permite que en China se establezca una puntuación oficial del “buen ciudadano” y qué se considera como un mal ciudadano, según pague o no sus facturas, atienda sus obligaciones “ciudadanas”, etc., o simplemente publique una crítica hacia el gobierno. De tal manera que se le puede negar a alguien la venta de un billete de avión basado en dicho historial ciudadano, o incluso el traslado a otra ciudad.

En una reciente carta abierta, firmada por el empresario Elon Musk y una docena de líderes tecnológicos, profesores e investigadores, y que fue publicada por el “Future of Life Institute”, se dice lo siguiente sobre el desarrollo de la IA:

Los sistemas de IA con inteligencia humana-competitiva pueden plantear riesgos profundos para la sociedad y la humanidad, como lo demuestra una extensa investigación y reconocido por los mejores laboratorios de IA. Como por ejemplo se afirma en el ampliamente respaldado documento sobre “Principios de IA de Asilomar”:…La IA avanzada podría representar un cambio profundo en la historia de la vida en la Tierra, y debe planificarse y gestionarse con el cuidado y los recursos correspondientes.. Desafortunadamente, este nivel de planificación y gestión no está ocurriendo, a pesar de lo cual en los últimos meses los laboratorios de IA han entrado en una carrera fuera de control para desarrollar e implementar mentes digitales cada vez más poderosas que nadie, ni siquiera sus creadores, pueden entender. predecir o controlar de forma fiable.

El documento plantea así si se debe o no permitir que administren nuestros canales de información (algo que ya ocurre), pudiéndose llenar de propaganda y mentiras programadas o incluso la aparición de “iniciativas” propias por parte de las máquinas inteligentes. Se cuestiona también si deberíamos desarrollar “mentes no humanas”, que podrían llegar a superarnos no sólo en número, sino también en astucia y en capacidad de reemplazo, perdiendo así el control de nuestra propia civilización.

Evidentemente estas graves decisiones no pueden dejarse en la mano de burócratas o de líderes tecnológicos no elegidos por nadie. El documento hace además una llamada a todos los laboratorios de IA para parar de inmediato el entrenamiento de los sistemas de IA más avanzados como el ya existente GPT-4.

A pesar de la buena voluntad existente por parte de algunos de los actores implicados en el desarrollo de la IA, no debemos olvidar la naturaleza del ser humano. No es raro encontrar hoy en día grupos de jóvenes entusiastas que asocian el desarrollo de la IA al desarrollo de sus propias habilidades como jugadores digitales. Los que desean ansiosamente ver avanzar las potencialidades de la IA lo hacen a veces pensando en el beneficio personal, la fama, o simplemente porque se sienten dueños del nuevo mundo que se avecina. Ciertamente no hay que temer la Inteligencia Artificial, pero para ello debe estar en todo momento bajo control humano y de las leyes.

Quizás no ha llegado todavía el momento de aplicar las 3 Leyes de la robótica que propuso el científico y divulgador Isaac Asimov:

Primera Ley: Un robot no hará daño a un ser humano, ni por inacción permitirá que un ser humano sufra daño.

Segunda Ley: Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley.

Tercera Ley: Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.

No obstante, el consenso general de los especialistas señala que es importante y se necesita implementar los siguientes puntos:

  1. Seguridad: los sistemas de IA deben ser seguros y estar protegidos durante toda su vida operativa, de manera verificable cuando sea aplicable y factible.
  2. Transparencia ante los fallos: si un sistema de IA causa daño, debería ser posible determinar por qué.
  3. Transparencia Judicial: Cualquier intervención de un sistema autónomo en la toma de decisiones judiciales debe brindar una explicación satisfactoria y auditable por una autoridad humana competente.
  4. Responsabilidad: los diseñadores y constructores de sistemas avanzados de IA son ellos mismos partes interesadas en las implicaciones morales de su uso y mal uso. Es su responsabilidad dar forma a esas implicaciones.
  5. Alineación de valores: los sistemas de IA autónomos deben diseñarse de modo que se pueda garantizar que sus objetivos y comportamientos sean conformes con los valores humanos.
  6. Valores humanos: los sistemas de IA deben diseñarse y operarse de modo que sean compatibles con los ideales de dignidad humana, derechos, libertades y diversidad cultural.
  7. Privacidad personal: las personas deben tener derecho a acceder, administrar y controlar los datos que generan, dado el poder de los sistemas de inteligencia artificial para analizar y utilizar esos datos.
  8. Libertad y privacidad: la aplicación de la IA a los datos personales no debe restringir injustificadamente la libertad real o percibida de las personas.
  9. Beneficio compartido: las tecnologías de IA deberían beneficiar y empoderar a tantas personas como sea posible.
  10. Prosperidad compartida: la prosperidad económica creada por la IA debe compartirse ampliamente para beneficiar a toda la humanidad.
  11. Control humano: los humanos deben elegir cómo y cuándo delegar decisiones a los sistemas de IA para lograr objetivos elegidos por los humanos.
  12. No subversión: El poder conferido por el control de sistemas de IA altamente avanzados debería respetar y mejorar, en lugar de subvertir, los procesos sociales y cívicos de los que depende la salud de la sociedad.
  13. Carrera armamentista de IA: se debe evitar una carrera armamentista en armas letales autónomas.

Aquello que se plantea como una esperanza para la humanidad, sobre todo por parte de aquellas élites que se beneficiarían de inmediato, quizás pueda en un futuro beneficiar a la humanidad en su totalidad.

Sin embargo, la pregunta es si el efecto “disruptivo” que todos señalan, puede llegar a sobrepasar los beneficios, o incluso destruirnos.

Estas y otros principios señalados más arriba deberían ser aplicables, aunque quizás nunca lo sean, dada la poca o nula aplicación de estos mismos principios AHORA en nuestra sociedad, como podemos ver en los puntos 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, o sea prácticamente casi todos son violados…


(Publicado en 1/05/2023 en Revista Esfinge, por el mismo autor)

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