viernes, abril 25

Alquimia y Transformación Espiritual: Un Puente entre lo Terrenal y lo Divino

Alquimia y Transformación Espiritual: Un Puente entre lo Terrenal y lo Divino 

 

Introducción: El Enigma Universal de la Alquimia 

Aunque sus orígenes se pierden en la bruma del tiempo, la alquimia ha trascendido fronteras y culturas, tejiendo un hilo común entre civilizaciones distantes. ¿Cómo explicar que pueblos sin contacto entre sí —desde China hasta Egipto— desarrollaran principios similares? Esta coincidencia sugiere que la alquimia no fue un mero arte químico, sino un lenguaje universal de transformación espiritual. 

China: El Tao de la Longevidad y los Campos de Cinabrio 

Enraizada en el taoísmo, la alquimia china prometía no solo la inmortalidad y la sabiduría, sino también la maestría sobre la energía vital (qi). Los sabios describían tres Campos de Cinabrio —centros energéticos ubicados  a la altura del ombligo, del pecho y de la frente—, donde convergen las fuerzas yin y yang. Mediante el despertar de un "fuego interno", estas energías ascendían por la columna vertebral, activando poderes superiores. Aquí, la anatomía humana se fusionaba con lo divino, revelando un mapa alquímico del cuerpo como templo. 

India: Kundalini y la Medicina Siddha 

En el sur de India, la tradición Siddha vinculaba la alquimia con el despertar del kundalini: una serpiente ígnea que, al ascender por la columna, activa los chakras o centros de energía sutil. Paralelamente, el mercurio —considerado un elixir— se empleaba en preparados medicinales. Las corrientes energéticas Ida y Pingala (equivalente a yin y yang) simbolizaban en su ascenso el despertar y el equilibrio entre lo material y lo espiritual, guiando al adepto hacia la iluminación. 

Egipto: Thoth, el Oro Divino y el Ojo de Ra 

La cuna de la alquimia —etimológicamente ligada al término QmA (fundir metales)— floreció bajo el patrocinio de Thoth, dios del conocimiento. Los egipcios veían en el “oro” (Nub) un símbolo de perfección corpórea y espiritual, atributo de los dioses. El proceso de osirificación —convertirse en un Osiris o iniciado— implicaba activar el Ojo de Ra en el entrecejo, representado por dos serpientes (cobra y buitre, éste último simbólicamente es una serpiente “alada”) que ascendían desde la columna. Este rito, ligado a Ptah (dios creador y jefe de los misterios del fuego), unía la metalurgia con la trascendencia: el sumo sacerdote de Ptah, "Jefe de Artesanos", dominaba tanto los metales así como los misterios del alma. 

La Síntesis Medieval: Electrum y la Piedra Filosofal 

Los alquimistas medievales heredaron de Grecia y Egipto el concepto del electrum (ashmon), una aleación de metales con diferente potencial eléctrico (por ejemplo, plata y plomo, plata y cobre, cobre y oro) que no sólo simbolizaban el equilibrio entre lo superior y lo inferior del ser humano, sino que además recibía el nombre de “electrum” porque al conectar esos dos metales se generaba una corriente eléctrica. Esta "aleación humana" —analogía del sistema nervioso que conecta lo superior y lo inferior— era la clave para la Gran Obra alquímica: transmutar la "tierra negra", lo inferior y material, en piedra filosofal, el hombre glorificado, el Osiris vivo, conectar el metal superior (lo espiritual) con el metal inferior (lo material en el ser humano).

Al comienzo de la Obra Alquímica, las representaciones medievales, sitúan al llamado “Rebis”:

El término Rebis significa “El que busca y conoce”, es decir es aquello que participa de lo superior y de lo inferior, que investiga y busca, lo que hay de divino y de animal en el ser humano, tanto de  hombre como de mujer: su mente filosófica. El Rebis encarna la búsqueda desde la unión interior con una mente inquisitiva capaz de mediar entre lo divino y lo terrenal.

