sábado, febrero 29

Conócete a Ti Mismo IV - "El Quinto Elemento, la Épsilon del Mandato Délfico"

El Quinto Elemento, la Épsilon del Mandato Délfico


Observemos de nuevo a la naturaleza, y prestemos atención al hombre. El hombre se destaca del resto del mundo animal de forma clara. Y no se trata aquí de una visión antropocéntrica, sino zoológica: todos los animales ocupan un nicho biológico, sobreviven y ayudan a sobrevivir a otras especies, lo cual es lógico, porque la biosfera es en sí misma un ser vivo, con sus tejidos y órganos complejos, del que la ecología ha hecho objeto de estudio. Este ser vivo, la biosfera, tiene también su propósito, y sus mecanismos de adaptación, que se reflejan en las leyes ecológicas. Las especies que no cumplen esas leyes, tarde o temprano son barridas del mapa de la vida en la tierra. 

Y precisamente el hombre se distingue por una contradicción permanente: a pesar de formar parte de esa biosfera, su comportamiento se ha caracterizado a lo largo de la historia en desligarse de ella, e incluso oponerse a sus leyes. De alguna manera esa independencia con respecto a las leyes naturales, está íntimamente unida a otro factor importante, la capacidad del hombre de acelerar su paso evolutivo, de controlar sus propios procesos evolutivos.

Desde luego que alguien podría señalar que ese comportamiento "antinatural" del hombre, forma también parte de la naturaleza. Pero eso no sería más que un juego de palabras, o bien estamos hablando de dos términos distintos, naturaleza entendida como el “medio natural en la tierra”, y naturaleza como “el fin último o naturaleza universal o sentido de la vida”, que aparentemente puede ser contradictorio con la anterior definición. No obstante, eso sería trasladar a otra dimensión el sentido de lo natural, o sea a lo supernatural, que es precisamente lo que el cientifismo materialista trata de evitar. 

viernes, febrero 28

Conócete a Ti Mismo III - "Evolución y Conciencia y los 4 Elemetos"

EVOLUCIÓN Y CONCIENCIA y LOS 4 ELEMENTOS



Los conceptos clásicos sobre el mundo manifestado y sus seres,  casi de manera universal, aunque con variantes propias en cada pueblo y civilización, tienden a ver la creación y las criaturas que contiene como expresión evolutiva de los seres a través de la experiencia en cuatro estadios sucesivos. Estos estarían representados simbólicamente por los llamados cuatro elementos, tierra, agua, aire y fuego.

El primer estadio, lo denso y físico, o sea la "tierra", estaría representado por los minerales y todo lo sólido y material que nos rodea. 

El segundo estadio correspondería a lo vital y energético en todas sus expresiones, o sea el plano del "bios" o "Agua", se podría ejemplificar en el mundo vegetal. 

El tercer estadio o plano correspondería a lo emocional sería la aceptación o el rechazo, el acercamiento o alejamiento de lo que puede "gustar" o "desagradar", es decir lo que conviene o no  de manera instintiva al ser. Es un comienzo de conciencia del yo propio, que se separa del mundo y que ama u odia, todo ello simbolizado en el símbolo "Aire": la atmósfera emocional que rodea al ser. Su ejemplo primario es la conciencia animal. 

Finalmente en el cuarto estadio está la inteligencia, la mente, de la que no solo el hombre está dotado, sino también el animal, aunque en menor  medida. Su capacidad de clarificar, de iluminar y de transmisión, fue simbolizada por el Fuego.

Conócete a Ti Mismo II - "El Conocimiento de Sí Mismo y lo Moral"

El CONOCIMIENTO DE SI MISMO Y LO MORAL

Si en una hoja de papel, arreglado en tres columnas, anotásemos en la primera nuestros datos personales (trabajo, títulos, lugar de nacimiento, nombre, etc.), en la segunda columna nuestras carencias o faltas, y en la tercera nuestras buenas cualidades o virtudes, se nos haría evidente que si quisiéramos que alguien nos conociese íntimamente como seres humanos, la columna menos importante sería la primera, la de los datos personales, siendo por otro lado fundamental para llegar a ese conocimiento la segunda y la tercera, aquellas que tratan de los poderes del alma que poseemos y los que nos faltan.

Conócete a Tí Mismo I - "La Épsilon de Delfos"

Conócete a Ti Mismo y la Épsilon de Delfos

Conócete a Ti Mismo, La E de Delfos, Nada en Exceso
En el medio de la turbulencias del último y del presente siglo, de la aceleración del tiempo, aún más rápido que nuestra capacidad para comprender e integrar tanto cambio en tan poco curso de vida, se hace necesario una vez más, como en todas las épocas de crisis, serenarse y buscar de nuevo las claves esenciales para poder continuar nuestro camino.

De igual manera que es relativamente fácil meditar en el medio de la noche y el silencio, mientras que por el contrario se hace difícil e incluso imposible en medio del ruido callejero, en el metro o conduciendo un coche, por esta misma razón la capacidad de introversión del ser humano se ha visto fuertemente mermada durante las ultimas centurias. 

En pasadas épocas el escenario que rodeaba al hombre era limitado: colores, sabores, ropas, escenarios y paisajes, costumbres y fiestas, hábitat y actividad laboral estaban bien reglados, eran simple y persistentes, sin modificaciones importantes a lo largo de varias generaciones. Era relativamente fácil abstraer la conciencia partiendo de ese medio controlado y bien conocido.  Por el contrario, la agitación y aceleración que padecemos hace que cada vez sea más difícil asimilar y adaptarse a las novedades tanto en el campo de la tecnología como en el de la cultura y el arte. Apenas comenzamos a dominar una nueva área de conocimiento cuando ya éste se ha vuelto obsoleto. 

jueves, febrero 27

El Sufismo Universal IV - "El Sufí Universal"

EL SUFÍ UNIVERSAL


La aspiración última, la unión con Dios, en el sufí trasciende toda ortodoxia, todo lazo con la letra muerta de las religiones y el pensamiento. A través de una firme y constante disciplina el sufí trasciende finalmente toda disciplina vulgar.

