martes, abril 12

La Medicina Budista

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LA MEDICINA BUDISTA

El título de este artículo pudiera llevar a la conclusión de que existe algún tipo de técnica o conjunto de conocimientos que nos permitiera incluir esta medicina entre las ya conocidas. Sin embargo, no existe tal tipo de Medicina, al menos de forma claramente individualizada, más bien se trata de unas bases metafísicas y de una forma de entender la medicina que puede ser aplicada a cualquier otra escuela establecida.

El documento inaugural del cual parte esta concepción es “El Sutra del Buda de la Medicina”, resultado de las enseñanzas del propio Gautama Sakyamuni, el Buda.

A través de los siglos este documento fue traducido al tibetano y al chino, y vuelto a traducir de nuevo al inglés y a otros idiomas. Desafortunadamente muchas de estas traducciones presentan desviaciones sectarias y han sido difundidas en Occidente sin suficiente entendimiento de su contenido.

Frecuentemente algunos grupos tibetanos, budistas modernos o pseudo budistas, han empleado su contenido de forma distorsionada, incitando al uso de este Sutra y el mantram que contiene, de forma supersticiosa.

Se puede señalar dos aspectos fundamentales en la Medicina Budista:

  • Moral-metafísico.
  • Mágico-religioso.

Estos dos aspectos son el resultado de las concepciones particulares del budismo Mahayana y tibetano, que comparte las mismas enseñanzas con el budismo Hinayana en lo moral, pero añadiendo a ello concepciones esotéricas, elementos religiosos populares, y en algunas escuelas elementos tántricos procedentes de la escuela Vajra o del Diamante.

Aspecto Moral-Metafísico

Para el budismo las causas fundamentales de la enfermedad son precisamente las mismas que ponen en marcha la rueda del Samsara: la cadena de causas interdependientes o “las 12 Nidanas”.

El Samsara, el perpetuo errar, se refiere a la cadena repetitiva de nacimiento, muerte y reencarnación, ideas que no sólo son budistas, sino que también se comparten con el hinduismo, el jainismo, la religión de los sikhs y la de los böns, e incluso en Occidente encontramos trazos de esa creencia entre los antiguos egipcios, los gnósticos, el orfismo griego, el platonismo y neoplatonismo, y hasta existen trazas en los evangelios y en algunos textos hebreos.

Esta es por tanto la primera enfermedad: la incesante rueda del Samsara es la enfermedad fundamental, la razón de todo sufrimiento, y por tanto la principal medicina y cura que todos necesitamos es la liberación de esta rueda samsárica.

Ahora bien, siendo razonables, esta liberación no se va a producir de un día a otro, pero desde luego lo que sí que es posible es la moderación, el equilibrio, la calma y serenidad, que haga que nuestros deseos se restrinjan progresivamente de una manera natural.

Para el concepto budista existen dos fines posibles: uno ya mencionado, la liberación final, y otro que consiste en mejorar nuestras condiciones presentes y futuras, individuales y colectivas. El budismo no es sólo una filosofía enfocada en la renuncia del mundo y en apartarse para seguir un camino místico. Dentro de la enseñanza budista no sectaria es también una aspiración importante el conseguir una sociedad más justa, más igualitaria, y con menos sufrimientos y enfermedades.

Antes de proseguir tenemos que tener muy claro que una cosa es el “Budismo” (Budhism, con una “d”) o sea la milenaria Religión de la Sabiduría Atemporal, fuente de donde irradia la Luz Espiritual para el Mundo desde que este existe, concepto al que cualquiera puede llegar por sí mismo, y otra cosa diferente es el “Budismo del Buda”, (Buddhism, con dos “d”) o sea la reedición y adaptación de esa fuente original de sabiduría a una época y a un lugar determinado, y que en su última “edición-adaptación” consistió en la doctrina exotérica, o “Doctrina del Ojo”, promulgada por Gautama Sakyamuni, el Iluminado, el Buddha, uno de los muchos Budas que periódicamente han venido al mundo para renovar el mensaje.

Sin embargo, lo que nunca fue promulgado abiertamente es la doctrina esotérica o “Doctrina del Corazón”.

