sábado, septiembre 3

A las puertas de un Nuevo Colapso Social - 01

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A LAS PUERTAS DE UN NUEVO COLAPSO SOCIAL (I)

¿Cómo aparece una Nueva Edad Media?

La definición de “Edad Media” es controvertida. Para algunos sólo hubo una Edad Media propiamente dicha en Europa, mientras que para el resto de los pueblos y períodos históricos este concepto sería discutible.

Ciertamente, si entendemos por Edad Media la aparición de caballeros y damas, dragones y castillos, estaremos equivocados si proyectamos este concepto sobre otras civilizaciones.

Por Edad Media más bien debemos entender “Periodos Intermedios”, de declive social y político que acaecen durante el desarrollo de una civilización. Desde este punto de vista genérico veremos que han existido muchas edades o periodos intermedios, en diferentes épocas, continentes y pueblos.

Las puertas que dan acceso a ese periodo de declive están precedidas por un Colapso Social, cuyas causas y características varían de tiempo en tiempo, aunque algunos aspectos, como veremos, permanecen invariables.

El punto de vista que califica una situación como colapso social, como decaimiento civilizatorio, o por el contrario como momento de esplendor, varía según que el punto de vista sea más o menos conservador o positivista.

¿Podríamos calificar el periodo en el que vivimos, como un deslizamiento hacia una Nueva Edad Media, en lo cultural, científico, político y social? Quizás sí, especialmente si consideramos que hasta el mismo “Imperio Americano” se encuentra dividido y un 40% de sus ciudadanos, según recientes encuestas, creen que se desencadenará una guerra civil en los próximos años, con nefastas consecuencias para el resto del mundo. En un momento de crisis y guerra como este, no está de más reconocer los parámetros esenciales que conducen a esa Nueva Edad Media.

Pero antes de intentar una tentativa de respuesta a esta pregunta debemos iniciar un repaso de otros momentos históricos y otras puntos de vista sobre esos momentos de ocaso social.

¿Cuáles son las consecuencias de los Colapsos Sociales?

Algunos de los siguientes puntos preceden, acompañan o son consecuencia del colapso social:

  • Separatismo y Aislamiento social
  • Hambrunas, Guerras, Epidemias
  • Eclosión de grupos sectarios
  • Pérdida de conocimientos científico y tecnológico

Separatismo y Aislamiento Social

En nuestra época la enfermedad del “separatismo” se manifiesta tanto en lo individual como en lo colectivo. En la era de las comunicaciones, de los viajes distantes y rápidos, vemos aparecer cada vez más elementos de Separatismo psicológico. La tecnología no ha servido para acercar más a los seres humanos, sino que se utiliza para buscar un contacto efímero, evitando de esa manera una interacción profunda con otros seres humanos. Es preferible tener una lista de 1000 amigos digitales que un par de amigos reales.

No se necesita vincularse con alguien que de verdad te enseñe, porque todo está en Internet, sobran los Maestros. Nuestra opinión y conocimientos adquiridos de manera superficial y mecánica se consideran suficientes como para no tener que aceptar el punto de vista de alguien más sabio o maduro que uno mismo.

No importan los vecinos, las personas que se relacionan directamente con nosotros en nuestra comunidad, barrio, o pueblo. De ellos hay que huir. A pesar de los cientos de amigos digitales que tenemos, a veces no conocemos el nombre de quien vive al lado, y si acaso intercambiamos un vacío saludo más o menos educado.

Vivimos y… morimos al lado de cientos de personas que no nos conocen, y que ni siquiera se enteran de nuestra muerte o nuestra grave enfermedad.

El Separatismo Político siempre ha existido, siempre han habido revoluciones, guerras civiles, cambios en las naciones. Lo que realmente ahora llama la atención es que la mayoría de los jóvenes no se sienten vinculados a ningún tipo de patria o nación, y ello no es en aras de una adscripción idealista a una Fraternidad Humana Internacional, sino por el mero hecho de “no pertenecer” a nada, de no querer formar parte de ninguna patria, salvo de mi propio reino de libertad personal ilimitada.

Así, el joven, llevado de ese ansia exagerada de libertad personal, formará parte de grupos que luchen contra cualquier aspecto o construcción social: esta es la época de los encapuchados depredadores que arrasan cuanto encuentran a su alrededor, sin causa aparente, salvo la del propio capricho o la del “rebelde sin causa”.

Las luchas de pueblos que se consideran independientes se centran en un pasado legendario que no responde a una realidad histórica, un pasado que, curiosamente, se remonta muchas veces a momentos míticos de la Edad Media. Casi todas las naciones del mundo sufren hoy de esta enfermedad, y aunque ciertamente hay que superar los nacionalismos en la búsqueda de construcciones fraternales de orden superior, sin embargo se destruye lo nacional pero para sustituirlo por el terruño medieval.

No es nuevo el fenómeno, pero lo que llama la atención es que siga sucediendo en nuestro tiempo, cuando por primera vez hasta el último rincón de la tierra puede participar en el conocimiento, apreciación y comunicación de otros pueblos del mundo, y aprender su historia, su lenguaje y cultura.

El Separatismo Racial: Las variedades tipológicas humanas se conocen mejor que nunca, tanto desde el punto de vista científico como por el intercambio frecuente, así como la creciente colaboración y participación directa en la cultura, el trabajo, y en los derechos sociales y políticos. Sin embargo los fenómenos racistas resurgen fuertemente de nuevo: la violencia de los opresores se ha vuelto contra ellos mismos y viceversa.

Frente a ello necesitamos:

Promover un Ideal de fraternidad internacional, basado en el respeto a la dignidad humana, más allá de diferencias raciales, de sexo, culturales, religiosas, sociales, etc.

El concepto central a tener en cuenta es el de “Dignidad Humana”, algo que está presente en todos los seres humanos a pesar de sus diferencias, es decir se trata del reconocimiento de una esencia fundamental “detrás de todo lo visible y mensurable”, el rayo incoloro detrás de todos los colores y apariencias.

Pico de la Mirándola, humanista del Renacimiento italiano, escribe en el frontispicio de su obra “El Discurso sobre la Dignidad Humana”, lo siguiente:

Magnum, o Asclepi, miraculum est homo

“Gran milagro es el hombre, ¡Oh, Asclepio!”

Porque para Pico, el hombre, valiéndose de su intelecto, se hace dueño de su destino gracias al pensamiento, el estudio y sobre todo a la filosofía. Todos los seres humanos están dotados de esa capacidad incluso los más discapacitados, cada uno en su medida. Y ese es el gran milagro, el don recibido.

Por eso, se sea blanco o negro, del norte o del sur, provenzal o francés, capitalista o socialista, hombre o mujer, en todos los casos hay una “dignidad humana”, aquello divino que el hombre ha recibido, y que él mismo puede acrecentar mediante su recto pensamiento y su acción verdadera, precedida por el conocimiento de la filosofía.

Oh Adán…Te he puesto en el centro del mundo para que más cómodamente observes cuanto en él existe. No te he hecho ni celeste ni terreno, ni mortal ni inmortal, con el fin de que tú, como árbitro y soberano artífice de ti mismo, te informases y plasmases en la obra que prefirieses. Podrás degenerar en los seres inferiores que son las bestias, y podrás regenerarte, según tu ánimo, en las realidades superiores que son divinas…[“Discurso sobre la Dignidad del Hombre”, Pico della Mirandola]

(Continuará)