Alquimia Moderna: Ciencia y Conciencia 

El principio de incertidumbre de la física cuántica revela lo que los alquimistas intuían: para comprender y dominar la materia, el hombre primero debe transformarse a sí mismo. La verdadera "piedra filosofal" no es un objeto, sino el ser humano perfeccionado —un electrum que encarna ideales como la Justicia, la Belleza y la Verdad— actuando sobre el mundo material. Así, la misión alquímica persiste: elevar la conciencia individual para irradiar armonía colectiva. 

Conclusión: El Legado de Oro 

¿Qué mundo queremos construir? La respuesta yace en nuestro interior. Como antaño los faraones, portadores del título de "Halcón de Oro", el ave divina y celeste manifestada en el mundo, hoy estamos llamados a ser puentes entre los arquetipos celestiales y la tierra. Solo quien cultiva la paz en sí mismo puede sembrarla en el mundo; solo quien encarna la justicia, la compresión o la belleza, puede legarlas a la humanidad. La alquimia, más que un arte olvidado, es un mandato eterno: transmutarnos para transmutar el mundo. 

 

domingo, abril 20

Estética Metafísica - El Valor de Trascender los Límites

ESTÉTICA-METAFÍSICA

El Valor de Trascender los Límites

Abordamos en este tema una de las áreas más complejas y vastas de la actividad humana: el arte y la estética. Este campo abarca desde aspectos puramente culturales y religiosos hasta expresiones utilitarias, artesanales, arquitectónicas, plásticas y musicales, entre muchas otras.

Prácticamente cualquier actividad humana puede vincularse, en mayor o menor medida, con aquello que denominamos arte y estética. Delimitar su ámbito conceptual resulta difícil, así como también lo es aproximarse a su estudio. Comprenderlo exige múltiples perspectivas simultáneas: época histórica, tipo de arte o elementos estéticos presentes, diversidad cultural y nacional, enfoques religiosos o laicos, propósitos utilitarios o contemplativos, entre otros. 

Esta complejidad explica por qué, para algunos, el tema resulta confuso, mientras que otros, adoptando un enfoque reduccionista, lo interpretan de forma parcial, como es el caso de quienes ven el arte exclusivamente desde la óptica del llamado "arte institucional", lo cual refleja una cierta pobreza intelectual contemporánea:

El Arte Institucional

Extracto del libro Música, Arte y Metafísica – Ensayos de Estética Filosófica de Jerrold Levinson:

“La cuestión de qué hace que algo sea arte es probablemente la más venerable en estética. ¿Qué es lo artístico de una obra de arte? ¿Dónde reside? Sin duda nos gustaría saber…”

“Después de rechazar numerosas propuestas filosóficas —desde Platón hasta la actualidad— por su estrechez, parcialidad, inflexibilidad, vaguedad o circularidad, parecería que la pregunta queda sin respuesta, e incluso se sospecha que es incontestable.”

“Sin embargo, en años recientes se ha retomado esta cuestión, y se le ha dado una respuesta novedosa: la teoría institucional del arte. Según esta teoría, una obra es arte porque ocupa un lugar específico dentro de una institución artística que así lo define.”

Hemos llegado de esta manera a definir el arte por el lugar en el que aparece, y no por su contenido o mérito intrínseco (Sic transit gloria mundi...

De la Estética a la Metafísica

Arte y Estética no son sinónimos, aunque están profundamente relacionados. Comencemos por comprender qué se entiende por Estética:

La estética se define como una rama de la filosofía centrada en el conocimiento adquirido a través de los sentidos y en el estudio de sus características.

Se considera que la estética occidental nace con la obra Aesthetica (1750) del filósofo alemán Alexander Gottlieb Baumgarten, quien establece su vínculo con la filosofía.

