domingo, septiembre 8

Geografía Sagrada de Egipto III

 Los 4 Navegantes del Cielo



En el anterior artículo establecimos las relaciones fundamentales con las estrellas, con las direcciones del espacio, y con la Vía Láctea y el Nilo. Ahora nos adentraremos un poco más en el entendimiento de las cuatro direcciones del espacio. 

Hace más de 5.000 años —cuando probablemente aparecieron los primeros rudimentos del sistema zodiacal que hoy utilizamos (lo cual no significa que no hubiese nacido antes)—, cualquier observador de la bóveda celeste podía visualizar entre las 25 estrellas más brillantes cuatro que eran de gran importancia. Estas estrellas fueron llamadas por los persas las Estrellas Reales, pues no sólo su posición, sino también su aislamiento y brillo las hacía especiales.

 Cada una de ellas ocupaba uno de los puntos cardinales. Su ascenso heliacal estaba separado por 6 horas, por tanto marcando los cuatro cuartos del día. Así mismo, marcaban las estaciones, apareciendo alternativamente en el cielo como estrellas dominantes. Estas cuatro estrellas eran Aldebarán, Antares, Formalhaut y Regulus.


Aldebarán"El Seguidor", llamada así por seguir la estela de las Pléyades, es la estrella más luminosa de la constelación de Tauro, alrededor de 5000 a.C. señalaba el equinoccio vernal o de primavera. Era la estrella centinela del Este. Su animal simbólico era el Toro.

Antares, "El Rival de Ares", nombre quizá relacionado con el Mito del Escudo de Heracles, es una estrella gigante roja situado en el corazón de la constelación de Escorpio. Era la estrella centinela del Oeste. Su animal simbólico era la Serpiente o el Águila.

Regulus, "El pequeño Rey", siempre asociada a la idea de realeza. Quizá su nombre está en relación con aquella otra estrella que era su auténtica alma y potencia: Sirio, el Gran Rey. Es la estrella del corazón de Leo, la centinela del Sur. Su animal simbólico era el León.

Formalhaut, "La Boca del Pez", es la estrella más brillante de la constelación de Piscis Austrinus, constelación a la que se representaba como recibiendo el agua de Acuario. El gran brillo de esta estrella, y el hecho de que ocupase la misma longitud que Sadalmelik, la estrella alpha de Acuario, que era mucho menos brillante, hizo que Formalhaut fuese tomada como referencia en la dirección gobernada por Acuario. Era pues, la estrella centinela del Norte, siendo su símbolo la cara de un hombre. Una síntesis de estos cuatro elementos, estrellas, constelaciones y direcciones es precisamente la típica esfinge cabalística:

Antes de proseguir, hay que hacer una aclaración. Las direcciones del espacio, su representación, tal como hoy en día se puede ver en los mapas, está "cambiada" con respecto a las direcciones clásicas. Tanto en Egipto, como en la China antigua, la forma natural de orientarse es mirando de cara al Sur, o sea siguiendo con la vista el curso del Sol durante el día. A la derecha quedaría el Oeste, a la izquierda el Este, y detrás de nuestra cabeza estaría el Norte. De ahí que en esta representación el León, o sea el Sur y el verano, queda arriba, o sea enfrente, estando nosotros situados en el medio del círculo. El Norte estaría a nuestras espaldas, representado aquí por la cabeza humana. El Águila sería el Oeste, y el Toro el Este. Lo mismo ocurre con las representaciones chinas de los Elementos.

Entre los babilonios, y sus sucesores, hebreos y cristianos, se asignó cada uno de esos animales mitológicos a un Arcángel. Son los cuatro querubines, o también serafines (las serpientes de fuego) Así a Leo le corresponde Miguel (fuego) y el sur; a Acuario le corresponde Gabriel y el norte (agua); a Tauro Uriel y el este (aire); y a Escorpio Rafael y al oeste (tierra). Este sistema representaba pues las cuatro direcciones del espacio, los cuatro elementos y los cuatro animales mitológicos protectores de las cuatro zonas de la tierra. 


De hecho es una correspondencia similar a la de los Cuatro Budas que están a cargo de las cuatro partes de la Tierra, o también a los Cuatro Reyes Celestiales de la tradición hindú y china. Estos cuatro reyes celestes son los guardianes del mundo y residen en las laderas del Monte Meru, una especie de montaña olímpica mítica. 


Cada uno de ellos lidera un ejército de seres sobrenaturales que les ayudan a luchar contra los demonios. El Rey del cuarteto es Shakra Devanam Indra (El Señor Poderoso Jefe de los Dioses) y los cuatro son respectivamente:

Vaishravana, Rey del Norte, preside el invierno, y es el caudillo de los otros tres
Virudhaka, Rey del Sur, preside el Verano.
Dhritarashtra Rey del Este, preside la Primavera.
Virupaksha, Rey del Oeste, preside el Otoño. 

