miércoles, julio 13

La Medicina del Futuro IV - Nutrición y Causas de Enfermedad

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La Medicina del Futuro IV

LA NUTRICIÓN Y LAS 5 CAUSAS DE LA ENFERMEDAD

Por nutrición, de manera general, se suele entender todo alimento que ingresa en nuestro organismo, pero se olvida con frecuencia que, tratándose de salud, es importante también tener en cuenta las ideas y pensamientos que también ingresan en nuestro organismo. Hay ideas que nos alimentan sanamente y otras que nos destruyen por dentro.

Por tanto, es difícil tener una visión clara de lo que es bueno o malo para nuestro bienestar: los alimentos, los objetos, sustancias y hasta personas que nos rodean actúan sobre nosotros en cada circunstancia y momento de manera distinta. Puede que sea sano tomar tal o cual vitamina, pero acto seguido su beneficio quedará anulado por tener un smartphone con intensidad alta de emisión de radiofrecuencias, o por estar sentado durante horas viendo televisión, o tener una mala conversación llena de ira y odio, o por estar sentado en una habitación con “mal ambiente” psíquico.

En nuestra nutrición hay dos conceptos a tener en cuenta siempre son el EQUILIBRIO y la MESURA. El equilibrio debe juzgarse de acuerdo a nuestras necesidades actuales, y la mesura es lo que nos libra del viejo concepto griego del mal, HYBRIS, o sea el exceso, el exceso ya sea por añadidura, o por todo lo contrario, por falta de algo.

La búsqueda de una nutrición equilibrada y saludable se identifica hoy con una nutrición natural, acompañada también de una medicina natural. Ahora bien, tanto esta última como la nutrición natural, no deben ser definidas exclusivamente basándonos en su origen. Este es un error muy común, y el mayor de los malentendidos por parte de los consumidores, error que es aprovechado y explotado por los intereses mercantilistas.

La primera y más importante naturaleza que hay que tener en cuenta es la humana, o sea la naturaleza en el hombre, y por tanto lo realmente natural para el hombre no es aquello que ha sido recogido, por ejemplo, del bosque o de una planta, sino aquello que una vez administrado sigue las vía naturales del ser humano, aquello que facilite el movimiento equilibrado de sus energías vitales y de todas las funciones de su organismo sin alterarlas. Por ejemplo, la cicuta es una planta, está en la naturaleza, podría decirse que tiene origen natural, pero no conviene a la naturaleza del ser humano, para la cual es un veneno.

LAS CAUSAS DE LA ENFERMEDAD

En el cuaternario humano, constituido por el cuerpo físico, los elementos vitales-energéticos, el mundo psíquico-emocional, y el plano mental, cada uno de ellos tiene importancia en el mantenimiento de la salud y en la aparición de la enfermedad. Hay enfermedades que pertenecen a su propio plano, por ejemplo una enfermedad mental que afecta al plano mental, un trastorno emocional que afecta al plano emocional, etc. Pero como el ser humano es una entidad compuesta, organizada como unidad, cada uno de estos planos alterados posee una repercusión sobre los demás.

Paracelso atribuía a 5 causas fundamentales el origen de la enfermedad. El lenguaje ha cambiado, la expresión de los conceptos han variado, pero la esencia de lo dicho por este Gran Maestro de la Medicina, permanecen intactos, veamos pues estas causas;

Causa Astral:

Se refiere a lo que hoy llamaríamos “alteraciones ambientales sutiles”. No sólo el Cambio Climático, sino también la influencia tanto de energías conocidas como desconocidas procedentes del medio ambiente. El Universo entero es un ser vivo, cuyas leyes aún no bien conocidas influencian, para bien o para mal, nuestro organismo e incluso nuestra psiquicidad. La Causa Astral significa pues las causas que tienen su origen en las estrellas, o sea en todo el Universo externo a nosotros mismos, en su composición material y energética.

Causa Natural:

Son los desequilibrios energéticos, bien por defectos en la constitución propia al nacer, o por desequilibrios no manifiestos en el cuerpo, pero que son detectables a niveles más sutiles. La Medicina China es un ejemplo de medicina especializada en detectar este tipo de alteraciones y corregirlas antes de que produzca una enfermedad seria.

Los Espíritus:

Se refería Paracelso con ello a la creencia casi universal que dice que ciertas personas, por medio de su influencia perversa o dañina, pueden de alguna manera afectar a otras personas. Más allá de que creamos o no en el “mal de ojo”, los chamanes que lo practican, siempre procuran que la persona “hechizada” sea informada del hechizo, porque en caso contrario la maldición no tendría efecto. Evidentemente se trata en casi todos los casos de un efecto causado por el miedo y la superstición. En otras palabras, la mala intención, el daño psicológico, la violencia psicológica es reconocida hoy como una causa de enfermedad tanto en las relaciones personales y familiares, como en las relaciones laborales (acoso, bullying, etc.) ¿Hay también energías invisibles que se proyectan sobre los demás, o espíritus malignos que acosan a sus víctimas? Quizás si o quizás no, pero en cualquier caso la inmensa mayoría de las personas son dañadas por una acción psicológica agresiva, por los celos, odio, o deseos malvados, y para que produzca daño basta con el rumor, la calumnia, la mirada hiriente, el gesto de desprecio, la palabra ruda, etc., etc.

Dios:

Paracelso se refiere a las Leyes Universales que nos rigen. Perseguido de cerca por la Iglesia de su tiempo, no podía usar los términos que había aprendido en sus viajes por el Oriente. Paracelso no creía en un Dios personal, que castigaba o premiaba según su mayor o menor disgusto con el creyente. Paracelso se refería a las leyes universales naturales, y a que nuestras acciones al interactuar con ellas, tanto a nivel individual como colectivo, crean un karma, o sea una reacción natural, buena o mala, según el caso.

Los Venenos:

Paracelso explicaba que, toda ingesta procedente del mundo externo, es en principio un tóxico o veneno para nuestro cuerpo. Pero el “Alquimista Interno”, o sea nuestros sistemas digestivos, defensivos, etc., se encargaba de eliminar aquello que tiene de venenoso o dañino y aprovechar lo que es beneficioso en lo que ingerimos. Algunas cosas se avienen mejor a este Alquimista Interno, y otras sobrepasan sus límites, penetrando en el organismo y provocando daño. Esto ocurre no sólo por ser más o menos venenoso, sino también por la cantidad. De ahí que la moderación y el equilibrio en la ingesta de los alimentos sea una salvaguarda de males mayores. Así, por ejemplo, el Arsénico está presente en el agua que bebemos, es un veneno muy potente, capaz de matar, pero las cantidades que ingerimos con el agua son ínfimas. El colesterol es necesario para formar las paredes celulares y muchas de las hormonas necesarias para el organismo; sin embargo su exceso es dañino porque se deposita en las arterias. Las grasas son por tanto un veneno, pero bien procesadas por el Alquimista Interno, de forma mesurada, pueden ser beneficiosas siendo incorporadas en nuestros sistemas.

Seguir lo Natural es también ayudar a desbloquear el organismo eliminando los venenos y tóxicos que se acumulan, no importando los medios que utilicemos, ya sean estos “naturales” o “artificiales” (dietas, gimnasia, saunas, etc.) siempre que cumplan sus objetivos, sigan las vías naturales del ser humano, y no sean dañinos por acumularse en el cuerpo.

Por último, aunque no por ello menos importante, hay que nutrir de cosas sanas nuestra mente, hay que dotarnos de ejemplos de vida, y hay que soñarnos a nosotros mismos, buenos y mejores.