El desarrollo de la estética occidental se ha enfocado en el análisis de la percepción, su impacto en la mente y los juicios derivados de ella. Sin embargo, en otras culturas también ha existido un profundo interés por lo estético, aunque desde perspectivas diferentes. 

Veamos algunos ejemplos de otros enfoques culturales:

Transmisión Esotérica – Japón

El sacerdote budista Kukai (774–835) relata:

“El abad me informó que las escrituras esotéricas son tan abstrusas que su significado solo puede transmitirse a través del arte. Por ello, ordenó al artista de la corte Li Chen y a una docena de pintores crear diez rollos de los mandalas de la Matriz y del Diamante.”

Refinamiento y Educación – La Caligrafía China

La caligrafía china no es solo un medio de comunicación, sino una disciplina espiritual. Su práctica requiere experiencia, meditación, penetración y sensibilidad. Forma parte esencial de la educación clásica del noble.

Religiosidad – El Arte Árabe-Musulmán

La prohibición de representaciones figurativas en el Islam llevó al desarrollo de formas geométricas y composiciones caligráficas, cargadas de belleza formal y profundo significado. Por ejemplo, los jardines se diseñan como alegoría del paraíso, mientras que la caligrafía expresa la palabra sagrada con una estética que realza su contenido espiritual.


Medida y Medio – La Filocalía o Amor a la Belleza

Para Platón, el verdadero arte requiere medida (metron), ya que solo esta permite el acceso a la emoción estética:

“El artista debe, si quiere trabajar bien, conocer la naturaleza de la medida.” (Filebo, 64e)

La medida constituye la llave que abre la cerradura del sentimiento estético. Entre todas las artes, la suprema es la del Demiurgo, el hacedor divino, que crea el universo imitando las Ideas Inmutables y dotando así a la Naturaleza de una belleza intrínseca que todo ser humano, en toda época y lugar ha apreciado. El amor a la belleza conecta al ser humano con el mundo eterno de los dioses y sus expresiones.

Plotino agrega en la Eneada (V, 4.33) que:

“El Bien irradia belleza desde sí mismo y es su fuente. La Belleza es la segunda emanación, y las obras humanas —como una estatua— imitan esa Belleza, y en última instancia, el Bien.”

El impulso estético apunta inicialmente al plano astral-búdico o emocional, pero puede ascender hacia niveles mentales más elevados, provocando incluso una visión intuitiva de realidades que trascienden el pensamiento lógico.

¿Por qué el arte nos impacta? Porque, como toda llave eficiente, debe haber una cerradura previamente existente. A veces, la percepción mental no basta; solo al tocar lo mental-intuitivo se abren las puertas a la contemplación de realidades superiores.

Estas realidades corresponden a lo metafísico, lo que está más allá de lo medible y visible. De ahí el título de este artículo: a través de la estética sensible se puede acceder a lo metafísico, que es meta-sensible.

Existen múltiples definiciones posibles de estética y arte, y muchas más sobre lo que es o no es arte. Pero desde esta perspectiva, el arte es aquello que —siguiendo cánones conocidos y desconocidos— busca una elevación espiritual o humana, e intenta compartir esa experiencia. Es Arte verdadero cuando logra alcanzar esa meta profunda y toca la “fibra sensible”, que no es otra que la fibra espiritual e idealista.

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Lecturas Complementarias


PLATÓN: 

LIBRO "POLÍTICO":
…algún día necesitaremos esta noción del justo medio con miras a la demostración de la verdad absoluta; mientras tanto, el argumento de que la existencia misma de las artes debe depender de la posibilidad de medir más o menos, no sólo entre sí, sino también con miras a la consecución del justo medio, parece dar un gran apoyo y es prueba satisfactoria de la doctrina que estamos sosteniendo: que si hay artes, hay medida, y si hay medida, hay artes; pero si alguna falta, no hay ninguno.

