Uno de los fragmentos más enigmáticos que encontramos en los papiros médicos (Ebers 854-856, Smith 1-3-9, Berlín 163) es el titulado como «Introducción al Libro Secreto de los Médicos»
Se trata de una serie de extractos de un libro del que no se conserva original alguno. Estos fragmentos han suscitado interés porque aparentemente tratan sobre la fisiología del corazón y del pulso.
En los papiros se describen ciertos canales que algunos han etiquetado como vasos sanguíneos, mientras que otros los han identificado como nervios, músculos, etc.
A partir de los fragmentos de los papiros de Ebers y de Smith, se ha podido reconstruir parte del texto siguiente:
«Hay canales del corazón que se dirigen a cada uno de los miembros. Si un sacerdote de Sejmet1 o cualquier médico pone sus manos y sus dedos sobre la cabeza, sobre la parte de atrás de la cabeza, sobre las manos, sobre el asiento del corazón, o sobre los dos pies, allí percibirá el corazón haty2 (corazón contráctil), pues existen canales en la cabeza, en el lugar del corazón, y hay corazón haty (corazón contráctil) en todos los canales de todos los miembros...»*
«...En todos los lugares se siente el corazón porque todos sus vasos llegan a todos los miembros. Por consiguiente se le llama el "centro de los vasos de todos los miembros"».
En dichos papiros se da una descripción más o menos extensa en la que se mezclan explicaciones funcionales del corazón junto a la descripción de una serie de canales o conductos, de su contenido y su distribución. Todo ello plantea una serie de problemas acerca del alcance de sus conocimientos.
El Pulso
Cuando se discute si los médicos egipcios sabían o no contar el pulso, hay una falta de perspectiva histórica. Los jeroglíficos al describir la toma del pulso utilizan términos relacionados con la idea de «medir», «enumerar» y «contar». Los detractores de esta interpretación señalan oportunamente que no existían en aquella época instrumentos precisos para medir el tiempo, por lo que la toma de pulso entendida como pulsaciones por minuto u otra unidad de tiempo no sería factible.
Las medicinas clásicas como la china o la hindú, nunca se preocuparon de contar un número determinado de pulsaciones en un tiempo determinado. Los prejuicios de los defensores de la medicina moderna hacen suponer que solo la medicina científica occidental es la única válida, y les impide ver que en la antigüedad ya se valoraba la actividad cardíaca de otras formas.
En todas las medicinas clásicas, la «estimación» del pulso era un elemento central, incluso con mucha más importancia y extensión que en la actualidad. El examen del pulso se dividía en dos tipos: cuantitativo en parte, y sobre todo cualitativo:
-Cuantitativo: en el que se toma como referencia y medida natural al propio hombre. Por ejemplo en China se tenía en cuenta la proporción entre el número de pulsaciones y el de ciclos respiratorios completos. No era necesario ningún tipo de reloj para determinar si el pulso estaba acelerado o ralentizado, bastaba con contar el pulso durante el intervalo de una respiración completa (inspiración + espiración) Esta forma de medir el pulso servía para entender si estaba acelerado o no, y además si había debilidad en el sistema energético o alguna otra enfermedad.
Cualquiera puede intentarlo por sí mismo, basta con sentarse tranquilamente, y contar el número de pulsaciones en la muñeca desde que se comienza una inhalación hasta que se termina expulsando el aire. Así, si por ejemplo alguien pulsaba 5 veces durante el ciclo respiratorio completo, se entendía que el pulso estaba ajustado. Si pulsaba 6 o más veces indicaba un estado de aceleración cardíaca anómala, y si pulsaba 4 o menos podría tratarse de un estado de debilidad del coraźon o generalizada, tales como una anemia o enfermedad grave. Por supuesto, esto solo era un indicativo, un signo más que había que analizar junto con otros parámetros.
Por consiguiente, no era necesario ningún tipo de reloj para conocer la frecuencia del pulso.