El gran místico Al Hallaŷ decía:
 "He meditado acerca acerca de las denominaciones confesionales, esforzándome por comprenderlas, y las considero como un Principio Único, con numerosas ramificaciones…"
El gran maestro sufí español Ibn Arabi expresa esa universalidad así:
Mi corazón es capaz de todas las formas:
Es un alimento para las gacelas;
un convento para los monjes cristianos
un templo para los ídolos.
La Kaaba del peregrino; la Toráh y el Corán.
En cuanto a mí, sigo la religión del Amor.
Cualquiera camino que siga el camello en su caravana,
allí está mi religión y mi fe

El Sufismo Universal III - "Doctrina del Ojo y del Corazón en el Islam"


DOCTRINA DEL OJO Y DEL CORAZÓN EN EL ISLAM

Frente a la ortodoxia islámica que mantiene la sola existencia de un Corán literal, los sufíes sostienen en sus cartas, tratados y oraciones, que la Inteligencia (la razón humana) no puede alcanzar el verdadero conocimiento de Dios; que sólo el corazón es el que conoce la esencia de todas las cosas, el cual, cuando la Fe lo ilumina y el Conocimiento lo alumbra, refleja el contenido total del Pensamiento divino.

Dijo el Profeta: "Mi Tierra y mi Cielo no me comprenden, 
en cambio estoy encerrado en el Corazón de mi fiel Servidor”.

“¿Cómo podría conocer el hombre a Dios? No a través de los sentidos, pues Él es inmaterial, no por el entendimiento, porque es impensable, la lógica nunca trasciende lo finito. La filosofía sólo contempla lo dual. La ciencia de los libros estimula y fomenta la ilusión del yo y oscurece la Idea de la Verdad entre nubes de vanas palabras. ¿Conocéis un nombre al cual no responda alguna cosa? ¿Habéis arrancado, una vez, rosa de Rosa?. Si pronunciáis su Nombre, id en busca de la Realidad a que se refiere la palabra. Buscad la Luna en el Cielo, no en el Mar. Si queréis elevaros por encima de los meros nombres y letras, libraos de vosotros mismos, y de un solo tajo purificaos de todos los atributos del "yo" para que así podáis contemplar vuestra propia esencia de Luz.

¡Oh! sí, mirad en vuestras corazones y ved allí el Conocimiento del Profeta (su esoterismo), sin libro, sin preceptos y sin guía. Este conocimiento le viene al hombre por Iluminación. Mirad en vuestros corazones -nos dice el sufí- porque el reino de Dios está dentro de vosotros."

Yalāl ad-Dīn Muhammad Rūmī 
جلال‌الدین محمد بلخی

El Sufismo Universal II - "Sufismo e Islam"

SUFISMO E ISLAM


La historia cuenta que Mahoma era un hombre iletrado, pero según la tradición recibió  la orden de l arcángel Gabriel de poner en "letras", o sea de "re-velar” el mensaje de Dios, adaptándolo a un mundo necesitado no sólo de una religión sino también de una organización social.

Podríamos preguntarnos si cuando Mahoma se opuso a "escribir" el Corán porque no conocía las letras, si se trataba más bien de la dificultad para expresar unas enseñanzas profundas y esotéricas en un sistema exotérico y a la vez oculto a los ojos del vulgo. 

Ninguno de los grandes sabios y maestros, desde Cristo hasta Buda o Krishna, escribió ni una sola página. Cabe preguntarse si la razón estriba en que todos ellos fiaron más en la enseñanza viva a sus discípulos, al tiempo que desconfiaban de la letra muerta. 

Corán, Sura Al 'Alaq
El Corán siempre fue considerado como máximo exponente de la lengua árabe, era tenida por este pueblo como uno de los dones de Dios. Ciertos autores sufíes llamaron la atención sobre el hecho de que la lengua árabe en su sistema contiene valores numéricos cabalísticos. A propósito de lo cual también sería oportuno señalar las llamadas letras misteriosas que aparecen al comienzo de las suras y que hasta ahora nadie ha sabido explicar. ¿Contienen claves sobre la correcta lectura del Corán? De hecho en el Corán aparecen todo un conjunto de signos, que codifican la forma exacta de entonación y lectura, que no existe en otros libros árabes, ni aún los clásicos.

miércoles, febrero 26

El Sufismo Universal I - La Verdadera Naturaleza del Sufismo


Alguien preguntó a uno de los sabios ancianos de Damasco ¿Cuál es la verdadera naturaleza del sufismo?. A lo que éste respondió:
 "Tiempo atrás los sufíes eran un núcleo de hombres universales, preocupados por las cosas perecederas, pero íntimamente satisfechos. Ahora externamente están satisfechos, pero íntimamente preocupados..."

El Sufismo es ese venero filosófico, esa sabiduría universal que entre las rendijas de las mil y una ortodoxias vierte el oro líquido de la teosofía, de las resonancias ocultas de esa gran Religión Universal de la que H.P. Blavatsky hablaba, aparentemente desnuda a la vista de todos, pero con sutiles velos que finalmente la ocultan a los ojos de los inquisidores de siempre. Esta podría servir como una de las significativas definiciones del sufismo universal, pero en realidad muchas otras existen, y eso precisamente nos indica la imposibilidad de encontrar una totalmente satisfactoria.