LIBRO "LA REPÚBLICA"
…Entonces la belleza del estilo, la armonía, la gracia y el buen ritmo dependen de la simplicidad. Quiero decir la verdadera sencillez de una mente y un carácter noble y correctamente ordenado, no esa otra simplicidad que es sólo un eufemismo de la locura?
-Muy cierto, respondió.
-Y si nuestra juventud ha de hacer su trabajo en la vida, ¿no deben hacer de estas gracias y armonías su objetivo perpetuo?
-Deben desde luego.
-Y seguramente el arte del pintor y todas las demás artes creativas y constructivas están llenas de ellas ─ el tejido, el bordado, la arquitectura y toda clase de manufacturas; también la naturaleza, animal y vegetal ─ en todas ellas hay gracia o ausencia de gracia. La fealdad y la discordia y el movimiento inarmónico están casi siempre relacionados con las malas palabras y la mala naturaleza, de la misma manera que la gracia y la armonía son las hermanas gemelas de la bondad y la virtud y poseen su semejanza.

lunes, abril 7

La Dualidad Cósmica: Maat e Isfet

 

Justicia en Egipto

Ra como Gato solar, destruye a la serpiente

La Dualidad Cósmica: Maat e Isfet

¿Qué constituye realmente el bien y el mal? ¿Acaso el mal se personifica en una entidad externa, como el diablo de otras tradiciones? ¿Surge el bien de agentes celestiales que guían hacia un destino idealizado?

Para la cosmovisión egipcia, el Bien se encarnaba en Maat: principio cósmico que fusionaba Justicia, Orden y Armonía. Lejos de la rigidez asociada al término "orden" en la modernidad —a menudo vinculado a estructuras de poder opresivas—, Maat representaba el equilibrio orgánico donde cada individuo alcanzaba su plenitud en sintonía con el colectivo. Era la libertad consciente: mi realización personal entrelazada con el respeto hacia el espacio vital ajeno, tejiendo así una red de interdependencia luminosa.

Este Orden trascendente evoca la estructura molecular de un diamante: átomos de carbono dispuestos con precisión geométrica para refractar la luz en destellos compartidos. No se trata el Orden de Maat de una uniformidad impuesta, sino la coordinación espontánea donde quien posee mayor sabiduría o poder sublima su ego para servir al todo. Maat era, en esencia, la arquitectura ética del universo: un sistema donde la excelencia individual alimentaba la gloria colectiva.

Cierto es que Egipto no estuvo exento de injusticias —¿qué sociedad lo está?—, pero su grandeza radica en haber erigido estos ideales como brújula existencial. Hoy, bajo el espejismo de democracias que han usurpado la soberanía popular en favor de corporaciones y élites, esta sabiduría ancestral resuena con urgencia.

El Mal, personificado en Isfet, no era un demonio externo, sino la entropía o tendencia inevitable nacida de la ruptura del equilibrio. No era la tentación personificada, sino la oscuridad emanada del caos social y del desorden interior. Cuando la injusticia —propia o colectiva— nubla nuestra percepción, tropezamos en errores que dañan la trama de la existencia.

Maat se simbolizaba con una pluma de avestruz: ligereza de lo etéreo frente a la densidad de la materia. Sus alas irisadas abrazaban a dioses, humanos y bestias por igual, recordando que la Justicia trasciende especies y estatus. Isfet, en cambio, adoptaba formas serpentinas: Apep, la serpiente del inframundo que amenazaba la barca solar de Ra, o las criaturas reptantes que se arrastran en espirales de autodestrucción:

Apep, la serpiente del mal que el candidato tiene que matar en sí mismo

No obstante, la serpiente también tenía su contraparte sagrada: la serpiente uraeus erguida en la frente de los faraones, emblema de vigilancia espiritual. Esta dualidad refleja la esencia de lo humano: la sombra que repta y la conciencia que se yergue.

