miércoles, mayo 18

Apego y Desapego

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APEGO Y DESAPEGO

Uno de los conceptos más repetidos dentro del ámbito del budismo, de la vedanta y del hinduismo en general, es lo que denominan Upadana, que más que apego, en el sentido simple que podríamos asignarle, se trata más bien de aquello que mantiene la influencia de las cosas y las ideas repetitivas en nuestra conciencia, o sea es el combustible siempre ardiente que dota de energía los procesos mentales, de tal manera que provoca el aferrarse una y otra vez al mundo ilusorio sin solución.

Recordemos que para el budismo, y también en cierta medida para el hinduismo, el mundo es Maya, una ilusión persistente, que nos arrastra provocando en nosotros un deseo que nunca se satisface. Por este motivo, estas escuelas filosóficas propugnan apartarse de Maya y sus lazos, y luchar contra el “apego” a los objetos de sensación, tanto físicos como mentales. Evitar el apego no consiste en ejercicios ascéticos de renunciación, sino en buscar la no dependencia. No importa si voy andando o conduzco un buen coche, si como una sola vez al día o tres, lo importante es no depender de ello, no ser afectado por ello interiormente.

Hay varias estrategias:

  1. Entregarse a los deseos, disfrutar a fondo todo apego a algo, tanto como sea posible, en la esperanza de recibir ese beneficio y que, una vez saciado, el deseo disminuirá hasta desaparecer.
  • Problema: como dice La Voz del Silencio, esta es una de las mayores tentaciones, porque el deseo, su causa, está implantada en el interior, y la satisfacción del mismo no agota en lo más mínimo ese deseo, muy al contrario, se multiplica, se diversifica, añade nuevos impulsos y opciones al mismo.
  1. Cerrar todos los sentidos ante los objetos de deseo, no aferrarse a nada, ni siquiera a los seres queridos, negarse a uno mismo, en la esperanza de que todas las cosas que nos atraen, que nos llaman, se cansarán de acosarnos mientras que nuestra mente se acostumbrará a no desearlas.
  • Problema: Esta alternativa nos somete a una falsa renunciación, en realidad hay un “apego invertido”, hay un rechazo visceral no exento de cierto morbo, también una rigidez excesiva en nuestra actuación, que puede ser nociva para nosotros y para los demás.

El concepto de “apego” funciona en las dos direcciones, o sea el deseo de atraer algo que nos gusta, y también el deseo de rechazar algo que nos disgusta. En ambos casos, nuestra mente gira alrededor del mismo objeto, del mismo tema, ya sea en contra o a favor. Por tanto en ambos casos somos dependientes y no conquistamos así nuestra libertad.

Para entender cómo “trabajar” con este concepto tenemos que empezar por conocer cómo nos llegan los impulsos desde el mundo de los sentidos.

SENSACIONES

Según la Psicología y Medicina Occidental, los sentidos canalizan, cada uno según su modalidad, diferentes tipos de sensaciones y con diferentes intensidades. Salvo que ocurra un accidente que suprima las vías neuronales que llevan la información, la sensación siempre existe. Pero no todas las sensaciones poseen la suficiente intensidad como para que nos demos cuenta de ello.

Así por ejemplo, podemos estar de pie esperando algo, y no notamos la presión del peso ni del calzado sobre el pie. Al cabo de un tiempo, si la espera es larga, o nos volvemos impacientes, la sensación empezará a sentirse como algo molesto. En otras palabras, no sólo se ha conducido al Sistema Nervioso Central, sino que además nos hemos hecho consciente de ella, causando disgusto.

Ha entrado en contacto con nuestra conciencia.

CONTROL PREVIO DE APEGOS

De todos los contenidos visuales, auditivos, sensoriales en general, que nos rodean, sólo una parte de ellos penetran en nuestra conciencia. Y eso depende de su intensidad, de su característica dolorosa o placentera, y también de nuestro previo condicionamiento.

El condicionamiento viene dado por nuestros propios intereses, educación, características personales tales como sexo y edad, etc.

Podemos recorrer una calle comercial y sólo llamará nuestra atención aquellas tiendas que ofrezcan el producto que nos gusta o que estamos buscando, el resto pasa a un segundo plano del que no somos conscientes.