-Cualitativo: Factores tales como el tamaño general del individuo en relación al tamaño percibido de la arteria a través del pulso. Se analizaba la sensación de longitud del pulso, su profundidad, su textura (rugoso, blando, tenso, ligero o superficial) y sensaciones especiales descritas en los libros antiguos tales como el «pulso húmedo», el «pulso en plumón», etc. En su conjunto, y comparados con pulso obtenido en otros lugares del cuerpo, ayudaba al diagnóstico definitivo, no sólo de enfermedades cardíacas, sino de otros órganos también.
Hasta hace unos años, los médicos occidentales sabían juzgar enfermedades a través del pulso, como por ejemplo la presencia de fiebre tifoidea, con su característico pulso «dicroto». Desafortunadamente, estas habilidades se han perdido hoy en día, ya que dicho conocimiento solo se transmitía de maestro a discípulo, a través de la práctica, y no mediante la descripción en libros.
Los Metu
Ahora bien, cabe preguntarse ¿a qué clase de canales se referían los antiguos egipcios? Veamos.
El término egipcio «met» (plural «metu») se refiere en general a un canal, pero sin especificar sus características o contenido. El jeroglífico se relaciona por su significado con la siguientes palabras:
- met: tira, banda, cinta.
- metii: exactitud, precisión, regularidad.
- metru: inundación
El término implica la idea de conducto, o un vaso, pero también posee un significado parecido al de meridiano y al de tendón. También se relaciona con algo «regular», «periódico» y «exacto», y que contiene algún tipo de «flujo».
En algunas glosas aparecen relacionados directamente con la idea de vasos sanguíneos, pero en otras parecen indicar tendones o músculos, mientras que en otras se refieren a troncos nerviosos.
Curiosamente, tal como ocurre en China con los canales meridianos chinos, los metu participan de todas esas características, por sus interrelaciones funcionales, estructurales y anatómicas. Sin embargo, como veremos no son músculos, ni vasos sanguíneos, ni nervios, sino que la definición más cercana es la de «meridiano», tal como lo entienden en la antigua medicina china, que incluye a todos los conceptos anteriores.
Para las medicinas clásicas el hecho fundamental era el movimiento energético, que podía expresarse en distintos planos: funciones, inmunidad, nutrición, energía pura, o «energía materializada», es decir, la sangre y otros fluidos. El hecho fundamental consiste en entender claramente que el llamado «soplo vital» de los chinos, o el «pneuma» de los griegos, no era pura y llanamente "aire", sino una función vital energética. Cualquiera que haya visto degollar a una gallina o cualquier otro animal, puede ver claramente la sangre saliendo de los vasos sanguíneos. Si hay alguna estupidez humana, es la de pensar que los antiguos no tenían ojos para ver ni capacidad de razonamiento.
Cuando definimos una función, como por ejemplo la "Inmunidad", además de referirnos a los anticuerpos y a los leucocitos, también incluimos una gran cantidad de factores asociados: estado de la piel, regulación de la temperatura corporal, la capacidad de adaptación frente al estrés físico y psicológico, el estado de nutrición, las enfermedades debilitantes, la anemia, el estado mental, los factores climáticos, etc., etc.
De la misma manera cuando los chinos hablan de «soplo o aliento vital» se refieren con ello a la concreción en el ser humano, dentro de ciertas estructuras, de un conjunto de mecanismos que mantienen, adaptan y transmiten la vida. Todo este conjunto se expresa de una manera «abstracta» en los llamados meridianos, lugares geométricos de síntesis de diversas funciones que van desde lo puramente energético hasta productos de índole física tales como la sangre y otros líquidos.
Según los papiros médicos los metu:
- Canalizan diversas sustancias: sangre, aire (aliento vital), mucosidad, bilis, etc.
- Pueden ser atacados por enfermedades.
- Ellos mismos pueden ser el origen de enfermedades.
