miércoles, noviembre 23

FE Y CURACIÓN

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FE Y CURACIÓN

La Fe mueve montañas… de dólares

Claro está que una fe verdadera, o sea sustentada en la confianza, y ésta a su vez sustentada en la experiencia, y sobre todo en el Conocimiento Real, es capaz de impulsarnos a hacer muchas más cosas, y aún mejor de lo que creíamos. De esa Fe, que mejor la llamaríamos “Fe con Fundamentos” o Confianza Razonada, no se trata en este artículo, sino de aquella otra “fe teológica y manipuladora” de la que tantas iglesias han abusado.

Progresivamente, conforme el ciclo histórico se aproxima hacia una nueva fase, la movilidad, la mezcla de culturas y razas, está creando desde el siglo XIX y aún antes un nuevo tipo de ser humano, entre los que abundan aquellos que comienzan a sentir en su interior energías hasta ahora insospechadas, pero todavía no reconocidas, y sobre todo energías que no están bajo el control personal. Son fuerzas latentes primarias e inestables. No es extraño pues que durante este periodo hayan aparecido y se hayan constatados muchos fenómenos auténticos de curaciones inexplicables.

Desgraciadamente, estas fuerzas ocultas que se desarrollan poco a poco en algunos seres humanos, no tienen nada que ver con lo divino o espiritual. Son simplemente transformaciones aún latentes, poderes fisiológicos embrionarios, que quizás en muchos miles de años pasen a ser patrimonio común de todos los seres humanos.

Cada día abundan más los investigadores de estos fenómenos no bien comprendidos, y mucho menos explicados, pero al lado de los investigadores serios, surgieron desde el siglo XIX, sobre todo en el llamado Nuevo Mundo, muchas sectas evangélicas y movimientos tales como “Christian Science”, “Mind Cure”, “Metaphysical Healing”, “Spiritual Healing”, etc., que han atraído a millones de personas y que se perpetúan en nuestros tiempos a través de movimientos tipo “New Age”, y que forman parte del llamado Nuevo Pensamiento Americano, cuya idea central es el dominio de la materia por medio de la mente.

En el siglo XX encontramos esta misma línea de argumentos en libros superventas como “El Secreto” escrito por Rhonda Byrne, escritora pseudocientífica, guionista, productora de televisión, y cuentista australiana. En dicho libro la autoconfianza, la afirmación y la creencia en la atracción hacia uno mismo de “energías positivas”, mediante un pensamiento positivo forman el núcleo y propuesta de este tipo de literatura que se ha extendido y se ha hecho popular en nuestro entorno, y que la ha hecho muy rica, con una fortuna estimada en 100 millones de dólares.

Filósofos, tales como William Quan Judge y H. P. Blavatsky, ya advirtieron en el siglo XIX acerca de ese tipo de movimientos y su posible desviación hacia prácticas no muy recomendables: Todas las teorías sustentadas por estas diversas escuelas, con variadas creencias, tienen una característica común; “llevar a la gente a contemplar el proceso de curación como una aplicación del espíritu sobre el paciente”.

Continúa Blavatsky advirtiendo sobre estas prácticas:

“Aquí está el peligro. Todos estos procesos no hacen otra cosa que ”psicologizar” – con lengua viperina y manipulaciones - al paciente. En otras palabras, siempre que actúa el curandero - consciente o inconscientemente - lo hace con la acción mental de la persona que trata; dicho de otra manera: todo esto es Magia Negra. Por eso, estos llamados científicos de la”curación“ son explotadores, que se ganan la vida con ello.” (subrayado mío)

Veamos la diferencia que existe entre el apoyo psicológico y humano, el promover la fe sencilla, la esperanza, los buenos deseos y ánimos dados a alguien que está enfermo, y por otro lado la psicologización o manipulación, el uso y abuso del psiquismo que intenta dominar y controlar al “creyente”

En el primer caso, la enfermedad permanece en los niveles físicos que le corresponden, allá donde la enfermedad haya impactado, mientras que una buena ayuda psicológica, el buen ánimo, la esperanza razonada, permite el desarrollo de defensas psicológicas naturales, impidiendo que el proceso ascienda hasta el nivel mental. (ver gráfico: líneas azules)

Antes de proseguir, tenemos que entender que el ser humano, ante todo, es un ser fundamentalmente mental y espiritual, aunque posee obviamente un nivel físico que le influencia. Cabría preguntarnos qué es peor, ¿qué enfermedad es mayor para un ser humano, perder un brazo, una pierna, la vista, etc., o perderse a sí mismo, dejando de ser quien es y dejando de reconocerse?

En el segundo caso, en líneas rojas, alguien manipulado o “psicologizado”, a quien se le hace repetir “la enfermedad no existe, si tienes fe te curarás”, al tiempo que se le hace una imposición de manos, puede incluso llegar a curar aparentemente. La negación de la enfermedad por un tiempo puede hacer desaparecer los síntomas, e incluso en algunos casos extraordinarios, debido a la movilización de esas energías aún inconscientes e incontrolables que poseemos, puede provocar la total desaparición de los síntomas físicos.

Pero con este proceso se ha obstruido el “curso normal” de la enfermedad, ésta ya no evoluciona de manera habitual, sino que su energía se “enquista” en los niveles superiores, al menos durante un tiempo. Fanatismo, fe ciega, dogmatismo, ceguera espiritual, son algunas de las consecuencias de ello; el paciente se aferra a creencias dogmáticas que no le dejan evolucionar como ser humano ni liberarse, al contrario se vuelve aún más dependiente.

Aquellos que indujeron en él esta psicologización bajo la capa de espiritualidad, bajo una falsa santidad, pronto descubren que “esto funciona” aun cuando el “pastor-lobo”, o el pseudo-místico en su caso, haya perdido la fe; descubre así que todas las curaciones que aparentemente hacía no eran en el nombre de Jesús, ni del Espíritu Santo, ni de los Maestros Ascendidos, sino pura y llanamente eran manipulaciones psicológicas, que además le ofrecían buenas ganancias económicas o de otra índole. Y aquí hemos llegado a la “Magia Negra” de la que habla H.P. Blavatsky.

Muchos piensan que eso de la magia negra o bien no existe, o consiste en un señor con un sombrero picudo dando pases mágicos y pronunciando extrañas palabras incomprensibles. En realidad esta palabra procede de lenguajes protoarios: “magh”, significa “ser capaz”, “tener la capacidad” de hacer o producir algo. Ahora bien ese “algo”, de lo que se trata lo podemos comprobar en la segunda derivación del término magh en lenguaje sánscrito:” “māiā” o maya. o sea “ilusión”, “engaño”, “fraude”, “truco”, “hechicería”.

Considerado así, lo que hacen estos sanadores, pastores de ovejas descarriadas y escritores de libros que inducen creencias falsas, aunque llenan bien los bolsillos, es desde luego “magia negra”.

Ciertamente la fe mueve montañas de dinero. Pero la verdad es aún mas fuerte y se abre camino

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