El condicionamiento previo, se puede trabajar y mejorar. Aquí la razón y las motivaciones profundas tienen un papel.

Así por ejemplo, puede que no nos guste la música clásica, y sin embargo nos encante la música heavy rock. Ahora bien, según los objetivos a alcanzar, puede que con esta última, a pesar de gustarnos mucho, hayamos experimentados estados de ansiedad, irritabilidad, agresividad, etc. Puede que también nos guste la música muy romántica de moda, pero nos entristece y nos hace recordar eventos dolorosos personales.

Por otro lado, carecemos de gusto por la música clásica, pero aún así reconocemos su importancia y sabemos que forma parte de la educación de las personas más cultas y nobles que conocemos. Entonces, nos imponemos la tarea de escucharla progresivamente, y con el tiempo se convertirá no sólo en un adorno educativo sino también en un placer.

En esto consiste el pre-condicionamiento educativo.

PHASSA O SPARSA

En Psicología reconocemos lo que se llama PERCEPCIÓN o Senso-Percepción, corresponde a los términos “Phassa”, en pali, y “Sparsa” en sánscrito. Se trata de la puesta en contacto de dos cosas, el impulso sensitivo que llega desde el exterior, y su interacción con la mente.

En Occidente, se suele considerar la mente como algo definido, como una torre mental desde la que se observa el mundo. Sin embargo la mente es plástica. Si imaginamos la mente como un globo lleno de agua, cada vez que se pone en contacto con algo se deforma, no es la misma. No existe por tanto una objetividad mental pura.

En la cadena de causación llamada las «12 Nidanas», que son las causas que llevan a la existencia repetida, Phassa o Sparsa ocupa el sexto lugar, y está en el origen de algo más: “Nama-rupa”, o sea la asignación de un concepto (nama) y una forma (rupa) a lo percibido, junto a un significado asociado. Este es el momento en que surge el apego.

A partir de ahí se generan un conjunto de pensamientos, una cadena asociada de pensamientos, que nos conduce al deleite o al rechazo, argumentado y visualizado de mil maneras, acoplado con opiniones y puntos de vista, a veces contradictorios, que forman parte del caos mental que siempre nos acompaña.

CONTROL DEL APEGO Y SUS ASOCIACIONES

Aquí radica el segundo punto de control. Cada vez que llega a nuestra conciencia algo, casi inmediatamente se dispara la secuencia de pensamientos y juicios relacionados.

No podemos cancelar la sensación y la idea asociada inicialmente, porque depende de los pre-condicionamientos y de las circunstancias asociadas. Pero podemos romper instantáneamente la cadena que le sucede con nuestra voluntad

En esto consiste el control del apego-desapego, en evitar la sucesión de ideas y sensaciones, la primera entrada será muy difícil de evitar, pero al menos fijando nuestra conciencia sobre alguna otra cosa, podremos parar el circuito automático.

Nuestro cerebro tiene vías preferenciales asociadas, interconexiones creadas a lo largo del tiempo, caminos a través de los cuales siempre se mueve el pensamiento en la misma dirección.

Evitar que nos afecten los impulsos que nos llegan, requiere primero educación, como ya hemos visto, segundo atención (recta atención) para detectar el surgir de las cadenas de pensamientos, voluntad y esfuerzo sostenido (recto esfuerzo) para desviar una y otra vez las tendencias automáticas de pensamiento y además sortear las vías neuronales preferenciales asociadas.

Preguntado el Buda sobre cómo obtener, por ejemplo, rectos puntos de vista u opiniones, el Buda contestó: para tener rectos puntos de vista, hay que practicar los rectos puntos de vista, la recta atención, y el recto esfuerzo.

Preguntado sobre cómo obtener, recta concentración, contestó: para tener recta concentración hay que practicar recta concentración, recta atención y recto esfuerzo.

Preguntado sobre cómo obtener recta acción, dijo que hay que practicar la recta acción, con recta atención y recto esfuerzo.

En pocas palabras, siempre la Recta Atención, que es la atención despierta, junto a la voluntad de superarse, el Recto Esfuerzo continuo, nos ayudarán a sortear todas las barreras.

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