- Se puede actuar sobre ellos, manipulándolos.
- Pueden vehiculizar medicinas.
- Las enfermedades se conciben como enemigas de los metu.
Lo sorprendente es que todas las anteriores características son exactamente iguales a las que la medicina china atribuye a los meridianos o canales energéticos chinos.
Se describen diversos tipos de alteraciones de los metu:
- Eretismo, es decir, excitabilidad o irritabilidad (papiro Ebers, 84-14 y 80-18).
- Transgresión o ataque a los mismos por agentes climáticos (papiro Anastasi IV, 13-6).
- Ataques por entidades enemigas externas. El jeroglífico que representa a estos enemigos externos se acompaña de un signo determinante que representa a gusanos o seres que reptan. En China, con un ideograma parecido, que también representa a seres que reptan o gusanos, se llama así al ataque por la llamada «energía perversa del viento».
- Debilitamiento o decaimiento de su energía vital: (papiro Ebers 82-21).
- Puede estar cortado o herido: (Ebers 109-14; 109-11; 106-17 y 18).
- Puede presentar hinchazones (papiro Hearst VIII-13).
- Puede presentar estados de vacío, o debilidad energética: (papiro Ebers 82-16).
También nos asombra que todos los anteriores conceptos se correspondan paralelamente con las mismas modalidades en la medicina china:
- Eretismo o plenitud.
- Ataque por energías perversas climáticas.
- Ataque por Viento Perverso.
- Debilitamiento.
- Herida u obstrucción (que se interpreta como corte en la circulación del mismo).
- Hinchazones, como consecuencia de la acumulación de flegma o humedad, debido a la paralización de la circulación por energías perversas.
- Vacío.
Con respecto al tratamiento o acciones sobre los metu, encontramos así mismo las mismas estrategias, como podemos ver en el siguiente cuadro:
EGIPTO | CHINA |
---|---|
Dar vida a los metu | Revitalizar los meridianos o tonificar |
Hacer prosperar a los metu | Tratamiento de los puntos Iong o de aceleración |
Asentar y suavizar los metu | Apaciguar la energía del meridiano. Equilibrar |
Refrescar los metu | Refrescar, enfriar los meridianos o Dispersar. |
Reafirmar los metu | Reafirmar los meridianos. |
Hay que señalar, aunque solo sea una curiosidad (?), que el jeroglífico egipcio y el ideograma chino primitivo para la palabra río, canal o metu es el mismo en ambos casos:
Hay muchos otros detalles que llaman nuestra atención, como por ejemplo el mismo número y recorrido de los metu en comparación con el número y recorrido de los meridianos chinos, etc.
Sabemos que no existieron contactos directos entre China y Egipto en la antigüedad más remota, aunque en tiempos posteriores sí que los hubo con la India, que quizás sirvió de transmisor de algunos de estos conceptos o técnicas, pero es algo muy improbable, pues no hay ningún otro signo de intercambio. No obstante, el futuro quizás nos depare sorpresas, como está ocurriendo con los recientes estudios sobre los famosos guerreros de terracota chinos, en los que los arqueólogos han encontrado técnicas y estilos propios de la Grecia antigua.
Más bien creo que pudo haber un fondo común, una herencia recibida de algún otro lugar, e interpretada de manera diferente en China y en Egipto, pero con aspectos similares al mismo tiempo.
En todo caso, los conceptos que tenemos sobre las terapias utilizadas por los antiguos egipcios, deben cambiar para dar cabida a una interpretación diferente de la que fue considerada una de las ciencias médicas más importantes del pasado.
Notas:
- Sacerdote de Sejmet: podríamos considerarlos como los ancestros de nuestros modernos cirujanos y traumatólogos
- Los Egipcios distinguían dos corazones: el corazón Ib que, como en China, representa las funciones mentales; y el corazón Haty, que se corresponde con el concepto occidental moderno de corazón, o sea el impulsor de la sangre por medio de latidos.