Mientras tanto,

¡Vida, Prosperidad y Salud!

viernes, abril 4

Taoísmo y Budhismo Esotérico II - La búsqueda del Sendero

 Taoísmo y Budhismo Esotérico II

La Búsqueda del Sendero

Las enseñanzas fundamentales del Taoísmo abarcan dos dimensiones principales:

a) Orienta la conducta del buscador de la Sabiduría vital, es decir la sabiduría práctica en nuestra vida diaria.

b) La revelación de principios profundos y de carácter esotérico sobre el origen del cosmos, el fluir de las energías universales y sus ciclos intrínsecos al entramado que sustenta la vida y su desarrollo.

Entre los postulados clave que deben guiar el comportamiento humano destacan:

  1. Impermanencia y perspectiva relativa: La realidad se manifiesta en constante transformación, donde incluso lo aparentemente estático depende del observador. La célebre parábola de Zhuangzi sobre el "sueño de la mariposa" ilustra esta noción: al despertar de un sueño en el que era una mariposa, el filósofo cuestionaba si era un hombre que soñaba ser insecto o una mariposa que imaginaba ser humana.

  2. Flexibilidad frente a dogmas: Rechazo a los juicios categóricos sobre lo "bueno" o "malo", ya que estas dualidades emergen de convenciones sociales. El Taoísmo enfatiza la fluidez de los fenómenos, invitando a trascender esquemas rígidos para percibir la interdependencia esencial de todas las cosas.

  3. Wu Wei y acción espontánea: Armonizarse con el Tao implica actuar sin forzar (无为 Wu Wei), similar al concepto hindú de Nishkama Karma (actuar sin apego a los resultados o Recta Acción). Esta "no acción" no es pasividad, sino una respuesta libre de intereses egoístas, alineada con el flujo natural que promueve el desarrollo integral de la vida —desde el crecimiento de una planta hasta la evolución humana—.

  4. Crítica al formalismo confuciano: Al igual que el Budismo, el Taoísmo cuestiona los rituales vacíos y las normas sociales coercitivas que alienan al individuo de su naturaleza esencial. Si bien reconoce la necesidad de estructuras para la convivencia, advierte sobre su esclerosis: cuando las instituciones se fosilizan, los grupos pierden dinamismo y sus miembros se someten a jerarquías opresivas, repitiendo dogmas en lugar de dialogar con la realidad cambiante: Un claro síntoma de una sociedad o grupo rígido, sin evolución, es que se deja de contemplar al mundo alrededor para mirar sólo a los de arriba a quienes se intenta complacer por encima de todo, mientras que se olvida el compromiso con los de abajo, los más débiles, que ya no poseen interés. Se repiten, para justificarlo, solo aquellos dichos de los fundadores que les interesan, como si fuesen versículos de un texto sagrado, olvidando las enseñanzas vivas de esos mismos fundadores.

  5. Ciclo vital y trascendencia de la muerte: La muerte se concibe como una fase más en el continuum de transformaciones universales. Inspirándose en la observación de la naturaleza —donde la decadencia alimenta nuevos ciclos—, se propone enfrentar la vejez, enfermedad y muerte con serena aceptación, dominando el arte del desapego tal como enseña también el Budismo.

Se puede concluir que los valores morales y visión del Taoísmo profundo coincide a menudo con los puntos de vista del Budhismo esotérico y también con el Buddhismo del Buddha.

Cosmología Taoísta y Budhismo esotérico

Lo que no se puede nombrar es el Tao, origen del cielo y tierra. Lo nombrable es la madre de todo, de las diez mil cosas. Sin deseos, desde el no-ser, comprendemos el Misterio; Con deseos solo se puede ver su apariencia y manifestaciones. Ambos brotan de la misma fuente, pero solo se separan al manifestarse, adoptando diferentes nombres para una misma realidad. (Tao Te Ching, capítulo I)

La filosofía taoísta contempla el Universo manifiesto, de un lado, y el Origen no-manifiesto, del otro lado, formando ambos partes de la misma Unidad.

