miércoles, enero 18

Anatomia Oculta II - La Tradición Egipcia

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ANATOMIA OCULTA II

La Tradición Egipcia

Hay establecidas por parte de muchas culturas relaciones especiales, de correspondencia o simbólicas entre las distintas partes del cuerpo y elementos astronómicos, o de otra índole.

Por ejemplo, en el anterior Papiro de Ani, sacerdote y escriba real del templo de Karnak, para quien le fue preparado un maravilloso papiro de varios metros de largo con las recitaciones canónicas del Libro de los Muertos, en uno de sus capítulos se representan a 21 deidades, cada una de ellas correspondiéndose, según dice el texto en su parte superior, con una parte específica del cuerpo. Se trata más bien de “sacralizar” cada parte del cuerpo al relacionarla con un dios y sus poderes. En el Occidente cristiano esta relación se hizo atribuyendo a los restos santos, sus relicarios, facultades protectoras y curativas. Así por ejemplo, el rey Felipe II, llego a acumular hata 800 piezas de relicarios, prácticamente todo el santoral.

Pero hay otras imágenes del Libro de los Muertos que relacionan realmente la “anatomía interna o sagrada” del ser humano con aspectos desconocidos. La Simbología universal también relaciona los árboles con los hombres, y a los bosques con las logias. Por otro lado, las serpientes también poseen una conexión con ambos, con los árboles y con los hombres, tal como sucede en la Biblia y en la tradición asiática en general. Unas veces las serpientes ejemplifican el Mal, y otras a la Sabiduría y el Bien.

En el Antiguo Egipto ese doble papel de la serpiente y su relación con el árbol (hombre) está presente también. Las serpientes representadas son fundamentalmente de dos tipos, la serpientes que se arrastran ondulantes, cuyo mayor exponente es Apep, la serpiente que amenaza la barca solar de Ra, y las serpientes verticalizadas, la que aparece entre los símbolos del faraón y de la que habla el Libro de los Muertos Egipcios como capaces de despertar tremendas fuerzas en el iniciado.

La primera, por tanto, es una serpiente terrenal, apegada a lo de abajo, y por su naturaleza física y material, es una amenaza de lo espiritual, es la principal amenaza de la luz solar. Es tal el sobrecogimiento moral que produce que, cuando se las representa en las tumbas, su cuerpo aparece clavado con múltiples cuchillos, como si se quisiese evitar que surgiera de la pared donde está representada y pudiese así amenazar a los seres vivos.

Para los egipcios, incluso en el mismo Libro de los Muertos, la imagen es fundamental, es lo que posee la fuerza mágica, mucho más que las palabras, de tal manera que en los papiros se disponen secuencias “canónicas” de imágenes, según los modelos de los artesanos artistas de Deir el Medineh, y si no hay espacio suficiente en el papiro, los versos se amputan o se acortan, sin importar demasiado, siempre que la imagen se respete.

La serpiente vertical por contra representa el estado de Atención y Alerta, el estado de Despertar Espiritual, y por ello aparece sobre la frente del iniciado, en relación con el ojo de Ra, o el Ojo Espiritual o Despertar. También aparece frecuentemente al lado un buitre, que nos es más que una “serpiente alada” si nos fijamos en la forma de su cuello. Son las mismas diosas Isis y Nepthys, como “Uraeus”, representadas como serpientes protectoras de Osiris.

En esta imagen del Libro de los Muertos podemos ver ilustrada esta relación entre luz solar, árboles, bien y mal, y la serpiente:

El Gran Gato es una representación de Ra, o sea la luz solar como Luz Espiritual, y la espada que porta en su mano es la espada que ajusticia, o sea que ajusta o hace lo necesario, corta la cabeza de la serpiente terrestre, que en esta imagen y en la siguiente aparece asociada al árbol, el mismo ser humano.

El jeroglífico utilizado es el siguiente:

La idea expresada en el mismo es la de “cortar”, “separar”, y la ilustración muestra que lo que se hace es cortar el sacro, o hacer un “sacrificio” o sacro-oficio, o sea la tarea de liberarse de lo inferior, simbolizado en dicho hueso por poseer éste relaciones con el nacimiento en lo terrenal y con las funciones sexuales. La forma de la columna vertebral, nos presenta las dos formas de la serpiente, la terrenal y la cobra con la cabeza erguida.

La serpiente “liberada” de su carga terrenal se convierte así en la Serpiente Sagrada (Sacr-ada).

¿Y el árbol, dónde está el árbol en el ser humano? Serpiente y árbol están dentro del ser humano, allí yace la serpiente del bien y del mal, la que mira hacia abajo y hacia arriba según nuestras acciones y evolución personal. Porque el árbol es el ser humano, con sus raíces en el cielo y sus ramas en la tierra.

Continuará

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