También en el Antiguo Egipto estas 4 estrellas estaban simbolizadas por Los 4 Bellos Timoneles del Cielo, tal como puede verse en el Libro de los Muertos, que a su vez estaban relacionados con los 4 planetas rectores de las 4 direcciones:

1. El Timonel del Este, relacionado con Marte.
2. El Timonel del Oeste, relacionado con Saturno
3. El Timonel del Sur, relacionado con Júpiter
4. El Timonel del Norte, relacionado con Mercurio

Los 4 Timoneles o Navegantes en el Papiro de Ani

El quinto planeta conocido por los egipcios era Venus, lo llamaban “El Neter de los Neterus” (el dios de los dioses), también era llamado “El dios de la mañana” y el “Señor de la Duat”, y entre sus jeroglíficos se incluía el Fénix y el símbolo de Osiris. 

En muchas tradiciones antiguas el planeta Venus estaba relacionado con el planeta de los que auxilian a la humanidad: Quetzatcoatl en América, los Manasaputras o señores de la Mente, en la India, los Agnisvasthas, o señores del Fuego (mental), Prometeo, el que trajo el fuego mental al hombre, en Grecia, e incluso el mismo Jesucristo que también se identifica con dicha estrella, (Apocalipsis 22:16) cuando dice "Yo, Jesús, [...] soy [...] la estrella resplandeciente de la mañana." Y en el Corán, en la Sura Al-Tariqu, 86, se dice acerca de Venus lo siguiente:

Es la estrella de brillo penetrante.: (86:3).
ٱلنَّجْمُ ٱلثَّاقِبُ
de hecho cada alma tiene un guardian sobre ella (86:4).
إِن كُلُّ نَفْسٍۢ لَّمَّا عَلَيْهَا حَافِظٌۭ


Venus (Denderah), encima del cayado de Anubis que porta
está el jeroglífico de su nombre, el Neter de los Neterus

Desde los tiempos más remotos existía otro símbolo que también representaba estas cuatro direcciones del espacio, y aún más, se relacionaba con el polo celeste. Se trata del famoso Anj, o Cruz de la Vida. Quizá se trate de uno de los símbolos más antiguos y más ampliamente difundido, incluso hoy en día. Aparece frecuentemente en las manos de los dioses egipcios y como forma de ofrenda. Sus significados son muchos, pero aquí nos limitaremos a la clave astronómica, aunque existen 6 claves más. 

Su parte superior representa un círculo, en realidad una puerta de acceso, en un sentido y en el otro. Es una evolución de otras formas primitivas en ls que el círculo correspondía al jeroglífico “re”, que representa tanto una boca, como también una apertura o entrada. En este caso se trata de la puerta del cielo. Este círculo se asienta sobre una cruz: los 4 elementos, las 4 direcciones del espacio, y por supuesto las 4 estrellas cardinales, y en tiempos posteriores también las 4 constelaciones cardinales, Tauro, Libra, Leo y Acuario. 

El Anj es también una forma elaborada o evolucionada a partir del "nudo" o "lazo" que aparece también en las manos de los dioses, especialmente de Isis, y alrededor del cuello de Anubis, "el que abre los caminos". 

Ese círculo del lazo es precisamente el círculo polar, al que todas las cosas están atadas. Por eso, en las representaciones del polo celeste, un elemento fundamental era el llamado "Punto de Amarre", o sea el punto geométrico alrededor del cual gira el polo celeste, y que posee al mismo tiempo la idea asociada de "el lugar de atraque o fijación", como los barcos en el puerto. En la representación aquí abajo, tal como puede verse, ese Punto de Amarre o eje cónico aparece en la mano de la diosa hipopótamo. Se trata de una representación egipcia del polo norte y sus estrellas:

Constelaciones Circumpolares y en rojo el "Polo de Amarre"

En tiempos posteriores, en la época copta, aparecen representaciones evolucionadas a partir del Anj,  como la siguiente:


Hay formas evolucionadas de este símbolo Anj, que pueden verse también en el lábaro del emperador Constantino, posteriormente transferido a la Iglesia cristiana, como las "llaves de San Pedro" y símbolo del poder de los Papas. 

Lábaro de Constantino


La Insignia Papal


Supuestamente, quien posee la clave de la entrada al otro mundo celeste, sería el poseedor de la Cruz de la Vida Egipcia, el Anj, o bien quien controla el acceso al Polo Celeste, o sea el acceso a las Estrellas Imperecederas y por tanto a la inmortalidad, el Osiris triunfante. O también, en tiempos modernos, quien tiene las "llaves del cielo", como cree la iglesia cristiana y que se atribuyen los papas, aunque más bien parece que la perdieron hace mucho tiempo.

En todos estos casos la idea base es la misma, las cuatro direcciones, como claves o fundamentos, o incluso llaves del cielo, que permiten entrar en el misterio representado por el polo celeste. El significado fundamental permanece, el Anj es la Cruz de la Vida, porque siendo el acceso o puerta a las Estrellas Imperecederas, es por tanto un símbolo de la Inmortalidad.

Continuará