"Lo innombrable es el Tao, el origen del cielo y tierra".

Lo Innombrable, es lo Absoluto, la Causa sin Causa del Todo. Es indefinido, porque de la definición es de donde surgen las cosas y los seres. La definición es es en sí misma una limitación, es venir al mundo de la existencia, y poseer cualidades del ser-existencia: ser de arriba o de abajo, de izquierda o de derecha, ser pesado o ligero, azul o amarillo, masculino o femenino, etc.

En el Budhismo Esotérico este Origen Indefinible, corresponde a las Tinieblas, no por ser oscuras o tenebrosas, sino por no haberse manifestado aún la dualidad primera: la luz ilusoria y la oscuridad relativa, ambas pertenecientes al mundo manifiesto. Este Origen no manifiesto podemos representarlo por un círculo imaginario, aún no definido, sobre un plano oscuro. Representamos, por falta de mejores medios, este círculo imaginario dibujandolo como una línea discontinua:

En el Taoísmo corresponde al concepto de Wuji: el círculo no manifiesto similar al círculo indefinido del Budhismo Esotérico. En el mismo no está aún presente la dualidad. Se le representa a veces como un trazo circular no bien definido, otras veces ni siquiera se lo representa gráficamente.

Sin deseos, desde el no-ser, comprendemos el Misterio;

Para los antiguos, tanto en Egipto como en China, el mundo ya creado "gira" o tiene como centro las constelaciones circumpolares, especialmente la Osa Mayor y la estrella Polar. Sin embargo, aquí el término chino Wuji se refiere a lo indefinido: un paso anterior al de la creación. La palabra compuesta Wuji significa "sin poste, sin polo o sin eje que sostenga el techo", nada está todavía asentado.

"Lo nombrable es la madre de todo, de las diez mil cosas".

A partir del Wuji se produce una evolución posterior: el Taiji, de donde surgirán posteriormente todas las dualidades, como veremos más adelante. En el Budhismo esotérico se corresponde con el primer Círculo Blanco, el primer plano de la manifestación.

Al mismo tiempo, la presencia real y manifiesta del plano blanco del círculo, implica necesariamente la existencia de un primer punto central (si hay punto central, hay circunferencia, si hay circunferencia hay un punto central).

Este punto es el que se pone en actividad y en su primera oscilación provoca la diferenciación (arriba y abajo, si y no, oscuro y claro, etc.) el inicio de todas las dualidades.

En el Taoísmo este primer Círculo Manifiesto corresponde como ya señalamos al Taiji (太極). Si descomponemos su significado, "Tae" (太 o 大) representa lo más grande, lo extremo, lo más alto, y "ji" (極), es el Polo Supremo o gran división a partir de la cual las cosas aparecen. Se constituye así la Viga Central que sostiene la estructura de lo manifiesto, y que tiene como centro, en lo cosmológico, a la Estrella Polar.

El Taiji es símbolo de los más alto que la mente humana puede concebir. Si observamos su forma procede de la de un ser humano, o sea el Hombre Celeste o Universo manifiesto, del cual el hombre terrenal es su imagen.

Hay otro signo, Tian (天), que significa "lo celeste, el cielo". Este símbolo presenta arriba dos trazos horizontales:

Si eliminamos el trazo superior, tendremos el signo anterior, Tae, la raya encima apunta por tanto el límite para el ser humano, más allá de este se encuentra el Cielo, aquello que es indefinible, que a veces se manifiesta como una voluntad que hace que las cosas sucedan abajo, en el mundo, de cierta manera, aunque el ser humano no sabe qué es ni en qué consiste lo celeste.

Taiji por tanto es el principio más alto e inteligible desde donde fluye la vida.