Hay muchas escuelas budistas que en muchos casos son ramas degeneradas del tronco inicial, el mismo Dalai Lama que ha cambiado criterios tradicionales acerca de muchas cosas, en una de sus entrevistas se declara “marxista”. Desde luego que el budismo original, al no hacer distinciones de casta, sexo, posición social o nacionalidad, y al propugnar una filosofía religiosa de la liberación, que no una religión, se aproxima en sus postulados a un cierto socialismo liberal o utópico, si por ello hemos de entender que la Justicia y la Igualdad deben ser valores primarios, pero en ningún caso propugna una doctrina socialista marxista.

Todo lo anterior nos da una idea de cuán alejado del espíritu original están muchas doctrinas budistas del presente, que aunque se presentan como víctimas perseguidas por regímenes comunistas, se declaran marxistas, al tiempo que se rodean de artistas de cine y karatekas como Steven Seagal, reconocido como “tulku” o lama reencarnado, a los que nombra lamas avanzados y a los que el Dalai Lama en sus reuniones multitudinarias sienta en primera fila.

Pero ¿cómo se pone en marcha la rueda del Samsara? Los textos budistas hablan de un comienzo desconocido, o inalcanzable para el entendimiento:

Inconcebible es el comienzo de este Samsara; sin que se pueda descubrir el comienzo primero de los seres, quienes obstruidos por la ignorancia, y atrapados por el anhelo, se apresuran y aceleran a través de esta ronda de renacimientos”

Si bien el concepto de Samsara es el de una rueda, un círculo repetitivo, que lógicamente no tiene comienzo ni fin, sin embargo, PARA ESTE CICLO en el que estamos, para este nuevo giro de la rueda, sí se puede señalar la causa de su puesta en marcha: la Ignorancia, Avidya, que como indica la palabra sánscrita es No-Ver, no percibir, no darse cuenta de la realidad, de lo verdadero. Y esa ceguera primera nos lleva a tomar decisiones erróneas y ejecutar actos contra la Ley. Como consecuencia se originan formaciones kármicas, que nos llevan a través de esa rueda, dando tumbos de equivocación en equivocación, hasta llegar al último eslabón que también es el comienzo del siguiente: envejecimiento, muerte, preocupación, dolor, pena y desesperación. A esto es a lo que el budismo llama las 12 Nidanas, o causas interdependientes que no solo ponen en marcha la rueda del Samsara, sino que además la mantiene de manera indefinida.

Quizás en esta encarnación no te han salido las cosas como quisieras, quizás en esta encarnación te han calumniado, herido o maltratado, pero considera, tú que puedes leer esto, que tienes educación suficiente para entender lo que aquí se dice, que eres afortunado, porque millones y millones de seres humanos aún se arrastran entre el dolor físico y la miseria, la guerra, el hambre y las enfermedades.

Recuerda pues que el Buda habla no sólo de la liberación final, muy lejos de nuestro alcance por ahora, sino también de la mejora de tu vida ahora y en el futuro, de poder tener, como ahora lo has tenido, la oportunidad de renacer en un ambiente que te permita estudiar, aprender, dominarte y acercarte a la filosofía, que te hará más sabio y que te ayudará a tener una mejor vida, con penas y alegrías, pero soportable y serena. Pero además debes hacer partícipes bajo todas las formas posibles a todos los seres humanos de esas mismas bendiciones que tú tienes.

Desde el punto de vista del Buda, la enfermedad, en cualquiera de los planos en los que se manifieste (físico, metafísico o moral) sólo posee una auténtica cura: la interrupción de la cadena de causas interdependientes, o al menos la aminoración y canalización de estas 12 Nidanas hacia un fin positivo.

En este aspecto Moral que estamos tratando, no hay que olvidar un último punto: puede que yo no sea capaz de cambiar muchas cosas en mi vida en este momento, aunque sí algunas, pero desde luego lo que sí que puedo hacer es, en vez de buscar a toda costa mi “salvación”, mi “iluminación”, mi lo que sea, buscar en mis actos la presencia del “nosotros”, actuar inspirado por la eterna renuncia de los bodhisatvas, aquellos que se comprometieron a llevar a todos los seres humanos a la liberación antes que ellos mismos.

Ese largo camino comienza por ayudar a hacer realidad que todos los seres humanos tengan algo para comer, para educarse, para tener una vida digna, para aprender a leer y en definitiva para salir del estado semi animal en el que muchos viven.

Continuará

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