jueves, julio 21

Medicina del Futuro V - Los Dos Caminos del Médico

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La Medicina del Futuro V

Los Dos Caminos del Médico

Tenemos dos manos, la izquierda y la derecha, dos hemisferios cerebrales, dos sistemas nerviosos, autónomo y voluntario, consciente e inconsciente, dos piernas, y aparentemente un sólo corazón; en realidad son dos corazones, el izquierdo y el derecho unidos por un tabique fibroso.

Y sigue la lista: dos ojos, dos oídos, dos riñones, dos pulmones, y un hígado que tiene dos lóbulos. El resto son las entrañas y sus variantes, intestinos, estómago, vejiga, etc. Somos duales hasta en nuestro pensamiento, pues somos incapaces de concebir las cosas en su totalidad absoluta, sólo podemos manejar conceptos relativos.

En Medicina también hay dos caminos, o debería haberlos, porque frecuentemente se olvida uno de ellos. Y siendo la Medicina como es, una ciencia del Hombre y para el Hombre, también debe ser dualista en sus concepciones. Pero no lo es.

El médico (y el paciente como opción a tener en cuenta) tiene dos caminos enfrente, el Camino de la Mano Derecha, objetivo y racionalista, y el Camino de la Mano Izquierda, que es intuitivo y pararacional.

Y los denomino así porque uno responde más a nuestras capacidades sensitivas y emocionales dependientes del hemisferio derecho y otro a nuestras capacidades científicas y objetivas: el hemisferio izquierdo del poder. Veámoslo más en detalle:

EL CAMINO DE LA MANO DERECHA

Desde este camino se observa el mundo representado y organizado en cajones lógicos. La clasificación aquí es fundamental, el científico la utiliza para explorar el fenómeno, hablar acerca del mismo y describirlo, pero no puede comunicarse con el interior del mismo, desconoce sus razones internas. Puede someter el fenómeno a múltiples análisis que afectan a lo externo, pero no puede «visualizar» el interior del mismo.

Si un antropólogo estudia la danza de la lluvia, llegará a conclusiones como la siguiente: «la danza de la lluvia es extremadamente importante en esta sociedad primitiva: mantiene los roles de poder y los mecanismos de transmisión de ese poder, cohesionando al mismo tiempo al grupo, haciéndole sentir unido».

Esta es una interpretación fruto de la observación científica externa. Pero esta observación sólo es parte de la realidad.

Sin embargo, si interrogamos a los actores de dicha danza, nos dirán que para ellos tiene un significado definido: llaman a sus dioses porque necesitan la lluvia, no les interesa en este momento ni la cohesión social ni el rol de poder que cada uno ocupa en ese momento en la tribu.

La interpretación externa, propia de las ciencias experimentales, se guía por parámetros, instrumentos y mediciones. Es típico de la ciencia empírica y positivista, se estudia sobre todo la forma, y se clasifican los fenómenos según ciertos parámetros predefinidos. Ejemplos de esta interpretación externa son:

  • El conductismo de Skiner y Watson, la psicología científica que sólo se basa en la observación externa, en las relaciones que se establecen entre estímulos y las respuestas obtenidas. Lo de dentro o bien no interesa, o se considera como la “caja negra” que responde automáticamente a estos estímulos.

Como ejemplo vergonzoso, véase el siguiente enlace al artículo titulado “El cruel experimento del pequeño Albert”, o recuérdese la famosa película “La Naranja Mecánica” de Stanley Kubrick.

  • El Empirismo
  • Biología molecular, Neurología, etc.

Se accede a la realidad por medio de los instrumentos y de la percepción externa. Se ve la superficie de las cosas, que pueden ser medidas y comparadas. El observador no se involucra, es un observador externo.

Esta vía es muy necesaria para el médico, pero no es la única. Tenemos que observar, medir, tomar constantes, hacer radiografías, etc, todo ello son cosas muy importantes, tanto que los médicos han olvidado la otra vía, y piensan que ser buen médico es ser un “frío científico”.

EL CAMINO DE LA MANO IZQUIERDA

La otra vía es la de la Mano Izquierda, o sea la Vía Interpretativa. Es decir, no importa cuánto yo observe a un individuo, hay cosas que, a menos que él me lo diga, nunca sabré. No sé qué es lo que piensa y lo que siente, hay una parte a la cual no se puede acceder a menos que el sujeto investigado diga qué le ocurre, por tanto necesito interpretarlo, entender su lenguaje, por eso esta vía es hermenéutica: necesita interpretación.

