El Loto - Parte 1ª
Los Lotófagos y Baudelaire
Mucho se ha escrito tanto en Oriente como en Occidente, acerca del significado del Loto. Pero aquí y ahora trataré de añadir otro pequeño punto de vista, que quizás nos ayude a continuar en este largo sendero, a veces tan difícil, de nuestra presente encarnación, hablo en nombre mío y en nombre de los muchos que sufren.
Se conoce la flor del Loto como símbolo espiritual, quizás por originarse en el fango de las aguas cenagosas, y a pesar de ello surgir por encima del agua, con sus pétalos abriéndose finalmente al sol; representa así la pureza capaz de abrirse paso en el cenagal de este mundo.
En Occidente, en nuestros días, perplejos ante la presencia de tantas representaciones del loto en las tumbas del Antiguo Egipto, no sabiendo a qué atribuirlo, como siempre las mentalidades materialistas miraron hacia abajo y no hacia dentro, y “descubrieron” finalmente una explicación “científica”(¡?): el Loto sagrado contiene substancias psicotrópicas y según algunos psicodélicas.
Esta es una afirmación muy conveniente para aquellos que sostienen que las sociedades antiguas utilizaron drogas alucinógenas para así alcanzar experiencias “espirituales”. De ahí se han derivado muchas obras de supuestos chamanes que afirmaban que utilizando estas sustancias se podía acceder a niveles de conciencia superior.
La verdad es que se pueden dar por satisfechos si alcanzan a sentarse antes de darse un trompazo contra el suelo. En casi todos los casos estas afirmaciones parecen haber sido diseñadas precisamente para incitar al consumo de drogas, que no debemos olvidar que mueven inmensos capitales y hasta gobiernos enteros. Muchas de estas obras nacen en la época de la guerra fría, donde comenzó a extenderse el uso de las drogas entre la juventud.
Algunos se basaron en los textos del “poeta maldito” Charles Baudelaire, quien mencionaba en un famoso poema a los “lotófagos”, un pueblo extraño que en “La Odisea” de Homero aparecen alimentándose de los frutos y flores del loto. Pero veamos paso a paso como se creó el mito de los lotos alucinógenos.
Charles Pierre Baudelaire fue un poeta, ensayista, crítico de arte y traductor francés. Paul Verlaine lo incluyó entre los poetas malditos de Francia del siglo XIX, debido a su vida bohemia y de excesos, y a la visión del mal que impregna su obra. Wikipedia
De vida turbulenta, adicto a las drogas, se entregó a toda clase de excesos. En un poema que escribió en 1857 llamado “Las Flores del Mal” con el subtítulo de poesía y piezas condenadas, se encuentra el poema titulado “El Viaje”, en cuyos versos finales escribió:
…¡El Loto perfumado! Es aquí donde se cosechan Los frutos milagrosos que vuestro corazón apetece; Acudid a embriagaros con la dulzura extraña De esta siesta que jamás tiene fin!“…
…¡Viértenos tu veneno para que nos reconforte! Este fuego tanto nos abrasa el cerebro, que queremos Sumergirnos en el fondo del abismo, Infierno o Cielo, ¿qué importa? ¡Hasta el fondo de lo Desconocido, para encontrar lo nuevo!…
Más adelante publica, ante el rechazo a la obra anterior, “Los Paraísos artificiales”, término que se sigue utilizando hoy en día, en el que se encuentra “El poema del haschisch”, donde cuenta sus experiencias con esta sustancia, luego le seguirán “Encantamientos y torturas de un comedor de opio”.
Es Baudalaire, quizás llevado de su adicción, quien primero propone la traducción del término griego “lōtós” que aparece en la Odisea como “coquelicot”, una especie de amapola con características opiáceas. También identifica a los “Lotófagos” que aparecen en el poema de la Odisea, como consumidores de una droga.
“Una dicha oscura, análoga a la que los Devoradores de Lotos deben haber sentido, cuando, desembarcando en una isla encantada… sintieron nacer dentro de ellos… el deseo de nunca volver a ver a su hogar, a sus esposas. ., a sus hijos, y nunca a subir sobre las altas olas del mar.” (Le Spleen de Paris)
En la mitología griega, los lotófagos (en griego antiguo: λωτοφάγοι, o sea “los que comen loto“) eran un pueblo nombrado por primera vez en la Odisea.
…Y marcharon enseguida y se encontraron con los Lotófagos. Estos no decidieron matar a nuestros compañeros, sino que les dieron a comer loto, y el que de ellos comía el dulce fruto del loto ya no quería volver a informarnos ni regresar, sino que preferían quedarse allí con los Lotófagos, arrancando loto, y olvidándose del regreso. Pero yo los conduje a la fuerza, aunque lloraban, y en las cóncavas naves los arrastré y até bajo los bancos.
Después ordené a mis demás leales compañeros que se apresuraran a embarcar en las rápidas naves, no fuera que alguno comiera del loto y se olvidara del regreso. Y rápidamente embarcaron y se sentaron sobre los bancos, y, sentados en fila, batían el canoso mar con los remos.
