El Sol del Amanecer
Grecia, La Luz de Apolo
Grecia, La Luz de Apolo
Su leyenda cuenta que naci贸 de la uni贸n de Apolo y Coronis. En ausencia del dios, ella le fue infiel y prefiri贸 los brazos de Ischys. Cuando Apolo se enter贸, se veng贸 y hizo que su hermana Artemisa la matara con sus flechas. Cuando el cuerpo de Coronis comenz贸 a ser quemado en la pira funeraria, Apolo record贸 que estaba embarazada de su hijo y, tras cortar el abdomen de Coronis, rescat贸 al peque帽o que recibir铆a el nombre de Asclepio.
Como toda leyenda, esta posee claves internas que trataremos de desentra帽ar: explica c贸mo la luz solar encarn贸 dentro del alma humana, pero esta (Coronis), de alguna manera, traicion贸 sus principios divinos enamor谩ndose y apeg谩ndose en demas铆a a su veh铆culo f铆sico (Ischys), un dios menor que representaba la «fuerza f铆sica», olvidando as铆 Coronis su origen celestial.
De este compromiso entre lo celeste y lo terrestre nace Asclepio, de un «corte», tal como su nombre indica, y que representa tambi茅n aquello que separa como un «escalpelo», es decir, que discierne, que sabe reconocer lo que forma parte «de lo uno y de lo otro», tal como lo define Plat贸n al hablar de los dos componentes que participan en el ser del alma humana.
Asclepios |
Seg煤n la leyenda, posteriormente, Apolo puso al peque帽o Asclepio en manos de Quir贸n, el centauro, para que lo educara. De hecho, Quir贸n, semihombre y animal inmortal, que muestra su parte humana por encima de lo animal, transmite todos los conocimientos secretos de los m茅dicos al peque帽o Asclepio, por lo que su arte le hizo capaz de resucitar a los muertos.
Quir贸n representa a esos instructores divinos universales que, con sus ense帽anzas, hacen que el ser humano se eleve por encima de su parte animal, como su propia efigie representa. Quir贸n es, pues, el Gran Instructor por excelencia, y en su cueva se re煤nen todos los h茅roes para ser educados y divinizados por 茅l. La mitolog铆a griega considera precisamente a Quir贸n el padre de cirug铆a, de donde toma su nombre (蠂蔚喂蟻慰蠀蟻纬喂魏萎 — quirurgiqu茅)
Quir贸n instruyendo a Aquiles |
La leyenda cuenta que, herido en la pierna por una flecha envenenada en un accidente, y al no poder morir, por ser un inmortal, suplic贸 a Zeus que aliviara su dolor entre terribles sufrimientos. Zeus accedi贸 a intercambiar su inmortalidad con Prometo, el otro gran instructor de la humanidad, quien relev贸 a Quir贸n en su tarea y lo liber贸. Desde entonces, Quir贸n, tras su muerte, ocupa un lugar en la b贸veda celeste representado por la constelaci贸n del Centauro.
Son los seres superiores quienes fundan el arte m茅dico y nutren con sus ense帽anzas a los grandes m茅dicos, como tambi茅n sucede en otras civilizaciones. La Medicina comienza su andadura de manera brillante, posee todas las habilidades y posibilidades desde el principio, no es un comienzo oscuro y trabajoso tratando de desentra帽ar los misterios de la vida y la muerte poco a poco.
Hades, el dios del inframundo y se帽or de los muertos, al ver que Asclepios le privaba de sus s煤bditos arrancandolos de entre sus manos, plant贸 una demanda ante Zeus. Zeus escuch贸 sus alegaciones y, con un rayo, fulmin贸 a Asclepios, aunque despu茅s le devolvi贸 a la vida, bajo la condici贸n, impuesta a todos los asclepiades y a sus descendientes de no traspasar la barrera entre la vida y la muerte, ni abusar de sus poderes. Desde entonces, inexorablemente, y de forma paralela al incremento del ego铆smo y el vicio en la humanidad, los conocimientos ocultos de los m茅dicos fueron retir谩ndose del mundo, hasta casi desaparecer. Seg煤n los antiguos, no hay pues progreso, sino la posibilidad del retorno de aquello que ya existi贸...
Esta misma idea est谩 presente en la mitolog铆a egipcia: el Eterno Retorno, la vuelta a los comienzos, cuando todav铆a no se hab铆a establecido el desorden y el caos, cuando Maat, la Justicia y la Rectitud, reinaban, tal como se dice en el Libro de los Muertos egipcio.
La Medicina tambi茅n era una revelaci贸n en Egipto, el arte instituido por Thoth, dios de la sabidur铆a, entre los hombres, desde los comienzos mismos de la fundaci贸n de la civilizaci贸n egipcia, en el que no cab铆a la posibilidad de inventar nuevas reglas o c谩nones m茅dicos, aunque s铆 era posible incorporar a la sabidur铆a m茅dica detalles, usos y conquistas t茅cnicas, pero nunca cambiando el armaz贸n ideol贸gico fundamental. Pero de eso hablaremos en otro art铆culo.
Continuar谩