Esta ciencia de interpretación tiene mucho que ver con el grado de conciencia de la persona. Este es el camino de:

  • Freud,
  • Carl Jung,
  • Piaget,
  • Aurobindo,
  • Plotino,
  • Buda

La Medicina necesita también la Vía Interpretativa, porque ésta es la única forma de aproximarnos al interior de las cosas, “ver a través del espejo del hombre”, penetrar en su interior, esto es la Vía Hermenéutica o de la Mano Izquierda. Es profunda, no es localizable en un tejido o en un órgano, porque afecta a todo el ser, y necesita interpretación.

¿Pero cuándo aplicar una vía y cuándo aplicar la otra?

Empirismo y Hermenéutica: Su aplicación en Medicina

Veamos cuál es el alcance de lo empírico y el de lo interpretativo o hermenéutico. En el siguiente gráfico, siguiendo las ideas de Ken Wilber, uno de los fundadores de la Psicología Transpersonal y a quien aconsejo leer, podemos ver, partiendo desde el centro del círculo, el desarrollo evolutivo desde la materia hasta el espíritu, ampliándose y pasando por círculos cada vez más sutiles. A cada círculo le corresponde el desarrollo de una ciencia: así la Materia se estudia con la Física, etc. Al círculo de la vida le corresponde la Biología y las ciencias afines, al de la Mente le corresponde la Psicología, etc.

Cada círculo integra al anterior, así Vida incluye Materia, y Biología, etc. Si trazamos sobre el mismo círculo una flecha que va desde el nivel base hasta los círculos superiores y externos, veremos que para los círculos más básicos, como el de la materia y la biología, se necesita la Vía Empírica, aquí coloreada en tonos rojos, mientras que cuanto más avanzamos hacia los niveles superiores complejos, más necesaria es la Vía Interpretativa o Hermenéutica, aquí representada por la coloración azulada de la flecha.

La Medicina Convencional que hemos estudiado en nuestras facultades es fundamentalmente empírica, puede explorar A+B. Es esencial y absolutamente necesaria, especialmente cuando la enfermedad ha alcanzado, bien sea proveniente de planos superiores o inferiores, el nivel físico y biológico.

Sin embargo, una Medicina Integrativa, que asuma la otra parte más sutil del ser humano (A+B+C…), que la integre e interprete, y que nos permita no sólo gestionar los problemas en esos niveles sutiles sino también evitar su impacto negativo sobre los planos físicos y biológicos, es absolutamente necesaria desde el punto de vista preventivo.

Fenómenos como la depresión, no pueden meramente ser tratados con “pastillas”, que no siempre ayudan, frecuentemente empeoran, y que no localizan ni resuelven los nudos fundamentales de la personalidad humana. No es sencillo, nuestros sistemas hoy por hoy no lo permiten, pero es posible.

En los antiguos templos de sanación, tras someter al paciente a una “incubatio” durante una noche, el sacerdote médico daba un remedio, siguiendo al dios, y a veces encontramos recetas como aquella que decía “ve y reconciliate con tus enemigos”. Sólo es un ejemplo, pero a veces…

Ya se que parece poco y demasiado sencillo, pero en realidad, ¿cuántas veces enfermamos, sentimos malestar, que luego se traduce en disfunciones, y quizás en otras enfermedades más serias, que se hubiesen curado a tiempo con un poco de entendimiento, de comprensión, de ayuda humana. Justamente en los niveles sutiles poco es lo que se necesita, aunque fundamental, mientras que los planos físicos corresponde a la enfermedad evolucionada, a un laberinto fisiológico y anatómico de difícil solución, y que desde luego requiere conocimientos científicos. Cada cosa en su lugar, cura sutil para lo sutil, cura física para lo físico.

No se puede pues arreglar simplemente una depresión con pastillas, ni se puede imponer las manos o hacer análisis psicológicos para curar una apendicitis.

Cuanto más avanzamos en esta Edad Media, más enfermedades encontramos, físicas y mentales, porque nuestra sociedad ha roto todos los esquemas naturales, internos y externos, sometiéndonos a situaciones estresantes que no tendrían por qué ocurrir hoy. Tenemos medios suficientes para que nadie pase hambre en el mundo, para que haya prevención y medicinas, pero…

En lo que toca a lo que podemos hacer: ¿Necesito la mano izquierda? Si. ¿Necesito la mano derecha? Si. Ambas son necesarias, lo importante es saber cuándo aplicar una u otra, o las dos.

Por cierto, ¿no tiene esto que ver con todos los seres humanos y sus relaciones, y no sólo con los médicos?

Ciertamente.

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