LOS REYES SOLARES II
Cuenta la leyenda, recogida en los textos del papiro Westcar, que Ra, el dios sol, engendró en una sacerdotisa llamada Reddjedet tres hijos que serían los herederos del trono.
Cuando se habla de otros pueblos y civilizaciones, este tipo de historias se consideran sólo leyendas o cuentos, aunque las pruebas y testigos tienen el mismo grado de veracidad que las del nacimiento de Jesús o del Buda. Que Ra fuera el causante del nacimiento de estos niños puede interpretarse como una fuerte fe y creencia de sus padres, que eran sacerdotes del dios, y que interpretaron el embarazo y nacimiento de los tres niños como portadores de una semilla que anunciaba una nueva era solar. Y así fue, pues durante todo el desarrollo de esa dinastía, desde 2500 a.E.C. hasta el 2350 a. E.C., el culto solar de Ra fue tan importante como para que todos sus reyes llevasen su nombre y para que se crearan varios templos solares, de los que sólo nos queda un testimonio y algunas ruinas más. La historia que nos ha llegado, aunque mutilada y difícil de leer reza más o menos así:
Un día Reddjedet comenzó a tener dolor y dificultad en el trabajo de parto. Ra, su majestad, Señor de Sakhbu, le dijo a Isis, Nepthys, Meskhenet, Hequet y Khnum: "¿Podrías ir y ayudar a Reddjedet a dar a luz a los tres hijos que lleva en su vientre y que asumirán el cargo más excelente de toda la tierra? porque ellos edificarán vuestros templos, proveerán vuestros altares, harán florecer vuestras mesas de ofrendas y aumentarán las ofrendas”.
“Entonces estos dioses partieron e hicieron su aparición como músicos, en tanto que Khnum iba con ellos como alfarero. Cuando llegaron a la casa de User-Ra, lo encontraron de pie, con el faldellín al revés. Le presentaron sus menats y sistros y él les dijo: “Contemplad, he aquí a mi esposa sufriendo dolores de parto”...
Sacerdotisa portando el Menat en la mano |
Con respecto a los dioses acompañantes, Meskhenet es la diosa por excelencia de los nacimientos, y a veces es representada ella misma como la piedra o ladrillo sobre el que se apoyaba la parturienta durante el parto.
Meskhenet |
Hequet |
Khnum dando forma a la entidad doble |
Con los mejores auspicios surge pues esta dinastía V, continuadora de la IV casi sin transición, pero ¿qué ocurre después? ¿qué grietas aparecen a lo largo de su desarrollo que culminará en el desastre de la VI dinastía y el hundimiento del Imperio Antiguo? ¿En qué se equivocaron? Será interesante analizarlo en otro artículo, porque quizás podamos extraer algunas enseñanzas de por qué caen los imperios. Pero sigamos adelante y veamos las principales características de los templos solares que construyeron.
Abu Ghurab, el Templo solar
Construido por el rey Nyuserrá Ini, 6º rey de la dinastía V, es prácticamente el único ejemplo de templo solar que nos ha quedado. Algunos egiptólogos interpretan el templo como un lugar de sacrificio animal, e incluso los grandes recipientes que allí se encuentran son descritos como los lugares donde se recogía la sangre de las víctimas. Sin embargo es creciente y ya mayoría el número de estudiosos que consideran que no existen huellas de tales sacrificios, y que ni siquiera las grandes pilas poseen restos de sangre, que por su estructura no serían las más adecuadas para tal propósito, ni tampoco se ha recogido ningún instrumento sacrificial en la zona.
Todos los altares, incluso los pequeños altares que utilizaban los sacerdotes en las ofrendas a los difuntos, eran altares “hetep” o "hotep"; dicho símbolo aparecía en la parte anterior del altar opuesto al ofrendante.
Altar de ofrendas al difunto |
Las palabras vertidas sobre el altar fructificaban y se recreaban en el plano astral o plano del Ka. El símbolo para esas palabras era medwu neter o sea sea la palabra de los dioses que nace con poder capaz de crear, y el símbolo de la magia era el representado por el dios He-Ka, o sea la fuerza del Ka.
HeKa, la Fuerza (entrelazado) del Ka (brazo doble) |
Sobre el mismo altar aparecían grabados jeroglíficos representando jarras de cerveza, patos, bueyes, panecillos. El sacerdote leía las palabras inscritas sobre los lados del pequeño altar, las palabras de poder, "le ha sido otorgado por (Anubis, Osiris, el Rey, etc.) que le sean ofrendadas al Osiris N (el fallecido) 1000 jarras de cerveza, 10000 panes, etc..." Creían en el poder creador de la palabra, la creación astral de las mismas al pronunciarlas ceremonialmente.
Incluso en algunas tumbas se encuentran escritos que dicen "Oh tú caminante, pronuncia mi nombre, para que mi Ka se alimente". La pronunciación de algo creaba la fuerza viva del mismo. Algún resto de ese concepto ha quedado hoy en día en la creencia popular, de ahí el consejo de no pronunciar en voz alta los malos augurios o en general las cosas nefastas, pues pudieran ser invocadas y hacerse reales.
El templo solar participa también de los mismos conceptos generales que hemos visto en los altares ceremoniales. La luz solar se derramaba tanto sobre el obelisco como sobre el altar, y al igual que ocurre en los altares pequeños de ofrenda, que sólo poseen un símbolo hetep, éste altar del templo solar de Abu Ghurab, hecho de alabastro, posee 4 heteps, o sea que derrama su fuerza sobre las 4 direcciones del espacio. ¿Y quién es el sacerdote oficiante? La luz solar, la que se recoge en el obelisco y se proyecta sobre el altar, expandiendo así su virtud.
Pilas lustrales |
Los grandes recipientes, situados a los costados, evidentemente por su forma contenían líquido, era el agua lustral, pero no son el resultado de sacrificios sangrientos, sino de las aguas bendecidas por el sol, y que sin duda se utilizaban ritualmente. En tiempos posteriores, con el establecimiento de grandes templos complejos, como el de Karnak, se construyeron lagos sagrados al lado de los mismos, donde los sacerdotes se bañaban como purificación previa antes de entrar al servicio del templo. De hecho el grado inicial o básico entre los sacerdotes egipcios era el de sacerdote “wab”, o sea sacerdote de la purificación por agua lustral.
Sacerdote Wab, frente a la difunta, vertiendo el agua lustral sobre las ofrendas |
Son las aguas que purifican y que "bautizan" del antiguo Egipto las que derivan con el mismo sentido en las pilas bautismales del cristianismo, presentes en el templo cristiano no para poner un nombre ni hacer cristiano a un niño, sino para "limpiar" el pecado original del recién nacido. También en los templos cristianos hay un sagrario con un Sol radiante grabado en la parte superior, e incluso la misma hostia consagrada, la cual se eleva con ambas manos del sacerdote, representa el ascenso del Sol, así como el día dedicado en la iglesia cristiana es el Domingo, o sea el día del Dominus Solis, o día del Señor Sol.
En definitiva, no hay nada nuevo bajo el sol de Ra.
Continuará