¿ES QUE TENGO UN MAL KARMA?
Para la mayoría de la gente, la palabra karma casi siempre significa "mal karma". Sin embargo karma es sólo la acción, no es un mal augurio, o un castigo.¿Pero qué clase de acción? Puede ser una acción consciente y voluntaria, o bien accidental e involuntaria.
Para el Buda, el karma, entendido como semilla de estados futuros de sufrimientos, y como causa que genera a su vez reacciones mentales, emocionales y físicas complejas, es el mal karma intencional, diferente del karma accidental o meramente la mala acción cometida por ignorancia.
Incluso nuestra legislación moderna reconoce, por ejemplo, que no es lo mismo un homicidio accidental que un homicidio doloso.
Veamos cómo se reparten nuestras acciones a lo largo de nuestro ciclo vital: Si quisiera contar mi vida en realidad sólo podría extraer algunas partes, adornadas y preparadas de manera consciente o inconsciente, con el objeto de provocar cierto resultado en personas específicas. Si quisiera contarme a mí mismo mi vida también sería difícil, porque al engaño de la mente y al olvido producido por el tiempo le sucedería la distracción y el quedarse prendado de momentos específicos o, por el contrario, el rechazo instintivo para revisar los aspectos negativos u oscuros de la propia historia personal.
Quizás por eso, dicen las tradiciones que en los últimos momentos de la vida, se proyecta en nuestra mente una película acelerada de toda ella.
Dicho todo lo anterior, el auto-examen de conciencia, el visionado de esa película de nuestra vida llamada "Ese No Soy Yo" (más adelante explico por qué este título), refleja tanto aquello que fue intencional como lo que fue accidental. Y le doy ese título a esa película porque eso es precisamente lo que diríamos si los que la visionasen fuesen todos aquellos que conocemos, amigos y familia: Al llegar a los momentos peliagudos en que nos equivocamos, el momento del mal acto y de la mentira, gritaríamos ante nuestros amigos espectadores "Ese No Soy Yo" una y otra vez. Y no estaríamos mintiendo del todo.
La ignorancia, el sueño mortal en el que vivimos, nos induce a cometer errores, permitiendo que esas partes pesadas que nos arrastran y que conforman nuestro ser encarnado sean las protagonistas, cometiendo acciones que nuestro "Yo Verdadero", o sea nuestro yo puro, ideal y no sujeto a los avatares de la vida, no cometería.
Y aquí vendrían entonces las consecuencias: el "mal karma"
Sin embargo las enseñanzas del Buda nos indican que la acción, o sea el "karma" que cuenta es la acción intencional. En la acción intencional nuestra mente, nuestros sentimientos y nuestro cuerpo acometen el acto con alevoso propósito. Lo sabemos, y a pesar de eso lo hacemos.
En la película de nuestra vida, esas partes tituladas "Ese No Soy Yo", se refieren precisamente a los actos cometidos a causa de nuestra ignorancia, de nuestra ineptitud accidental, pero no a nuestra mala intención consciente.
Si el karma fuese sólo mera acción y reacción, sin elementos morales que lo modifiquen, este mundo sería la perfecta expresión de un infierno eterno, porque el dios karma sería entonces peor y más cruel que el peor de los dioses tiránicos de la historia.
Ciertamente, las acciones no dolosas también generan consecuencias, en otros, y "parcialmente" en nosotros mismos: son las correcciones que entonces aplicamos a nuestro comportamiento al descubrir nuestra ignorancia. Otra cosa es la corrección de las acciones decididamente perversas y dolosas, porque esas necesitan la intervención de agentes más expeditivos, entonces el karma se vuelve realmente doloroso, porque casi siempre sólo aprendemos por medio de lo que nos duele.
Por consiguiente, hay que desechar de nuestro espíritu esa idea supersticiosa del karma, como si fuese una especie de castigo divino siempre acechando para castigarnos, hasta por los más mínimos desvíos de lo que se considera "ortodoxo" en la religión en la que nacimos, y en el lugar o época en la que vivimos. Hoy, casi nada ha cambiado, sólo se ha sustituido a Satán por el karma: así ahora se dice en vez de "el diablo te castigará", o "el mal karma será tu castigo". Pero eso es totalmente falso.
Más allá de los razonamientos, más allá de las tradiciones, explicaciones erróneas o acertadas, hay una piedra de toque esencial: tu propio corazón. Si éste es sensible y siente verdadera compasión por todos los seres, se rebelará contra las falsas ideas tiránicas que las religiones humanas y los pensadores crueles han arrojado como auténticos castigos mentales y morales sobre el género humano.
Sigue pues tú corazón de bondad, y verás que el karma es una ley justa, es tu aliado y amigo, es la esperanza de todos los justos, de los débiles, de los desfavorecidos, de los sedientos de justicia y de los que aún equivocándose tienen fe en la Verdad, el Bien, lo Bello y lo Justo.