El capítulo 42 del Tao Te Ching de Lao-Tsé comenta:

El Tao (Wuji) produjo el Uno (Taiji). Del Uno surge el Dos (Yin-Yang, y todas las dualidades). Del Dos surgió el Tres (la Primera Triada del mundo manifiesto) y del Tres surgieron los 10.000 seres (es decir, todos los seres y cosas)

En el Budhismo Esotérico, sobre la primera dualidad aparece una segunda dualidad. La primera dualidad horizontal es la que se establece entre lo superior y lo inferior, el Cielo y la Tierra, es la Gran Generatriz o Madre, es el mismo estadio segundo que en la biblia hebrea se expresa con la separación del Cielo y la Tierra, y de las Aguas.

La segunda dualidad (en rojo), junto a la primera dará origen a un cuaternario, se trata de la aportación de una semilla organizadora o inteligente. Es el mismo concepto que entre los griegos se expresa como la interacción entre Theos, Chaos y Kosmos, en la que Theos no representa una divinidad suprema, sino que como nos explica Platón se refiere al "theein" o el movimiento de la inteligencia divina organizadora del mundo, que actuando sobre la base primigenia del Chaos, o sea de aquello que aún no está definido, pero que posee todas las potencias, dará origen al Kosmos, palabra cuyo significado es Orden.

En el Taoísmo la primera dualidad, Yang y Yin Supremos, dispuesta en los lados opuestos de un círculo, también evoluciona. Es un sistema evolutivo, en movimiento, en el que uno se transforman en el otro por medio de dos valores intermedios (el Yin que viene del Yang, y el Yang que viene del Yin) conformando así cuatro aspectos que están presentes en el mismo símbolo del Yin-Yang:

En la figura anterior observamos dos aspectos, uno Yin de color negro, y otro Yang de color blanco, matizados por otros dos pequeños círculos dentro de cada uno de ellos y de valor contrario, o sea el "yin en el yang" el pequeño círculo negro sobre el fondo blanco, y el "yang en el yin", el pequeño círculo blanco sobre fondo negro, dando así lugar a 4 fuerzas evolutivas relacionadas entre sí.

Estas 4 fuerzas, en su movimiento evolutivo, implican la existencia de un Centro alrededor del cual giran todas las apariencias y seres del mundo manifestado.

"Con deseos solo se puede ver su apariencia y manifestaciones".

Ese quinto factor, es lo que en China se llama el elemento "tierra" o también Centro, que representa tanto al planeta en el que vivimos, como a la Materia en la que suceden los fenómenos de la vida, ocupando así un lugar central en todas las evoluciones de los seres vivos.

"Ambos brotan de la misma fuente, pero solo se separan al manifestarse, adoptando diferentes nombres para una misma realidad".

Lo innombrable y lo nombrable, forman una sola realidad, de la que los seres humanos sólo conocemos un aspecto. El eterno ciclo natural nos indica, tanto en lo pequeño como en lo grande, la Ley del Eterno Retorno, de la Eterna aventura de todos los seres en búsqueda de la perfección.

Tanto la Sabiduría Ancestral contenida en los antiguos tratados del Budhismo esotérico —de la raíz Budh, o Sabiduría Primordial, no confundir con Buddhismo el sistema filosófico fundado por Buddha— como los principios del Taoísmo enseñan la misma verdad fundamental.

Para el Taoísmo, así como para el Budhismo, no se trata de un ejercicio mental ni teórico lo que sus contenidos enseñan, sino que impulsan a la búsqueda de una Sabiduría radical aplicable a la vida diaria, nos da sosiego al alma, sentido de eternidad, saber que en este mundo es posible encontrar nuestro Tao, es decir, nuestro Sendero, que no consiste en adscribirse a ningún sistema forzado, a ningún dogma, salvo el del retorno siempre hacia el interior, para desde ahí hallar la senda natural en el mundo de la acción. No hay mayor signo de distanciarse de la verdad que las posturas intransigentes y agresivas, de las que en este mundo tantos ejemplos tenemos.

Que sea bello y natural tu Sendero, que escuches la Voz Silenciosa que guiará tus pasos hacia la Recta Acción.