La Odisea IX, 82-104
Finalmente, después de establecerse esta falsa asociación entre lotos y drogas como el opio, llegamos al siglo XX donde se pone de moda en muchos medios, al no entender su simbolismo profundo, identificar el loto egipcio que aparece profusamente en todas las representaciones del Antiguo Egipto con una sustancia psicotrópica, interpretando así que los egipcios estaban todo el día “enganchados” a la planta en cuestión, incluso en el más allá.
Falsa Identificación del Loto
Hay cientos de variedades del loto, en su mayoría son plantas leguminosas, utilizadas tanto para el pasto o forraje, como a veces para el consumo humano. Ahora bien, el término griego “lōtós” puede referirse a cualquiera de las siguientes:
- El trébol fresa (Trifolium fragiferum): planta de forraje, y adecuada para el pasto porque no produce hinchazón abdominal.
- Lotus corniculatus, del cual existen hasta 100 especies distintas, sobre todo para forraje.
- Fenugreco o alholva, con propiedades medicinales, y utilizada también por los antiguos egipcios en los embalsamamientos. Tiene propiedades digestivas, culinarias y gastronómicas.
- El loto blanco (Nymphaea lotus)
- El Celtis Australin o lodón (la ciudad madrileña de Torre-lodones
deriva su nombre de ahí), lledó o almeces, se encuentra en España tanto
en el este como al sur. Sus frutos comestibles se utilizan para hacer
mermeladas. En la Odisea se menciona que los lotos
tenían sabor a miel. Se ha identificado a esta planta con el
loto de la Odisea de Homero.
- La Jujuba (Ziziphus lotus), o azofaifa, comestible con aspecto de oliva y utilizada como los dátiles. Su madera se utiliza para ciertos instrumentos musicales.
Probablemente pues el Loto al que se refiere la Odisea sea una especie comestible, los griegos que visitaron a los lotófagos, según cuenta el poema, quisieron quedarse allí, recogiendo las plantas y viviendo en aquel lugar, pero no dice que tuviesen anuladas sus facultades, sino que más bien quedaron “encantados” con aquella vida.
EL LOTO COMO SUSTANCIA PSICOACTIVA
A partir de una cierta publicación en la revista “Kmet”, dedicada a la arqueología, se interpreta que los comensales, difuntos, etc., que aparecen en las pinturas de las tumbas egipcias, sosteniendo lotos en las manos, o aspirando su perfume, o utilizándolos como adorno en el pelo, se identifican como formas de narcotización o uso del loto como sustancia psicoactiva, llegando alguna publicación en Wikipedia a hablar de escenas “esnifando” lotos, como si se tratase de una droga, o cocaína. Herodoto sin embargo describe claramente la utilización práctica del loto por parte de los antiguos egipcios sólo como alimento para hacer una especie de pan.
Dichas interpretaciones son debidas a que por un lado no se ha entendido su significado místico, y por otro lado porque se han encontrado sustancias “psicoactivas” en los lotos egipcios. Pero antes de continuar tenemos que clarificar que se entiende por ello.
Las sustancias encontradas han sido dos alcaloides: la nuciferina y la aporfina.
La nuciferina es un bloqueador de los receptores de dopamina, puede inducir sedación, hipotermia y caída de los párpados.
La aporfina es un compuesto dibenzoquinolínico, se ha utilizado en la enfermedad del Parkinson y en la disfunción eréctil. Tienen relaciones lejanas con la apomorfina (un emético) y con la hernandialina, que disminuye la tensión arterial.
Ninguna de las dos sustancias tiene efectos parecidos al opio u otras drogas potentes. Incluso el ligero efecto sedante que posee la nuciferina requiere una cantidad muy grande de la planta para poderse notar.
Nos indica el profesor y doctor en Medicina Gary Wenk, en su artículo en inglés Especias psicoactivas: Buen provecho que hay muchas sustancias psicoactivas en los alimentos que ingerimos, por ejemplo en la Nuez Moscada, que contiene myristicina, una sustancia parecida a la mezcalina y a la anfetamina, que también está en el perejil y en la zanahoria (¡). Especies tales como el azafrán, el hinojo, el eneldo, la canela y el anís también contienen sustancias psicoactivas. Pero todas ellas, como en el caso del Loto, aún siendo más “psicoactivas” e incluso alucinógenas que este último, poseen cantidades muy pequeñas, habría que comerse una caja entera de nuez moscada según el profesor Wenk para que tuviese ese efecto, y lo mismo ocurre con el loto que prácticamente no posee efectos psicoactivos.
Por tanto, pretender que esta figura representa a alguien “esnifando”, o sea que bastaría con aspirar la planta para “alucinar” o “colocarse”, está fuera de contexto y de las posibilidades químicas.
Todo esto forma parte de la constante campaña para hacernos creer que el uso de la droga es normal, que fue utilizada también en la antigüedad, que su uso nos abre caminos espirituales e intuicionales, cuando en realidad lo que único que hace es romper la más excelsa propiedad del ser humano: la Voluntad, pues no siendo seres meramente mecánicos, movidos sólo por estímulos, es precisamente la Voluntad la que nos permite dirigirnos libremente hacia donde es necesario, más allá de las limitaciones materiales que nos rodean.
(Próximo artículo: “El Loto, o la Semilla Eterna”)
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